Capítulo largo. Perdón por la tardanza en actualizar, la universidad enserio me consume :(
Narra Bill:
Tomé un vuelo de más de ocho horas desde Estocolmo hasta Nueva York, me levanté a las cinco de la mañana, no dormí prácticamente nada y justo ahora estoy dentro de un auto con Gustaf atorados en el tráfico de la gran ciudad... la situación parece mala, pero así y todo yo me siento el hombre más feliz del mundo.
¡Luego de tanta espera hoy es el día!
¡Hoy voy a ver Emma! ¡Pon fin voy a ver a mi bebé luego de más de un mes y medio!
Mi emoción ha sido tanta que eso logró sacarme un poco de mi depresión, pues antes de tomar el vuelo me aseguré de rasurar toda mi barba crecida, ducharme, peinarme y vestirme de una forma decente y comer para no verme tan muerto... tengo que estar presentable para mi bebé. Incluso Gustaf me felicitó por ya no parecer un vagabundo.
— Bill... oye, no es por ser aguafiestas, ¿pero no crees que quizá estas teniendo demasiadas expectativas con lo que va a pasar?— me dice Gustaf mientras conducía por la ciudad. Yo me encontraba a su lado, en el asiento del copiloto— Quizá cierta personita ni siquiera se alegre de verte, y lo tienes que respetar.
Rodé mi ojos y bufé.
— Vamos Gustaf, no seas pesimista— me quejé aún sin poder ocultar mi emoción— Si Emma no quisiera verme entonces Alexander no hubiera planeado la sorpresa de hoy. Es más, si ella no quisiera verme entonces Alexander ni siquiera me invitaría.
Esta es la mejor parte de todo.
Emma no sabe que Gustaf y yo ya estamos en la ciudad, y mucho menos sabe que justo ahora nos dirigimos al piso de Alexander.
¡Es una sorpresa!
En realidad se suponía que Gustaf y yo volveríamos hasta dentro de una semana más, pero gracias a nuestro arduo trabajo logramos terminar con todos nuestros asuntos antes de lo planeado, por lo que también decidimos volver a Nueva York antes de lo planeado.
Por esta razón, Alexander nos dijo que fuéramos con él y Emma a comer, para así llegarle de sorpresa a mi linda bebé.
— ¿De qué crees que se trate la noticia que Alexander nos tiene?— le pregunté a Gustaf un tanto ansioso— Según él era algo muy importante.
Alexander no solo planeó una "comida familiar" el día de hoy para que Gustaf y yo pudiéramos ver a Emma. Sino también porque según él, tiene una "gran noticia" que darnos.
— Ni idea, con Alexander nunca se sabe — me responde Gustaf con desinterés. Simplemente asentí.
Estaba realmente feliz, poco a poco estoy sintiendo que mi vida vuelve a la normalidad... Por fin volví a mi ciudad, Gustaf ya no pareciera tenerme tanto rencor, pues de a poco vuelve a ser mi mismo hermano de siempre y mi mejor amigo, dejando atrás su actitud fría, y tengo la esperanza de que hoy podré arreglar todo con Emma. El tiempo pasó, y quizá ella ya logre perdonarme.
No solo las cosas con Gustaf han mejorado... sino que con Alexander también. Él y yo nunca fuimos unos hermanos muy unidos, pero pareciera que él quisiera cambiar eso. No lo sé, aceptó cuidar de mi bebé y durante este mes y medio que estuve ausente dijo que me ayudaría recuperar a Emma... por cosas como esas creo que Alexander quiere mejorar las cosas entre nosotros. Y eso me pone feliz, es mi hermano al fin de cuentas.
— Gustaf creo que te equivocaste de camino— me burlé — Este no es el rumbo del departamento de Alexander.
— Lo sé, es solo que esta mañana él me envió en mensaje de que no fuéramos a su departamento— lo miré confundido y él me miró a mi igual de confundido— Al parecer compró una casa, y está viviendo ahí.