<<Christopher>>
Un mes después.
La maldita rubia es una escurridiza de primera. Llevo esperándola afuera de la prepa cuarenta minutos y nada más no sale, ahora mismo estoy adentro tratando de encontrarla.
Busco en cada salón, en casa pasillo y no está. Hija de puta si se esta derogando, según yo lleva tres semanas limpia.
Comienzo a caminar por los pasillos de los conserjes, una risita conocida llega a mis oídos, me apresuro a llegar y en efecto, la rubia yace en el piso riendo mientras otra chica la observa.
—¡¿Que se metió?!— le gritó a la tipa, la cual palidece de inmediato —¡¿Que se me metió?!— vuelvo a preguntar yendo hacia Aline.
—Hola Chris— se ríe.
—Joder rubia, ibas bien ¿qué te metiste?—
—Felicidad, eso me meti—
La dejo recostada cuando noto que la tipa se quiere escapar, soy rápido tomándola del cuello.
—No quiero que le vuelvas a dar mi a vender nada, porque vendré y te voy a cortar la legua ¡¿entendido?!— esta asiente —¿Que se metió?—.
—Coca y un poco de marihuana— le suelto el cuello y corre.
Me vuelvo hacia la rubia.
—Hola de nuevo Chris— ruedo los ojos.
—Debes de dejar de hacer estas cosas— me siento a su lado. No puedo dejar que su padre se entere de esto, los medicamentos de mamá cada ves son más caros.
—¿Porque?, a el no le importa nada que no sea su jodido negocio— inconscientemente recuesta la cabeza en mi hombro. Siento las lágrimas mojar mi playera. —Ni mamá le importo, la dejo ahí— cuando anda en el delirio del alucinógeno es lengua suelta.
—¿Por eso lo quieres castigar?— me mira sin entender —Lo tratas dr la mierda— me interrumpe.
—Se lo merece, todo lo malo que le pase se lo merece, el la vio, vio como ansiaban de ella, como lloraba y suplicaba y no hizo nada— las lágrimas no la dejan continuar.
Me atrevo a limpiar sus lágrimas, algo en mi no le gusta verla llorar y haría cualquier cosa para evitarlo. Ella me sonríe, sinceramente me sonríe, algo roto en ella pues sus sonrisas son vacías o irónicas.
—¿Quien lo diría?, te vez bonita cuando sonríes— ella ríe.
—Tu también eres bonito idiota tatuado— vuelve a recostar su cabeza en mi hombro —Quién diría que eres agradable— ahora el que ríe soy yo.
—Creo que la droga está hablando por ti—
—Si.. creo que sí, pero creo que ya se fue el efecto, ahora ya no puedo ver a mi mamá—
—¿Algún día me contaras la historia completa?— preguntó.
—Si, talvez si—. Se pone de pie —Ahora vámonos, tengo ganas de saltar en el trampolín que tengo en casa.
—No podemos llegar así, se dará cuenta de lo drogada que estás.
—¿Algún día vas a romper las reglas?
—Jamás— se ríe en mi cara.
—Algún día lo harás, estoy segura— dice saliendo del lugar, pero rápidamente vuelve a entrar —Hay hombres armados.
La jalo poniéndola detrás de mi, saco el arma quitando el seguro, asomo la cabeza y si, hay más de diez hombres.
—Busquen en todos lados, la necesitamos viva— grita uno de los hombres.
Saco el móvil y rápidamente llamo a los refuerzos, puedo acabar con todos pero la rubia está temblando aferrada a mi brazo.
—No vayas a dejar que me toque, te lo suplico— susurra. El simple echo de imaginar que la toquen me tensa todo. ¿Porqué?
—Todo estará bien rubia— le susurro. Recibo respuesta del refuerzo ta se encuentran entrando a la preparatoria.
—Necesitó que te encierres en este cuarto y no le abras a nadie hasta que yo regrese ¿entendido?— niega.
—No me quiero quedar sola Chris— volteo a verla, esta asustada.
—Aline no voy a dejar que nadie te toque una sola hebra del cabello, pero necesito que te encuentres segura mientras acabo con ellos— le digo viéndola a lo ojos, perdiendo me un momento en ellos —¿Me harás caso por primera vez en tu vida asiente —Bien, atraviesa todo lo que puedas en la puerta, ya regreso— salgo cerrando la puerta.
<<Aline>>
Los disparos me hacen temblar y una sensación de miedo y preocupación se instala en mi cuerpo por Christopher, no quiero que le pase nada.
Tomo asiento en el suelo después de asegurar las puerta con varias sillas. Los disparos se hacen más repetitivos.
¿Porque me pasa toda esta mierda a mi? ¿Porqué no puedo ser una chica normal?... más disparos y gritos de dolor de hacen presentes, me pone de nervios que algo le pase ¿porque? No tengo una maldita idea.
Pero últimamente me calma tenerlo cerca, me siento segura cuando esta a mi lado. La forma que tiene de verme me gusta, no es de pena o lástima como me miran los demás.
—¿Donde esta señorita Rizzo?— me tapo la boca para evitar sollozar —Puedo oler su miedo a kilómetros— lanza balas a la puerta poniéndome alerta, me mato del suelo y tomo un palo de escoba, no haría ni mierdas con el pero aún así lo tomo.
Lanza patadas a la puerta, hasta que la derriba junto con las sillas.
—Per favore, no me haga daño— tiemblo como me sonríe pervertida mente.
Camina hacia mi lentamente.
—¿Una Rizzo llorona?, vaya mierda— intenta tomarme pero un disparó lo paraliza, corro hacia los brazos de Christopher, que también me abraza con preocupación y algo de alivio.
—¿Estás bien?— pregunta revisando que no este herida.
—Lo.. estoy, ¿y tú?— me enseña su brazo sangrando —Tenemos que irnos, debes ver a un médico.
—Esta bien rubia, solo día un roce— se aleja de mi y va hacia el sujeto que comienza a moverse, aleja el arma del tipo y lo ata con un cable de una televisión vieja.
—¿Creen que ganaron?, esto apenas comienza—
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¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?
Teen FictionDrogas, depresión y tristeza es lo que describe la vida de Aline. Christopher tratara de ayudarla a encontrar la luz. ¿Se puede ayudar a alguien roto?. No hay que juzgar a una persona por su físico.