❝ El Soldado de Invierno no merece la compasión ni el socorro de nadie, y Bucky Barnes hace mucho tiempo que desapareció dejando una simple sombra de lo que algún día fue.❞
Al menos, eso es lo que él creía. Y hacerle cambiar de opinión no iba a ser...
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— ¿Te gusta lo que ves? – Preguntó Olivia en tono cómico al notar los ojos azules de James sobre su cuerpo. — Es broma.
— Estaba.. pensando – Contestó incómodo al darse cuenta de que lo había pillado.
— ¿En qué?
— No.. no es nada.
— ¡Vamos! Puedes contármelo, Bucky. Puedes confiar en mí.
— Mmmh... No te ofendas pero.. No lo sé, no parece que tengas mucha fuerza, ¿cómo has llegado a ser la segunda de Okoye?
Olivia sonrió dándose cuenta del cuidado con el que había elegido las palabras para no ofenderla y clavó sus ojos oscuros en los de él.
— Si me ganas en un combate cuerpo a cuerpo te contesto.
Bucky alzó una de sus cejas incrédulo frente a las palabras de la chica.
— ¿Has visto lo que he hecho antes con un solo golpe? No quiero hacerte daño, Olivia.
Las palabras de James provocaron una risa en la boca rosada de la pelinegra y él no podía sentirse más perdido en la conversación, aunque le gustaba escucharla reír.
— Si no quieres luchar, no te contestaré.
James la miró sin saber muy bien que pretendía, pero si ella estaba tan segura de si misma suponía que no tenía nada que perder.
— Está bien – Contestó con una pequeña sonrisa ladeada.
Olivia sonrió y subió al pequeño tapiz cuadrado con gomas que lo cerraban por cada uno de los cuatro lados. Bucky la imitó y se puso en el lateral que quedaba frente a ella.
— No vale usar armas externas ni golpes en la cara. ¿Bien?
— Bien.
El cuerpo de la chica estaba recto y relajado frente a la postura defensiva que Bucky había adoptado. Ella prefirió esperar a que el chico lanzase el primer golpe, que como había previsto iba derecho a su costado izquierdo.
En realidad un combate cuerpo a cuerpo es bastante simple si se presta la atención necesaria. Olivia había mirado minuciosamente cualquier cambio en el cuerpo de James y pudo ver como sus ojos bajaron ligeramente hacia su costado.
La pelinegra esquivó el ataque sin esfuerzo y quedó tras él sin atacar. Sonrió ligeramente cuando los ojos del chico encontraron su mirada sabiendo que ella tenía el control.
Bucky volvió a atacar más rápido y fuerte cogiendo esta vez su brazo izquierdo y doblándolo hasta su espalda. Olivia se agachó aun siendo agarrada por el chico y golpeó con su codo el abdomen de él, haciendo que soltase un pequeño gemido y aprovechó ese instante para girar su cuerpo completo y salir de su agarre.
