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Dedico este capítulo a valPotter1972 ¡Espero que te guste!
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- ¿Estáis listos para irnos?-preguntó Sirius obteniendo como respuesta unos síes procedentes de unos emocionados niños.

Eran los últimos días de agosto y Sirius y Remus acordaron llevar a Halley unos días a la playa. La pequeña niña había preguntado muy amablemente (y poniendo ojitos de ciervo) si podía llevar a Ron y Hermione, por lo que Remus pidió permiso a sus respectivas madres. Ninguna tenía ningún problema en dejar a sus hijos en manos de la pareja aunque prácticamente les exigieron que hicieran muchas fotos.

Aquel viaje también le daría a Sirius y Remus la oportunidad de relajarse puesto que la luna llena había sido unos días atrás, causando la preocupación por parte del primero y varias molestias por parte del segundo.

Los adultos habían acordado hacer el viaje a la manera muggle, ya que tanto la playa como el hotel en el que se quedarían eran muggles por lo que no podrían aparecerse. Habían alquilado un coche y Remus sería el encargado de conducir, puesto que se sacó el carnet hace unos años.

En el maletero llevaban tres pequeñas maletas (cada una con la ropa correspondiente a cada niño), una maleta grande (Sirius y Remus no tenían ningún problema en compartir), una bolsa grande con los juguetes de playa y otra con las toallas y la sombrilla.

Habían colocado los asientos de coche para niños con ayuda de Jean. Halley se sentaría en medio, Ron a su derecha y Hermione a su izquierda.

Cuando todos estuvieron listos Sirius y Remus los subieron a las sillitas y les abrocharon los cinturones, cada uno llevaba un pequeño peluche que los hacía más adorable de lo que ya eran: Hermione llevaba una gata de color anaranjado a la que había llamado Duquesa en honor a un personaje de Los Aristogatos, Ron llevaba un perro blanco nombrado Natillas y Halley llevaba un león llamado Zarpas.

- ¿Vosotros habéis estado antes en la playa?-preguntó la nacida muggle curiosa, abrazando con fuerza su gato de peluche.

-Nunca-respondieron a la vez Halley y Ron.

- Yo tampoco-dijo la castaña feliz de compartir esa primera experiencia con sus mejores amigos.

- ¿Qué queréis hacer cuando lleguemos allí?-preguntó Remus, ya desde el asiento del conductor.

-¡Castillos de arena!-el trío de amigos respondió a la vez, mirándose entre sí y riendo por la casualidad.

Remus sonrió ante la respuesta de los pequeños, si había algo que le podía gustar a un niño de cuatro años era hacer castillos de arena.

- ¿Todos habéis ido al baño?-preguntó Sirius desde el asiento del copiloto, era un viaje largo y no querían accidentes. En respuesta a su pregunta obtuvo tres movimientos de cabeza afirmativos.-¡Pues en marcha!-dijo riendo.

Remus puso el coche en marcha y se adentró en la carretera, de camino a un lugar que ninguno de los niños de aquel coche conocía aún.

La primera media hora del viaje fue bien, Sirius sintonizó la radio del coche (con mucha ayuda de Remus) y estuvieron cantando todos juntos hasta llegar a la autopista, fue entonces cuando empezó para la pareja de magos el reto de hacer un largo viaje en un coche con tres niños de cuatro años.

-Tengo que ir al baño-dijo Ron con algo de urgencia.

- ¿Puedes aguantar un poco?-preguntó el ojigris girándose para mirar al pequeño pelirrojo. Ron negó fuertemente, cruzando las piernas y retorciéndose en su asiento.-Está bien Ron ¿Puedes parar Rem?

Mini Cornamenta:La historia de Halley PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora