Capítulo 20

377 26 9
                                    

<<Aline>>

Todos están muertos... la muerte me persigue.

La muerte de papá me hizo cavar un pozo, la muerte de Helen me lanzo al pozo y el abandono de Christopher me enterró...

Todo me tiembla, todo me duele. Camino y corro en círculos tratando de escapar de las voces que me gritan he perdido todo en la vida, hasta las ganas de vivir.

Succiono más polvo blanco, si ya perdí todo ¿qué más da?... en primer lugar nunca debí de meterme en esa familia, yo sabía lo que me perseguía, solo llevé la muerte a ellos, lo bueno es que Christopher ya se alejó de mi y así ya no morirá... El encontra a alguien que lo haga feliz y le dé el apoyo necesario para superar la muerte de Helen..

Los pocos recuerdos que tengo con ella aparecen.. ojalá me hubiera podido despedir de ella. Las lágrimas mojan mi polvo blanco pero no importa, aún así lo inhalo ya no tengo papá que cumpla mis caprichos así que tengo que comenzar a ahorrar..

De echo ya no tengo nada.. El rechinar de una camioneta me pone en altera, me escondo atrás de un contenedor de basura, asomo la cabeza y veo a los escoltas, sin que me vean me escabulló hasta encontrar otra salida y correr al único lugar donde me puedo esconder y tener drogas.

Corro hasta que los pies me arden, llego al callejón de Héctor, lo veo y rápidamente me lanzo a sus brazos buscando aunque sea un poco de consuelo...

-Murio mi papá- le informó mientras me abraza.

-Lo sé- me lleva hasta su casa que no está muy lejos del callejón.

Me dejo caer en uno de los sofás y comienzo a soltar todo lo que tengo dentro, todo el dolor que siento, toda la decepción que me inunda por mi misma... le fallé a el, dañe a papá por años, y ahora ninguno de los dos está conmigo.

-¿Que harás?- pregunta después de un rato.

-Meterme en la paz de las drogas-

Y así lo hago, día tarde y noche cada que sus recuerdos aparecen en mi cabeza hay una linea de coca o una jeringa de heroína que borra todo lo triste...

Veo a mamá y a papá siendo por fin felices junto con mi hermano y su familia... solo falto yo. Van tres veces, tres veces de tomar un cuchillo y acabar con todo.. pero no puedo, algo me impide hacerlo y me jode, me jode ser tan cobarde hasta para quitarme la vida.

Los días se convierten en semanas y las semanas en un mes.

-No puedes seguir así- me dice Clara, al parecer ella y Héctor son socios o no se que pendejada.

-Por primera vez puedo hacer lo que me plazca, así que lo haré- le soy una calada al cigarro de marihuana.

-Los escoltas de tu padre piensan que los Alemanes te tienen, después de muerto le tienen mucha fidelidad- menciona Héctor entrando con las alitas que tanto me he estado saboreando...

-Siempre fue caritativo con ellos, supongo que están en deuda- comienzo a tragar las alitas, hace dos semanas que solo consumo hierba pues es lo único que me ha dado Héctor y no me voy a quejar.

-Espero pronto tomes el lugar que te corresponde, porque la deuda está subiendo más de lo normal rubia- dicho apodo me quita el hambre.

Preparo otro cigarro que comparto con mis amigos, los que me han aguantado este último mes donde lo único que he echo es consumir, vomitar y llorar, por todo lo que pudo ser y jamás será.

Salto en la cama de Héctor, bailo por toda la casa junto con ellos, canto, vuelvo a llorar y a reír, vuelvo a recordar y vuelvo a lamentarme el haberle fallado. Su ausencia me ha tenido sin dormir, cada que cierro los ojos las pesadillas se hacen presente y el no está para susurrar en mi oído que esto estará bien, que el estará conmigo...

Esta vez no lo voy a superar, esta vez acabaron conmigo. Aunque una pizca de mi alma quiere venganza por lo robado.. cada lágrima la quiero cobrar al doble. Y el demonio que llevo dentro quiere salir a cobrar esa venganza.

De un momento a otro caigo inconsciente al piso.

&&&&&

Despierto con dolor de cabeza y una intravenosa en mi mano. Miro hacia los lados encontrándome con Héctor y Clara observándome con enojo y preocupación.

Siento que llevo días aquí, pues las ganas de la droga esta al mil%.

-¿Que mierda hacemos en el hospital?- pregunto con la voz rasposa.

-¿Como que, que mierda? ¿Cuando pensabas decirnos?- los miro sin entender al mismo tiempo que una doctora entra.

-Buenos días- se presenta -Soy Cintia Álvaro y soy toxicologa- asiento.

-¿Me puedo ir?- ella niega y me mira seriamente.

-Debemos hablar sobre la intervención del embarazo- me quedo en blanco ¿embarazo? ¿Intervención?.

-No.. yo no puedo estar embarazada- me quito la intravenosa soltando un grito.

-Tranquila Aline- me detiene Héctor justo cuando entra otra doctora.

-Hola, buenas días, soy Diana Fuentes y soy tu obstetra- la miro, sonríe cuando ve mi cara de asusta -¿Mamita sorprendida?-

-Mucho- por alguna razón me genera confianza.

-La mejor opción es interrumpir el embarazo- se mete la otra.

-Si estoy embarazada de ningún motivo lo sacarán de mi- advierto.

-Si no lo quieres no pasará- me dice la obstetra -Pero ten en cuenta que tu bebé es un milagro por la cantidad de droga que has consumido lo más probable es que allá un aborto espontáneo, pero de no ser el caso haré todo lo posible porque tu y tu milagro estén bien, ¿de acuerdo?-

-Si- le sonrió, por primera vez en semanas vuelvo a sentir algo que no sea tristeza, por primera vez estoy viendo la luz al final del túnel oscuro.

Me doy la vuelta para que no me vean llevar las manos a mi vientre plano. Tendré este bebé, el estará bien y yo también porque ambos somos sobrevivientes.

—FIN—

¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora