Capítulo 11- La Misma Página

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*Dos años atrás*

📍Royal Place, Londres📍


-Muy bien, Alissa, recuerdas el plan ¿cierto?- Preguntó Harry.

-Más que a mi mera existencia- Respondió la chica. 

Ambos hermanos se encontraban en la entrada de unos de los salones de eventos más cotizados de todo Londres. La fiesta en cuestión había sido organizada por uno de los mafiosos más importantes y famosos del momento, el gran y conocido Barón Dion Fitzgerald, dueño y señor del mejor equipo de armamento en todo el mercado. Si estabas en la búsqueda de un arma, específicamente de índole ilegal, a él es con quien debías de acudir. Contaba con un amplio catálogo de clientes, de cualquier tipo: extranjeros, locales, con historial criminal, con fachada inocente, reconocidos, completos don nadie, policías, ladrones, pobres y  los más importantes, personas de la alta sociedad. 


Harry tenía poco tiempo dentro del negocio, meses quizá, pero en ese poco tiempo había logrado realizar un par de cruces que resultaron completamente exitosos, creándose así una reputación que iba en ascenso rápidamente. Él sabía que la gente había comenzado a hablar sobre él, a conocerlo y a aprender su nombre. Toda la gente hablaba sobre el joven chico que había logrado hacer un cruce de gran magnitud delante de las narices del gobierno extranjero, algo jamás visto con anterioridad, ¿Lo más impresionante? que no fue atrapado y la policía ni siquiera tenía idea de que en esos momentos un cargamento entero de cocaína navegaban libremente por todo su estado mientras estaba disfrazado de talco para bebés y detergente en polvo, ¿Cómo lo había logrado? Nadie lo sabía, pero de lo que sí estaban conscientes era del nato talento e impresionante inteligencia que poseía el chico, cualidades las cuales lo harían llegar bastante lejos, todo dependía de qué tan bien jugara sus cartas.

Harry tenía todo lo necesario para continuar su camino al estrellato en el mundo de la ilegalidad, era inteligente, astuto, tenía una excelente habilidad convenciendo a las personas, sabía bien cómo manipular a quien quisiera para que hiciese lo que él pidiera, era observador, conocía al derecho y al revés el funcionamiento de las leyes y los protocolos policiales y la forma en la que el gobierno manejaba sus fronteras, era completamente capaz de descubrir los puntos débiles de cualquier persona y lugar, y la cual él consideraba la cereza del pastel, tenía presencia, era poseedor de un atractivo físico lo cual hacía que por algún motivo su nombre frecuentara la boca de las mujeres , lo que provocaba que este obtuviera promoción fácil. 

Lo tenía todo, sí, pero había algo que él buscaba con afán, dejar huella, y para esto él necesitaba ampliar su visión, dejar de trabajar en su zona de confort y crear nuevas y mejoradas metas.

No quería ser uno más del montón, otro criminal que se intentó jugar su suerte y terminó muerto en alguna zanja o condenado a pasar el resto de sus días encerrado en una putrefacta prisión. En la vida hay dos opciones, tomar el camino del bien y al final morir, o tomar el camino del mal y al final morir. Ambos tenían el mismo desenlace, la única posible diferencia era que tal vez la primera opción te ofrecía un lapso de vida más prolongado que la última, pero, ¿De qué te serviría vivir por más tiempo si al momento de morir tu huella en la vida sería apenas un recuerdo en la mente de las personas que te conocieron? en cambio, en la segunda opción, el tiempo de vida que posees es considerado como el tesoro más valioso posible, cada segundo de vida es un regalo bien recibido y, si empleas bien el tiempo y realizas bien tus acciones, la huella que dejarías al momento de morir sería algo más que un simple recuerdo en la mente de un familiar o amigo cercano, tus logros y hazañas te convertirían en una completa leyenda que sería recordada por miles y miles de personas a lo largo de todo el mundo, tu memoria sería inmortalizada y tu nombre recordado por toda la eternidad.

Caso StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora