Narra Bill:Tal y cómo se lo prometimos a Emma, ella, yo y mi hermano Gustaf llegamos a la cabaña de mis padres. Hace unas horas habíamos desempacado... obviamente mi bebé y yo dormiríamos juntos en la habitación principal y mi hermano Gustaf en otra, aunque esto causó una pequeña rabieta en mi bebé pues ella quería que durmiéramos los tres juntos.
Gustaf la tiene más que encantada.
Gracias al cielo el clima se puso de nuestro lado, por lo que aprovechamos gran parte del día en el lago que quedaba a solo unos minutos de la cabaña. Ahí nadamos los tres juntos por horas y a petición de mi bebé estábamos haciendo un picnic frente al lago.
Justo ahora Emma se encontraba en la orilla del lago, usando sus flotadores y un lindo bikini rosa que le resaltaba bastante bien. Mi bebé estaba entretenida acechando a los patos que se encontraban en el agua, viéndolos curiosa e intentando llamar su atención.
— Por suerte a Emma se le fue un poco de su energía para seguir correteando a los patos— dice mi hermano Gustaf divertido, burlándose de mi bebé quien hace unos minutos estaba bastante enérgica, persiguiendo a los patos, buscando capturar al manos a uno con la excusa de "adoptarlo"— Me preocupaba que ahora ellos la siguieran a ella.
Ambos tomábamos una cerveza tranquilos, sobre una manta bajo la sobra de uno de los pinos. Observando maravillados a Emma... bueno, sobre todo yo la he observado mas.
Últimamente le pongo más atención que antes.
Estoy sumamente al pendiente de ella.
Mientras la veía y analizaba, con mi mano tocaba esa cajita de terciopelo escondida en el bolsillo de mi chaqueta.
¿Emma es realmente con quien quiero pasar el resto de mis días? ¿Realmente la amo? ¿Realmente ella me ama a mi?
Es divertida, es inocente, es sumamente noble, sencilla, frágil, juguetona... tiene la mentalidad de un niño de cinco años lo cual se me hace más que adorable, es tierna, ama a los animales, el color rosa, sus juguetes, los ratones, ama a mis hermanos, es pelirroja, tiene lindas pecas y unos bonitos hoyuelos a cada lado de la comisura de sus labios, es físicamente pequeñita pero tiene un trasero que me vuelve loco, durante las noches me abraza, es dulce, su color favorito es el rosa, sueña con ser una princesa, tiene aroma a bebé... y sobre todas las cosas, tiene el corazón más lindo y noble que he visto.
Tuvo una vida difícil, y sin embargo ella está aquí, dejándome formar parte de su vida.
La amo, esa niña mi mundo entero. Es mi hija al fin de cuentas... aunque queda claro que mi amor por ella es tan grande que incluso la amo más que como a mi hija.
Por esa razón quiero pasar el resto de mis días con ella. Pero tenía miedo... ¿y si ella no quiere lo mismo que yo?
Un miedo enorme me invadía.
Ya una vez le fallé a Emma de una manera imperdonable, lo cual me hace sentir que yo no la merezco. De hecho, me hace pensar que ella podría
encontrar a alguien mucho mejor que yo, a alguien más joven, mas guapo, más amoroso... de solo pensar eso sentía náuseas.— Bill... ¿estás bien?— me pregunta mi hermano con su ceño fruncido— No has hablado por minutos y no dejas de ver a Emma, literal no le has quitado los ojos en casi una hora... por un momento pensé que incluso dejaste de parpadear ¿qué pasa? ¿Todo está bien con ella?... estas extraño.
— Gustaf ¿te puedo preguntar algo?— le dije sintiéndome un tanto aturdido.
— Dime...
— ¿Qué piensas de Emma?