<<Aline>>
Una jodida semana de entrenar, llego de la preparatoria y me ponen a ejercitar, me duele todo, cada que respiro odio más a mi padre por tener una vida de mierda.
-Vamos rubia- me sonríe desde la meta. Tengo que dar 50 vueltas a la mansión, comenzamos con 5 y ahora son 50 porque me castiga por besarlo.
Se supone que somos novios ¿no?. Lo puedo besar cuando yo quiera. Llego hasta el agitada, adolorida, sudada y acalorada.
-No puedo más- me tiro al piso para hacer más drama.
-Necesitas estar en forma para empezar el verdadero entrenamiento.
-¿Aún falta más?- el asiente. -Mejor deberíamos de ir a comer pizza, ya no quiero entrenar.
-Por cada rebanada serán diez vueltas, tu sabes- se sienta conmigo en el piso y no dudo en recostar mi cabeza en su hombro.
-En vez de matarme en la cama del cansancio me estas matando de puro correr, no es justo- el ríe. Desde hace unos días he estado queriendo llevar las cosas a otro nivel, pero el no se deja.
Quiero tenerlo en mi cama, para terminar de aceptar que el es mío. Quiero que el sexo signifique algo en mi vida, pues la primera vez que lo hice estaba tan drogada que ni lo recuerdo, solo amanecí con dolor.
-Andando- se pone de pie, me ayuda a levantarme y caminamos de la mano hasta la cocina donde está Clarisa.
-¿Como estuvo el entrenamiento?
-Igual que siempre, aburrido y cansado- comenzó a comer una banana.
Chris me pasa agua, la cual recibo gustosa. Lo veo tomar agua a el y joder hasta haciendo eso se ve sexy, varias gotas de sudor le recorren el cuello tatuado, que gracias al señor ya he podido besar. Me sonríe cuando nota que lo estoy viendo con perversión.
-¿Saldrán hoy?- El niega rápidamente.
-Hasta mañana, iremos a casa de mi madre.
-Mandale mis bendiciones- el asiente.
-¿Que comeremos?.
-Verduras hervidas en ensalada- la miro sin poder creerlo.
-¿También tu?- me llevó la mano al pecho fingiendo - Eres una traidora- salgo de la cocina escuchando sus risas.
Subo las escaleras y entro a mi habitación para darme una ducha, para después ir a comer las jodidas verduras. Rápidamente me desnudó, ducho y visto, para cuando salgo del baño Christopher ya me está esperando en uno de los sillones, bañado y cambiado.
-¿Ya tienes el regalo?- asiento.
-Compre algo y después le agregue cosas a mi gusto.
-Ya me imagino lo rosa que es-río. Me siento en sus piernas escondiendo mi cara en su cuello, me permito olerlo. Sus brazos rodean mi cintura, haciéndome sentir segura. El es mi lugar seguro.
-¿Te puedo decir algo?- pregunto abrazandolo por la cintura.
-Lo que quieras rubia- ruedo los ojos.
-Me voy a tenir el cabello para que dejes de decirme rubia.
-No te gusta ninguno de mis apodos, entonces te diré Aline.
-Demonio y rubia son feos, ponme una bonito- dejó un besito en su cuello.
-Demonio me gusta.
-¿Entonces yo te digo Ángel?- se ríe.
-No soy un Ángel.
-Para mi lo eres, me sacaste de la mierda donde me encontraba y me diste motivos para vivir- acaricia mi espalda.
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¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?
Teen FictionDrogas, depresión y tristeza es lo que describe la vida de Aline. Christopher tratara de ayudarla a encontrar la luz. ¿Se puede ayudar a alguien roto?. No hay que juzgar a una persona por su físico.