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La pequeña familia salió del juzgado muy feliz, ambos adultos no paraban de sonreír mientras que la pequeña niña sentía una serenidad extraña, era como si le hubieran quitado un peso de los hombros.

Sirius y Remus habían decidido ir andando a un restaurante en el centro de Londres, Lily le había recomendado el lugar a Remus cuando estaban en Hogwarts y estaba seguro de que a Halley le iba a encantar el lugar.

Halley seguía en brazos de sus padres y observaba todo lo que pasaba constantemente a su alrededor; vio a un hombre vestido con un traje blanco, aunque el color de este no le duró mucho debido a que un coche pasó a su lado a toda velocidad causando así que el charco de agua que había en el suelo empapara al pobre hombre. También vio una enorme radio, estaba decorada con el logo de una banda, la pequeña maga no estaba segura de cuál sería pero le preguntaría más tarde a su papá (Sirius) él entendía mucho sobre música, la radio se encontraba en el hombro de un par de adolescentes que iban en bicicleta, Halley no estaba del todo segura de como podían mantener el equilibrio. Lo último que observó fue una maleta, una maleta azul de enorme tamaño, la maleta era tirada por una mujer de aspecto cansado, la otra mano de la mujer se encontraba sosteniendo a una pequeña niña, esta última llevaba una mochila a la espalda, la niña le llamó la atención a Halley, llevaba un libro entre sus brazos y tenía el pelo enmarañado...¡Era Hermione!

-¡Papá, papá!-dijo la pequeña que aún se encontraba entre los brazos de Remus-Ahí están Hermione y su mamá-señaló al lugar donde las había visto. Los adultos miraron en la dirección en la que les indicaba la niña, se quedaron sorprendidos al ver a la mujer con una maleta tan grande... Aunque les sorprendió aún más cómo se veía, Jean Granger tenía aspecto muy cansado y parecía muy preocupada, no paraba de mirar a Hermione para asegurarse de que estaba allí... Era como si creyera que alguien iba a quitarle a su pequeña niña.

-Deberíamos acercarnos... Parece que necesita ayuda ¿No crees?-dijo Remus señalando lo obvio. Sirius asintió en respuesta y la familia se acercó al dúo madre-hija.

-Hola Jean-dijo Sirius una vez que llegaron a la altura de la mujer, la mujer se sobresaltó un poco al escuchar la voz de Sirius.

-Ho-Hola-contestó la mujer con voz temblorosa. Hermione levantó la cabeza y miró a Halley, esta última pensó que la niña en brazos de su madre parecía nerviosa.

-¿Te encuentras bien?-preguntó Remus preocupado por la mujer, aunque esta todo lo que hizo fue asentir con la cabeza.

Halley dejó de mirar a su amiga para observar a su madre con atención, la mujer parecía estar muy cansada y nerviosa.

-Papá ¿Pueden venir la señora Granger y Hermione a comer con nosotros?

-Por supuesto que pueden-contestó Remus-Aunque solo si ellas están de acuerdo.-La señora Granger miró a su hija, la cual asintió levemente.

-Estaríamos encantadas de comer con vosotros.

El camino hacia el restaurante fue muy silencioso, cuando llegaron al restaurante tomaron mesa y esperaron a que les tomaran nota.

-¿Sabes Halley?-le dijo Remus a su pequeña niña-Este restaurante tiene una habitación con juguetes para los niños ¿Por qué no vas con Hermione? Os avisaré cuando traigan la comida-le preguntó sabiendo que debían hablar con Jean sobre lo que estaba mal.

Halley asintió y salió corriendo con Hermione hacia la habitación.

Una vez que las niñas estaban fuera de la vista de los adultos ambos hombres miraron a la mujer frente a ellos.

-¿Quieres decirnos que te ocurre?-le preguntó Sirius en tono amable.

-Puedes contárnoslo-dijo esta vez Remus con voz cálida para calmar a la mujer-Somos amigos, te ayudaremos en lo que haga falta.

Jean les miró, quería hablar con ellos pero no sabía hacerlo sin parecer una loca. Había intentado explicar lo que había pasado a algunas personas y todas le habían dicho lo mismo.

-Necesito-empezó a decir Jean-que me prometáis que si os lo cuento me vais a creer y que no vais a pensar que estoy loca.

Sirius y Remus se miraron, volvieron a tener una de esas conversaciones silenciosas, se agarraron las manos por debajo de la mesa y asintieron.

-Lo prometemos-dijo la pareja al mismo tiempo.

-Empezó poco después del día que nos conocimos-dijo Jean-Hermione y yo llegamos a casa y allí me esperaba mi esposo... Todo estaba bien hasta que pasó algo-la mujer parecía más nerviosa aún-No sé muy bien que pasó, Hermione nos había pedido que le leyéramos un libro y... Cuando le dije que fuera a elegir el libro... Señaló a la estantería y el libro vino volando hacia nosotros.-Jean retorcía una servilleta entre sus manos y miraba a sus pies-Se que parece una locura pero os juro que es lo que pasó-estoy último lo dijo con lágrimas en los ojos.-Mi esposo lo vio y a partir de los siguientes días empezó a tratar a Hermione diferente... Cómo si fuera otra persona. Yo también había visto lo que había pasado pero seguía tratando igual a Hermione, sigue siendo mi hija. Le hablé sobre esto a mi marido y acabamos peleando, dijo que era una loca y mi hija un bicho raro-en este punto de la historia la mujer soltó un par de lágrimas.-Me echó de la casa, aunque antes de que lo hiciera recogí todas mis cosas y las de Hermione que pude-señaló la maleta-Ahora estoy buscando un sitio en el que quedarme durante un tiempo.

Sirius y Remus se miraron, no se habían esperado eso... Seguían agarrados de la mano aunque esta vez ya estaba encima de la mesa, se miraron por un segundo antes de que uno de ellos decidiera decir algo.

-No creemos que estés loca-dijo Remus con una sonrisa cálida.

-¿En serio?-preguntó la mujer claramente sorprendida.

-Por supuesto que no-dijo esta vez Sirius.-Además... Si necesitas un lugar para quedarte-dijo mirando a Remus para pedir una confirmación, el hombre lobo asintió.-Siempre puedes venir a nuestra casa, nos sobra una habitación y Hermione podría dormir con Halley.

Jean no sabía que decir, estaba sin palabras... Estaba claro que tenía dos grandes amigos.

-Muchas gracias-dijo la mujer al borde de las lágrimas-Os pagaré un alquiler, tengo dinero ahorrado...

-No será necesario-le dijo Remus parando el divagar de la mujer-Tú y Hermione siempre seréis bienvenidas a casa.

-Muchas gracias.

Eso fue lo último que les dijo la mujer antes de que el camarero les llevara la comida, aunque Sirius y Remus se miraron sabiendo que estaban pensando lo mismo:
"¿Iban a explicarle a Jean Granger que su hija era una bruja?"
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Hola!
Espero que os haya gustado el capítulo y que a nadie le haya sentado mal lo del padre de Hermione, pero quería representar en la historia también a las familias monoparentales.
PD:No olvidéis votad y comentad♥️

Mini Cornamenta:La historia de Halley PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora