❝ El Soldado de Invierno no merece la compasión ni el socorro de nadie, y Bucky Barnes hace mucho tiempo que desapareció dejando una simple sombra de lo que algún día fue.❞
Al menos, eso es lo que él creía. Y hacerle cambiar de opinión no iba a ser...
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— ¿La que te dio Okoye cuando te trajo a Wakanda? – Preguntó Shuri a sus espaldas. Olivia asintió. — Eres una genia, Kale.
Olivia se giró hacia la morena sin saber a qué se refería.
— ¿Por darle una pulsera? – Preguntó ingenua mientras veía a Shuri moverse rápidamente por su laboratorio, buscando archivos en sus bases de datos.
— Por darle esa pulsera. ¿No tienes ni idea no? - Preguntó mirando a Olivia. — Mi padre le pidió al antiguo responsable de los avances tecnológicos que crease dos dispositivos para rastrearnos. Tú y yo nos escondíamos por ahí y nos escapábamos cada vez que podíamos, ¿por qué crees que siempre nos encontraban?
— Pero... Okoye me dijo que todas las guerreras tenían una, que era un símbolo de la fortaleza de las Dora Milaje – Contestó la pelinegra sin creer todavía lo que la morena le decía haciendo reír a la otra mujer.
— A mi me dijeron lo mismo hasta que un día la rompí sin querer y salió un rastreador de dentro de una de las bolas, creía que lo sabrías a día de hoy.
Olivia se pasó las manos por la cara intentando canalizar su frustración.
— ¿Entonces podemos saber dónde está en tiempo real? – Dijo con un atisbo de esperanza ante dura mirada del capitán.
— Correcto. Y no deberíamos tardar mucho.
— Si somos rápidos podríamos encontrarlos antes de que les diese tiempo a planear nada – Espetó el capitán. — Voy a avisar a las demás, en cuanto sepáis algo corred al quinjet.
Steve salió del laboratorio y alertó a T'Challa, Okoye y Nakia. Las mujeres movilizaron a un grupo de Doras que no tardaron en acudir al transporte de la entrada. Todo estaba preparado para el momento en que Shuri determinase la posición del soldado. El rey quiso ir aquella misión y utilizar a la Black Panther para proteger a sus guerreras, pero eso significaba dejar el país sin vigilancia, así que al final cedió a quedarse.
Olivia confiaba en que Bucky todavía sentía algo por ella, aunque fuera compasión. Ella quería creer que él la echaba de menos, como ella lo hacía. Confiaba en que el guardase uno de los pocos recuerdos que tenía de ella igual que había hecho con la foto.
La pelinegra apretó el bolsillo de su traje donde aún guardaba la foto con Bucky, esperando a que Shuri encontrase algo.
— Lo tengo. Leoben, Austria – Dijo Shuri. — Parece que han vuelto a una base antigua.
Olivia notó los ojos de la morena clavados en ella, esperando su reacción enterarse de que habían vuelto a su ciudad natal, la ciudad en la que le quitaron todo lo que tenía. La chica asintió y salió corriendo a la entrada. Okoye y el capitán la esperaban en las puertas del quinjet.
