<<Christopher>>
Entro a la mansión en italia Sicilia de Gregorio Rizzo, el líder de la mafia Italiana. Que me contestara no me sorprendió pues escuché que tiene una pelea con la mafia Alemana obviamente quiere proteger su culo y no hay mejor opción que yo.
Antes de entrar me quitaron armas y cuchillos lo cual entiendo, uno de sus hombres me lleva hasta una oficina donde me deja tomar asiento, sale cerrando la puerta.
Después de varios minutos la muerta es abierta nuevamente dejando ver al líder Italiano, me pongo de pie de inmediato.
—Christopher James— estrecha mi mano —Por favor toma asiento— le hago caso, el toma siento detrás del escritorio.
—Usted me contactó Señor Rizzo, dígame para que soy bueno— me mira seriamente.
—Para nadie es un secreto que tengo una guerra con los Alemanes por haber asesinado a mi esposa, hijo y a su familia—
La información de la esposa la desconocía.
—La guerra paro un tiempo, pues quise asegurarme de que mi legado creciera, pero ahora he vuelto peor que nunca y necesito de tus servicios—
Hace referencia a mi experiencia de asesino, pues a mis 25 años soy uno de los mejores asesinos de la mafia, he protegido a cualquier líder que me contrate desde los 15 años.
—Hablemos del pago— le digo.
—Pagaré todo el tratamiento de su madre, y aparte recibirás un pago semanal de cien mil dólares— abro los ojos por la sorpresa, nunca me habían pagado tanto.
No me sorprende que sepa lo de mi madre, siempre hay que investigar a la persona que quieres contratar, más si esta te puede matar de mil formas diferentes.
—¿Solo por cuidar su espalda?— el niega divertido.
—La protección no es para mi— lo miro sin entender —Mi hija, Aline de 18 años— rápidamente niego.
—No cuido adolescentes— se vuelve a poner serio.
—Pagare el doble, necesito al mejor cuidando a lo único bueno que tengo en la vida— hay súplica en su voz.
—No, lo siento— me levanto para irme.
—¿Tu madre aguantará hasta que más te contrate?— tenso la mandíbula —No te lo digo a mal querido, pero deberías poner primero a tu madre así como yo pongo primero a mi hija— sigo en silencio, el tiene razón, las cuentas se acumulan. —Piénsalo, tienes hasta hoy en la noche para darme una respuesta, si es un si mañana mismo empiezas, tienes el número de mi hombre de confianza manda ahi tu respuesta— asiento y salgo de ahí.
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Llego a casa frustrado pero al ver a mi madre todo problema queda en segundo plano.
—Cariño, ¿cómo va la búsqueda de trabajo?— me acerco a ella que esta en el sofá viendo quién sabe que. Ella sabe a lo que me dedico, no le gusta, pero tampoco dice nada.
—Me ofrecieron algo, pero es andar tras una adolescente— beso su mejilla antes de sentarme a su lado.
—¿Y?, talvez con ella no estés tanto en peligro—
Ruedo los ojos, donde hay mafia hay peligro.
—No lo sé, no me gusta andar detrás de niñas chifladas—
—Ojalá no tuviera que decirte eso— suleta un suspiro —Llego la cuenta del hospital, y hay demasiados ceros— ahora yo suelto el suspiro.
–Creo que estaré detrás de una adolescente por unas semanas— me hago a la idea, es el único trabajo que me han ofrecido en meses y las cuentas no se pagan solas.
Mando el mensaje de aceptación antes de irme a dormir, me mandan un horario y reglas.
"Tiene que estar con ella las 24 horas del día" "Solo tiene permitido estar dos horas sola al día" "Se le enviará una enfermera a su madre y los domingos son de descanso" aún no empiezo y ya me aburrí.
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Al siguiente dia.
Termino de vestirme, el negro siempre me favorece así que me lo coloco ropa negra. Desayuno y platico un poco con mi madre entera de abordar el auto y conducir hasta la mansión Rizzo.
Al llegar me dan más armas, un chaleco antibalas de esos que no son notorios, un celular para estar en comunicación con los escoltas.
—Señor James, que gusto que aceptara, yo voy de salida pero la señora Clasura lo llevará hasta donde está mi hija— Gregorio desaparece igual de rápido que como apareció.
Entro a la propiedad encontrándome con una mujer se unos 50 años.
—Por aquí joven— me mira con mala cara, supongo que por los tatuajes visibles.
La sigo hasta la segunda planta de la gran cada, se detiene frente a una puerta color negro.
–La señorita Aline saldrá en cualquier momento, si se dan las 7:30am y no sale tiene permitido entrar— me recuerda una de las reglas.
Sin más se da la vuelta y se va.
¿Que problema tienen con la privacidad? La pobre chica no puede estar sola por máximo dos horas.
Los minutos pasan, se dan las 7:30 y nada, espero otros diez minutos, me estreso y toco la puerta. Toco varias veces hasta que abro la puerta encontrándome a nadie, entro a la habitación color tan rosa que asquea, llego a una puerta la cual creo que es el baño, pero la oreja a la puerta y no se escucha nada.
Toco la puerta y nadie responde, así que la abro, vaya escena ya veo el porqué de la poca privacidad.
La señorita Aline yace inclinada en el lavamanos inhalando varias líneas de coca.
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¿Mi Ángel? o ¿Mi Demonio?
Teen FictionDrogas, depresión y tristeza es lo que describe la vida de Aline. Christopher tratara de ayudarla a encontrar la luz. ¿Se puede ayudar a alguien roto?. No hay que juzgar a una persona por su físico.