<<Aline>>
Me giro hacia el con sorpresa.
-¿Vienes o no?, no quiero que te le escapes a Clarisa y te vayas de adicta.
-No quiero incomodar, es tu día de descanso- rueda los ojos.
-Ve por tus cosas, te espero afuera- sigue caminando.
-¿Iras?- pregunta Clarisa.
-Si- bajo del banquillo.
-¿Tienes algo con el?- pregunta antes de que salga de la cocina.
-¿Con el idiota tatuado? Claro que no-
-Pues yo noto química, si es así no quiero que me lo vayas a lastimas, es un buen joven, que no te engañe en físico.
-No tenemos ni tendremos nada, ni siquiera me gusta.
-Si tu lo dices- salgo de la cocina ¿qué le hizo pensar que tengo algo con el?
Subo a mi habitación, tomo mi mochila me lavo los dientes y bajo rápidamente las escaleras encontrándome con Gregorio.
-¿A donde vas?-
-No te importa- abro la puerta cerrando la de inmediato. A paso rápido voy hacia Chris que está sonriendo nuevamente al móvil ¿si tendrá novia?
-Listo- me plato frente a él, quita la mirada del celular y camina del otro lado de la camioneta, abro mi puerta y entro. -¿Le llevamos algo a tu mamá?- pregunto una ves que arranca -Talvez fruta, dulces, flores o las tres-
-No es necesario rubia-
-Igual quiero hacerlo, llegaré de sorpresa a su casa, no puedo llegar con las manos vacías.
Rueda los ojos. Me emociona venir con el, yace mucho no salgo los domingos y menos convivo con una familia. Pongo música mientras el conduce sin hacer platica.
-Por ahí- apunto una florería -¿Cuales son las favoritas de tu mama?- pregunto antes de bajar una vez que se estaciona.
-Girasoles- asiento.
Entro a la florería y comienzo a ver hacia todos lados en busca del encargado hasta que un chico aparece.
-Buenos días, ¿en tipo de flores o florero busca?- me pregunga con una sonrisa, mientras sus ojos azules me miran curiosamente.
-Quiero un florero con girasoles, uno grande- este asiente y me hace una seña para que lo siga.
Comienzo a ver los diferentes floreros hasta que veo uno rosa que me en bata, lo elijo y el coloca treinta girasoles. Mientras hace los arreglos noto que me está viendo con auténtica coquetería.
-¿Eres de por aquí?, nunca te había visto-
-No, vivo un poco alejada de aquí- omito decir el lugar donde vivo pues todos conocen a mi padre y a que se dedica y el parece un chico dulce.
Termina el arreglo y saco mi tarjeta, pues nunca me dan en efectivo porque me lo gasto en drogas.
-¿Necesitas que te ayude?- pregunta cuando se hace el pago.
-No es necesario- la voz ronca de Christopher aparece de la nada erizando mi piel.
El chico me mira en busca de una respuesta, pero pues Chris ya le respondió.
-Gracias- digo con amabilidad.
Christopher toma el arreglo con sus manos tatuadas, camina hasta llegar a la puerta pero no sale, se gira hacia mi, entiendo, comienzo a caminar hacia la puerta.
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¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?
Teen FictionDrogas, depresión y tristeza es lo que describe la vida de Aline. Christopher tratara de ayudarla a encontrar la luz. ¿Se puede ayudar a alguien roto?. No hay que juzgar a una persona por su físico.