Capítulos 8

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<<Aline>>

Me giro hacia el con sorpresa.

-¿Vienes o no?, no quiero que te le escapes a Clarisa y te vayas de adicta.

-No quiero incomodar, es tu día de descanso- rueda los ojos.

-Ve por tus cosas, te espero afuera- sigue caminando.

-¿Iras?- pregunta Clarisa.

-Si- bajo del banquillo.

-¿Tienes algo con el?- pregunta antes de que salga de la cocina.

-¿Con el idiota tatuado? Claro que no-

-Pues yo noto química, si es así no quiero que me lo vayas a lastimas, es un buen joven, que no te engañe en físico.

-No tenemos ni tendremos nada, ni siquiera me gusta.

-Si tu lo dices- salgo de la cocina ¿qué le hizo pensar que tengo algo con el?

Subo a mi habitación, tomo mi mochila me lavo los dientes y bajo rápidamente las escaleras encontrándome con Gregorio.

-¿A donde vas?-

-No te importa- abro la puerta cerrando la de inmediato. A paso rápido voy hacia Chris que está sonriendo nuevamente al móvil ¿si tendrá novia?

-Listo- me plato frente a él, quita la mirada del celular y camina del otro lado de la camioneta, abro mi puerta y entro. -¿Le llevamos algo a tu mamá?- pregunto una ves que arranca -Talvez fruta, dulces, flores o las tres-

-No es necesario rubia-

-Igual quiero hacerlo, llegaré de sorpresa a su casa, no puedo llegar con las manos vacías.

Rueda los ojos. Me emociona venir con el, yace mucho no salgo los domingos y menos convivo con una familia. Pongo música mientras el conduce sin hacer platica.

-Por ahí- apunto una florería -¿Cuales son las favoritas de tu mama?- pregunto antes de bajar una vez que se estaciona.

-Girasoles- asiento.

Entro a la florería y comienzo a ver hacia todos lados en busca del encargado hasta que un chico aparece.

-Buenos días, ¿en tipo de flores o florero busca?- me pregunga con una sonrisa, mientras sus ojos azules me miran curiosamente.

-Quiero un florero con girasoles, uno grande- este asiente y me hace una seña para que lo siga.

Comienzo a ver los diferentes floreros hasta que veo uno rosa que me en bata, lo elijo y el coloca treinta girasoles. Mientras hace los arreglos noto que me está viendo con auténtica coquetería.

-¿Eres de por aquí?, nunca te había visto-

-No, vivo un poco alejada de aquí- omito decir el lugar donde vivo pues todos conocen a mi padre y a que se dedica y el parece un chico dulce.

Termina el arreglo y saco mi tarjeta, pues nunca me dan en efectivo porque me lo gasto en drogas.

-¿Necesitas que te ayude?- pregunta cuando se hace el pago.

-No es necesario- la voz ronca de Christopher aparece de la nada erizando mi piel.

El chico me mira en busca de una respuesta, pero pues Chris ya le respondió.

-Gracias- digo con amabilidad.

Christopher toma el arreglo con sus manos tatuadas, camina hasta llegar a la puerta pero no sale, se gira hacia mi, entiendo, comienzo a caminar hacia la puerta.

¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora