Narra Bill:El invierno se acercaba poco a poco y el otoño estaba por terminar. Los días fríos y poco soleados cada vez eran más comunes, pero al menos hoy teníamos la suerte de tener un día, que si bien era un poco frío, había suficiente sol.
Las cosas con Alexander estaban resultando justo como lo planeé. El idiota sigue pensando que soy su "nuevo amigo", no sospecha de otras intenciones en mi. Y en cuanto Emma... han pasado varios días desde que tuve esa plática con ella, y sin duda quedé mucho más tranquilo, pues pude notar que mi bebé ya no me tenía rencor alguno.
— Gustaf— mencioné feliz el nombre de mi hermano en cuanto él me abrió la puerta de su hogar.
— Bill, creí que llegarías más temprano. Prometiste
ayudarme con la comida y terminé haciendo todo yo solo— menciona enojado, dejándome pasar a su hogar mientras yo reía— idiota.De inmediato percibí un rico olor a lasaña.
Hoy es sábado. Normalmente era un día que yo disfrutaba mucho pues era un día solo dedicado a Emma y a mi... recuerdo esos días en los que Emma y yo solo jugábamos, comíamos pizza, nadábamos juntos en mi piscina y en la noche todo terminaba con ella dejándome hacerle el amor. Eran muy buenos días... pero como la situación entre nosotros aún no es la mejor, me tendré que conformar con la "comida familiar" que Gustaf había planeado.
— Vamos Gus... sabes que soy un desastre en la cocina, y se ve que lo hiciste realmente bien sin mi— dejé de prestarle atención a mi hermano y de inmediato me puse a pasar mis ojos por toda su casa, buscando a cierta personita.
Me moría por ver a mi bebé.
Mi hermano cruzó sus brazos y me miró con una ceja alzada.
— Bill...
— ¿Si?
— Emma y Alexander aún no llegan. Estarán aquí como en una hora, así que tú y yo tenemos tiempo para platicar...— dice de manera sugerente.
Asentí con una mueca.
Mi hermano y yo fuimos hacia la cocina. Me senté en la barra mientras que Gustaf servía dos copas de un refinado vino tinto. Me entregó mi copa y luego el se sentó frente a mi, viéndome con cierta emoción.
— ¿Cómo fue tu charla con Emma?— me pregunta curioso.
— Bien... eso creo. Es decir, hablamos de todos los temas que necesitábamos aclarar, y me di cuenta de que Emma en realidad ya no está molesta conmigo... pero se que aún no confía del todo en mi— explique luego darle un trago a mi copa— Eso es bueno, pero también noté que el hijo de puta de Alexander la ha estado manipulando más de lo que creí, ¿puedes creerlo? ¡Le hizo creer a Emma que yo ahora quería a Jessica! Es una mierda... y lo peor es que Emma está realmente encariñada con él.
— Si, quiere a Alexander. Pero te ama a ti Bill...
— ¿Y si tanto me ama porque no simplemente lo deja a él y vuelve conmigo?— pregunté con impotencia— Te juro que me dan muchísimas ganas de dejar este plan de lado y hacer todo por el camino fácil. ¿Por qué no mejor cuando lleguen asesinamos a Alexander, escondemos su cuerpo en tu jardín y así me quedo con Emma?— dije esperanzado.
— No seas idiota Bill, lo podrás odiar pero así y todo Alex sigue siendo tu hermano— me reclama Gustaf— Es claro que Emma no va a volver contigo aún, tú mismo lo dijiste, aún no confía al cien por ciento en ti. Tienes volver a ganártela, hacerla recordar los buenos momentos, volverte a hacer su amigo. Así que te apegarás al plan, tienes que seguir manteniendo tu fachada amistosa con Alexander y a sus espaldas reconquistar a Emma, es la única forma ¿lo sabes verdad?