Narra Bill:El cumpleaños de Emma fue todo un éxito para poder llevar a cabo mi plan. En cuanto Alexander vio al lindo gatito que le regalé a Emma claramente se molestó, pero por el bien de mi bebé, decidimos dejar la discusión hasta que la fiesta terminara, esto con el propósito de mi pequeña bebé disfrutará el resto de su cumpleaños.
— Bill— Alexander pronunció mi nombre con mucha seriedad— Esa bola de pelos asquerosa no se quedará aquí, en mi casa. Así que busca ya una forma de explicarle a Emma que no se podrá quedar con ese horrible gato.
Suspiré un tanto divertido, aunque lo tenía que disimular.
Creo que él aún no se ha dado cuenta, pero su cara estaba algo enrojecida y se notaba que tenía cierto picor en todo su cuerpo, pues no paraba de rascarse, esto por producto de su alergia.
Justo ahora él y yo nos encontrábamos en la sala de su casa, tomando unas copas de vino. Ya era un poco tarde, los amigos de Emma ya se habían retirado, y Alexander y yo esperábamos a Gustaf y Emma, ya que mi hermano había llevado a mi bebé al baño.
— Alex, por dios, no puedes ser tan amargado— refuté— Solo es un pequeño gato, y Emma está más que encantada con él. Creo que es bueno que ella conviva con una animalito, nunca tuvo la oportunidad de hacerlo y se ve que ella enserio lo deseaba.
Mi "hermano" me miró molesto.
— ¿Le regalaste ese gato a Emma porque ella lo quería o mas bien para joderme a mi Bill?— pregunta viéndome fijamente, conservando su expresión molesta e incluso un tanto celosa— Dime Bill, ¿tenias acaso otras intenciones al darle ese gato?
Tuve que fingir sorpresa ante su pregunta.
Obviamente tenía otras intenciones, quiero que esto ponga a Alexander como "el malo de la historia" ante Emma, quiero joder al menos un poco su relación y así poderme ganar más terreno.
Quiero recuperar lo que es mío.
— ¿Qué? ¿Enserio piensas eso de mi?— le dije "ofendido"— Alexander, tú sabes que ahora yo soy el primero en apoyar tu relación con Emma... si yo le di ese gato es solo porque quería consentir un poco a mi sobrina. Olvidé por completo tu alergia ¿okey? No hice esto con malas intenciones. Y fuera de eso, tú deberías de poner de tu parte y dejar que se lo quede...
— No, esa cosa no se quedará aquí, ya está dicho.
Ambos nos callamos cuando escuchamos la dulce risa de mi bebé entrando a la sala.
Gustaf entró caminando cargando a Emma con uno de sus brazos, mi pequeña bebe tenía sus piernas envueltas en la cintura de mi hermano mientras que en sus brazos sostenía a su pequeño felino.
— ¡Mira que lindo es Simba!— exclama Emma feliz y emocionada de tan solo ver a su gato bostezar— Tío, ¿crees que Simba y Remi se lleven bien?
Gustaf soltó una risa.
— Muy seguramente si cariño— le contesta él viéndola con ternura.
— Eso sería genial— opina ella. Observó a su gato con amor, el cual poco a poco se acurrucaba en ella para poder dormir— Dijiste que los gatitos toman leche ¿Simba también necesita tomar un biberón con leche antes de dormir como yo?
Mi hermano volvió a reír y negó.
— No amor, Simba no necesita un biberón— le contesta mientras se sentaba en uno de los sofás de la sala, con Emma en su regazo.
— ¿Y por qué yo si?
— Por qué tú eres una bebé ¿a que si?— le dice dándole un pequeño beso en la punta de su nariz, a lo que Emma asintió sonrojada.