Capítulo 12

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<<Christopher>>

La sigo, mejor dicho trato de seguirla ya que es rápida y ágil al irse entre los árboles que rodean la propiedad.

-¡Aline!- le gritó pero no se detiene. Las imágenes que estaban en la casa son deplorables, algunas eran tan horribles, en algunas su madre ya fallecida aún siendo violada...

De un momento a otro la pierdo, miro a todo lados tratando de verla o escucharla pero solo se escuchan los movimientos de los arboles. Regreso corriendo a la propiedad.

-¡¿Donde está?!- lo empujó yendo hacia la camioneta -Si se fue al bosque ahora mismo trae una camioneta, es de emergencia.

-No lo sé, iré a buscarla- me trepó a la camioneta

Tomo caminó y trato de pensar a donde iría la rubia, recuerdo al idiota que le vende drogas y conduzco a gran velocidad hasta ese sitio, el sol se está acabando y mi preocupación crece.

Bajo de la camioneta no sin preparar mi arma, corro hasta donde está el idiota que se pone a la defensiva.

-Largo- saca un arma.

-¿Esta ella aquí?- mi voz sale con preocupación pero firme.

-No, hace un tiempo no viene- ¿le creo a un drogadicto?.

-Tiene una crisis, ¿dónde la puedo encontrar?- el baja el arma.

-En el callejón de los perdidos.

-Sube a la camioneta y llévame- lo piensa un poco pero por alguna razón termina aceptando.

Ambos subimos a la camioneta, me indica por dónde ir.

-La rubia está jodida, si fuera tú me alejaría, una persona rota no puede amar o pensar en alguien no sea el mismo o las drogas.

-La puedo ayudar...

-No, no cuando ella no quiere la ayuda.

-¿Desde cuando la conoces?.

-Le regaló y vendo drogas desde los quince, al principio no quería darle pues era tan inocente pero vi el dolor en su mirada y comenzó a meterse droga que no estaba echa en las mejores condiciones- suelta un sus piro, como si se arrepintiera -Es ahí- apunta a un callejón y estacionó saliendo de inmediato con el detrás de mi.

Entro al callejón, el olor a orines, vomito y mierda es bastante, busco por todos lados tambaleando me por el jodido olor de mierda.

Todo se me tensa cuando la veo, llena de vomito y orines, suelta una jeringa para después inclinarse he inhalar el polvo blanco... corro hasta quedar a su misma altura.

-¿Cuanta mierda te metiste?- la centro pero esta tan perdida.

-La deje... yo la abandoné- trato de cargarla pero se rehúsa -No me lleves-llora y patalea llamando la atención.

-Oye amigo, yo le di la droga a la chica y dijo que me la iba a mamar, no te la puedes llevar‐. La ira llega a mis venas pero Héctor es quien termina por golpearlo.

-Nos la vamos a llevar, es mejor de edad jodido idiota- vuelve a comprarlo.

-¿Cuanta mierda te metiste?!- le vuelvo a preguntar preocupado por su estado.

Se ríe y llora al mismo tiempo, trato de volver a cargarla pero es muy escurridiza, patalea y llora, suelta golpes a la pendejo, me gano algunos rasguños en la cara y cuello.

Trata de huir y la someto en el piso, pero los sujetos vuelven contra mí.

-Ella no se quiere ir, mejor váyanse ustedes- muestra un arma, estoy apunto de sacar la mía cuando de pronto...

-¡Sobredosis!- exclama otro drogadicto.

La escena me deja en shock total, no respiro, no pienso, todo se detiene con ella siento sacudida por el espasmos...

-Hay que...- me agacho a su lado poniéndola de lado evitando que se ahogue, tomo sus signos, mientras trato de que el shock pase... Me aferro a su pequeño suéter, jamas he tenido un miedo como el de ahora.

-Ya está pasando-me palmea el hombro.

Poco a poco pasa, logro cargarla pues de ve tan agotada que no reprocha a la hora de hacerlo, la llevo hasta la camioneta colocándola en la parte trasera.

-Gracias- le susurro a Héctor.

-Llevala a casa, yo me iré caminando- no digo nada, solo lo veo alejarse.

Vuelvo a observar a la rubia que está temblando y delirando.

-Perdón.. perdón mami- su voz sale tan rota, que me parte el corazón.

Acarició su melena dorada, mientras observó su rostro, todo el día tuvo una sonrisa en el, y ahora tiene quien sabe cuanta mierda en su sistema.

-No me dejes.. no me dejes Chris.

-Jamas lo haría- me atrevo a besar su frente.

No sé que tiene ella, que siempre me hace querer verla feliz, con una sonrisa y brillando. Es una persona que a sufrido tanto, que ahora lo único que me apetece es hacerla feliz.

¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora