❝ El Soldado de Invierno no merece la compasión ni el socorro de nadie, y Bucky Barnes hace mucho tiempo que desapareció dejando una simple sombra de lo que algún día fue.❞
Al menos, eso es lo que él creía. Y hacerle cambiar de opinión no iba a ser...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
•─────•✦•─────•
17
Después de aquel frenético encuentro ambos se acostaron en el colchón, tapándose con las mantas a pesar del calor que se daban entre ellos. Olivia encontró una buena almohada en su hombro y acarició su pecho desnudo con los dedos hasta que se quedó dormida.
Bucky tenía su mejilla apoyada en la parte superior de la cabeza de la chica, dejando que sus fosas nasales se inundaran con el olor a coco que ella desprendía. Una de sus manos recorría la espalda de ella y la otra la reservó para entrelazarla con los dedos que reposaban en su pecho una vez se quedó dormida.
James sintió como la respiración de ella cada vez era más lenta y sus caricias menos frecuentes, así que dejó un beso en su pelo y le susurró buenas noches. Él no tardó mucho más en conciliar el sueño, pero de nuevo los flashes comenzaron a aparecer en su mente.
Aquella noche el shock no fue tan grande como algunas veces anteriores, pero fue lo suficiente para arrancarlo del sueño. Bucky se despertó de golpe, alterado y con la respiración agitada, pero controló su reacción lo máximo que pudo para no despertar a la chica que dormía plácidamente en su cama.
En algún momento de la noche ella se había dado la vuelta hasta una de las esquinas de la cama y Bucky se alegró de no haberla despertado. Pasó sus manos por su pelo y se tomó unos segundos para tranquilizarse, después se dejó caer suavemente en el colchón buscando la mano de Olivia.
El cuerpo de la chica se movió de nuevo hacia él y lo abrazó reposando la cabeza en su pecho. Bucky subió su mano y apartó unos vellos que salían de su moño y se posaban en su cara.
— Creo que te quiero – Susurró sabiendo que ella estaba dormida.
•─────•✦•─────•
Los días posteriores a ese siguieron una rutina bastante similar: entrenamientos por la mañana, alguna actividad por la tarde si ambos la tenían libre y dormir juntos por la noche.
Olivia estaba muy feliz por Bucky. Cada día mejoraba más y más en los entrenamientos, y su ansiedad se iba reduciendo. Según le había dicho, las pesadillas que solía tener por las noches habían desaparecido, y rara era la vez que se desvelaba por su culpa.
James comenzó a relacionarse con Nakia y los demás más a menudo, disfrutando de su compañía en las comidas y cenas. Ella sentía que por fin comenzaba la nueva de vida de Bucky, y estaba contenta de formar parte de ella.
Así eran las cosas desde el punto de vista de la chica, pero desde el del soldado todo era bastante diferente.
Las pesadillas seguían apareciendo cada noche, y la ansiedad que le generaban iba en aumento cada día, lo único que había cambiado es que ahora se obligaba a controlar sus impulsos porque sabía que la despertaría a ella.
