❝ El Soldado de Invierno no merece la compasión ni el socorro de nadie, y Bucky Barnes hace mucho tiempo que desapareció dejando una simple sombra de lo que algún día fue.❞
Al menos, eso es lo que él creía. Y hacerle cambiar de opinión no iba a ser...
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7
El resto del día de Bucky fue bastante aburrido ya que solo había salido de su habitación para ir a comer y para bajar a la gran biblioteca y coger un libro.
Pensó que mantener la mente ocupada con la historia de una doncella que era secuestrada por su propio cuñado por venganza le haría dejar de pensar en Olivia.
No entendía por qué no conseguía sacarla de su cabeza y le molestaba. Desde el primer día ella se comportó con él como si fueran amigos de toda la vida. Se preocupaba por conocerlo, por sabe cómo se encontraba, por si necesitaba algo o si tenía algún problema.
James no comprendía por qué se portaba tan bien con él. Siempre estaba sonriente a su lado, siempre sabía qué decir para ayudarle a sentirse mejor y, por su culpa, siempre pensaba en ella ahora.
Su cuerpo se sentía raro cuando estaba a su alrededor, su pecho se aceleraba ligeramente y una corriente eléctrica le recorría por dentro cuando la tocaba. Aún recordaba con exactitud como era tener su cálido toque en la espalda, confortándolo.
La parte racional del cerebro de Bucky le obligaba a apartar cualquier tipo de pensamiento que tuviera que ver con ella, pero la parte más emocional le recordaba cada segundo que se sentía atraído de alguna manera por ella. No podía negar que era una chica muy atractiva, pero él no merecía tener a una persona así a su lado, así que se convencía a él mismo de que su relación simplemente era profesional.
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Después de una ducha rápida Bucky se puso un pantalón deportivo de color negro con una camiseta de algodón de color blanco. Todo ropa cómoda como Olivia le había dejado claro cuando le dio las instrucciones. Una parte de él estaba intrigada por saber qué había preparado la chica.
Antes de salir de la habitación cogió una sudadera por si la noche se ponía fresca y la guardó en una pequeña bolsa de deporte donde también llevaba agua y algunos snacks. Olivia le dijo de broma que si no llevaba algo de comer no le dejaría quedarse.
Volvió a echar un último vistazo a la habitación y cogió la sudadera que había llevado puesta ese día también.
Caminó varios minutos antes de llegar al sitio donde Olivia le había citado. Se plantó en el punto más alto y pudo ver como la chica esperaba sentada en una manta sobre la hierba que rodeaba el río. Bajó con cuidado y se acercó silenciosamente.
— Has llegado pronto – Habló Bucky con suavidad.
— Prefiero llegar pronto que tarde – Contestó Olivia girando su cabeza para mirarlo a los ojos.
A Bucky casi se le para el corazón. Olivia llevaba su pelo negro suelto y este ondeaba al entrar en contacto con el viento. Su ropa era mucho más desenfadada que la que había llevado todas las anteriores veces que la había visto. Llevaba un top de color violeta y un pantalón fluido negro. La vista de su cálida sonrisa con el sol que empezaba a ponerse tras ella le hizo sentirse como si estuviera en casa.
