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Sirius y Remus abandonaron a regañadientes a Halley en el ala del hospital para ir la oficina de Dumbledore. El anciano director los había convocado una vez más y, como la vez anterior, estaban sentados frente a él en su curiosa oficina.

- He hablado con Cornelius esta mañana y lo he convencido de que el mejor lugar para Halley es a vuestro lado. Él dudaba de la idea pero una vez que fue informado sobre cómo los Dursley trataron a la joven Potter y el testimonio de la señora Figg aceptó.

-¿El testimonio de la señora Figg?-dijo Sirius confundido.

- Es una vieja amiga, es una squib. Ella vivía cerca así que le pregunté si podía vigilar a la señorita Potter, me enviaba informes de vez en cuando. Ella fue la que me informó sobre el maltrato.

-¿Cómo lo supo?-preguntó Remus ligeramente curioso.

- Los Dursley dejaban a Halley con ella cada vez que salían de la casa y ella podía ver sus cortes y magulladuras de antemano. Aunque los Dursley lo encubrieron, supo que Halley estaba siendo abusada bajo su cuidado.

Los nudillos de Sirius estaban blancos por lo apretado que tenía los puños, la ira brillaba en sus ojos.
Nunca fue bueno ocultando sus emociones.
Los ojos ambarinos de Remus habían brillado con furia mientras Dumbledore hablaba, al contrario que su novio, mantenía (con mucho esfuerzo) sus emociones bajo control.

- Ahora la joven Halley está bajo vuestro cuidado y confío en vosotros para que derribéis el muro que ella a construido a su alrededor para protegerse. Cornelius también ha sido informado de esto y está de acuerdo conmigo en que el mejor lugar para Halley es con vosotros dos.

-¿Incluso con mi licantropía?

- Estaba preocupado por eso, pero le aseguré que estarás bajo la influencia de la poción Matalobos y no dañarás a Halley de ninguna forma- aseguró Dumbledore. Remus sonrió agradecido- Los Dursley han aceptado la condición de entregaros la custodia de Halley con la condición de que no vayan a juicio.- dijo con cautela, sin querer que la pareja tuviera un ataque de ira.

-¿Estás... Estás diciendo que no van a pagar por lo que le han hecho a Halley?- preguntó Sirius incapaz de contener el tono de irritación de su voz.

- No insinúo lo más mínimo, lamentablemente para los Dursley, firmaron los papeles antes de imponer las condiciones así que... La denuncia ya está puesta, aunque el juicio aún no tiene fecha.

Sirius y Remus sonrieron visiblemente relajados de que los Dursley fueran a recibir su justo castigo.

- Bueno, creo que tengo algo para vosotros...- el anciano mago comenzó a revisar los muchos papeles que cubrían su escritorio- Aquí está-continuó mientras seguía revolviéndolos.- Los documentos de la custodia de Halley- dijo mientras sacaba el documento. Las expresiones de Sirius y Remus cambiaron rápidamente.- Todo lo que tenéis que hacer es firmar aquí abajo, los dos.

Los dos firmaron felizmente el papel. Iban a darle a Halley el trato y el amor que se merecía; los dos se lo juraron a sí mismos.

-¿Es nuestra?- preguntó Remus mirando alegremente el papel.

- Toda vuestra a menos que se demuestre que no sois aptos... Lo cual dudo mucho- afirmó Dumbledore, sonriéndoles cálidamente a los dos.- Como sabéis, James y Lily dejaron una gran cantidad de dinero para cualquier cosa que la niña pudiera necesitar...-comenzó pero Sirius lo interrumpió rápidamente.

- ¡Podemos usar mi dinero! Tengo mucho más del que necesito y deberíamos guardar algo para cuando Halley vaya a la escuela-dijo sorprendentemente serio.

- Esa es vuestra decisión, aunque creo que deberíais comprarle ropa nueva.

-¡Tendrá mucha!¡Y... Y juguetes!¡Y...!-dijo emocionado pero Remus lo interrumpió.

- Por supuesto me aseguraré de que Sirius no la malcríe.-Sirius miró juguetonamente a su novio y agachó la cabeza.

- Estoy seguro de que encontrarán un punto medio. Ahora, todas vuestras cosas han sido enviadas a vuestra nueva casa. Está a las afueras de Canterbury. Es una ciudad muggle, ya que creo que tener a Halley en una ciudad mágica en este momento podría ser un peligro para ella. Muchos mortífagos siguen prófugos y aún los están buscando-explicó. Ambos magos asintieron comprensivamente-Puede que tras haber pasado por el abuso intente reprimir su magia, esto es extremadamente peligroso para ella por lo que tendréis que tener cuidado-dijo seriamente. Sirius y Remus se miraron entre ellos.

- Tranquilo profesor, la cuidaremos bien-le aseguró Sirius.

- No tengo ninguna duda- dijo el anciano sonriente- De todas formas debéis estar alerta, ha pasado por mucho. Con el tiempo, será cada vez más fácil para ella- Sirius y Remus volvieron a asentir.- Bueno, se hace tarde, os sugiero que os vayáis a dormir al ala del hospital, temo que si Halley despierta y no estáis pensará que la habéis abandonando.

Sirius y Remus prácticamente saltaron de sus asientos y corrieron hacia el ala del hospital (no sin antes despedirse). Cuando abrieron la puerta Halley seguía durmiendo pacíficamente.

Sirius se acercó a la cama más próxima a Halley y realizó un hechizo agrandador apresuradamente sobre la cama. Remus, que se había acercado a la cama hasta quedar al lado de Sirius tiró de las mantas hacia atrás. Dejaron sus varitas encima de la mesita de noche que había al lado de la cama y se tumbaron acurrucándose el uno con el otro, disfrutando de la cercanía, no había nadie más con quien quisieran pasar la noche. Ambos guardaron silencio por un momento pero Remus habló en la oscuridad.

- No puedo creerme lo que le ha pasado- dijo Sirius refiriéndose a Halley.

- Lo sé, es triste pero tenemos trabajo que hacer ahora, tenemos que cuidar de Halley.

- Por supuesto.

Y eso era lo último que escucharon en el ala del hospital antes de que se quedaran dormidos.

Mini Cornamenta:La historia de Halley PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora