Deja de correr... - Sonadow (FanFic En Español).

Epílogo

Aquella gata negra estaba acomodando su ropa, nada formal pero al mismo tiempo nada tan casual, arreglaba su pelaje y sus orejas, tras unos momentos estaba lista. Tomó el ramo de rosas que había preparado y sonrió para sí misma, hoy era un hermoso día.

—¿Ya estás lista?— se oyó a alguien detrás suyo.

—Sí pero, no sé ¿me veo muy pomposa?— se dió una vuelta para mostrar su vestimenta, aquella eriza blanca rió ligeramente, se acercó y acomodó el cuello de su camisa.

—Te ves perfecta, a tu abuela le encantará.— le regaló un pequeño beso y se dirigieron a fuera para ir a aquel hotel.

En el edificio todo estaba listo, las remodelaciones habían sido perfectas ya no solo parecía una mansión vieja, ahora parecía un sitio turístico al cual cualquiera podía entrar. La decoración era blanca, el evento de ese día sería grande, muchas flores, listones blancos, músicos, un banquete, era un gran día. Las chicas llegaron en un taxi, entraron al gran patio delantero observando todos los elementos que había, hablaron sobre lo hermoso que estaba todo y entraron al hotel.

—Abuela ¿dónde estás?

—En la cocina cariño.— se oyó la voz de la anciana entre la música que sonaba. Ambas dejaron sus abrigos en el perchero y fueron a verla. Al entrar en la cocina, la mujer las abrazó fuertemente, tan alegre de verlas, ambas se sentaron en su mesa, ella acababa de terminar la comida y estaba tomando un descanso, tomaron un momento para platicar y ponerse al corriente de cualquier chisme de la semana, hablaron de la organización y demás del evento, estaban felices de que sucedería allí, más Danaí, era el evento perfecto para la reinauguración del hotel.

—Y con lo hermosas que son las bodas. — pronunció la anciana.

—Bueno, siempre pensé que son mucho trabajo y demasiado elegantes. — pronunció la gata tomando un poco de té.

— ¿Significa que no quieres casarte?— pronunció su pareja, ella estuvo a punto de escupir su bebida, pero logró tragarla antes que pasase.

—Yo, osea, no digo que, es que yo... la verdad no diría que...

—Cariño, tu novia solo quieres saber si vas a ser un hombre trabajador y le cumpliras con su casamiento.

—¡Abuela, no soy hombre!— pronunció Dayan algo molesta, las otras dos rieron, era un chiste continuo para las tres y lo disfrutaban.

Tras varios minutos de conversación algunos invitados empezaron a llegar, Tail's, Cream, Vainilla, Cheese y Esmeld llegaron con regalos, la pareja les dió la bienvenida y les acompañaron a la parte de atrás donde el altar se encontraba, les asignaron sus asientos y les dieron libertad de mirar todo el lugar, cosa que Cream, Esmeld y Cheese aprovecharon para jugar en el gran jardín , mientras Vainilla y Tail's platicaban con Danaí. Vector, Charmy y Espio llegaron poco después, donde se quedaron en el jardín con los chicos, de a poco más invitados llegaron, Ray y Mighty traían enorme regalos y saludaron a la banda Chaotix como si no se hubieran visto en años, agentes de G.U.N. y algunos altos mandos también llegaron, Amy y Silver llegaron sonrientes y bien arreglados, este último se había quedado con ella en su casa, habían vuelto a conectar de nuevo su amistad, por lo que no se habían separado desde hace tiempo; arribó Blaze con Marien y varios de sus subordinados de élite para el evento. Todos fueron acomodados por la pareja, la cual estuvo de un lado a otro sin descansar.

—¿Dónde están los chicos? — cuestionó Dayan mientras guardaba los presentes.

—Se están arreglando arriba cariño, no tardarán mucho. — pronunció la anciana acomodando algunos adornos extras.

—Estarán nerviosos, espero que todo salga bien hoy. — dijo aquella eriza mientras recibía a otros invitados.

Mientras tanto, en las habitaciones de arriba, Sonic estaba tratando de acomodar su moño, había deshecho ese nudo tantas veces que estaba a punto de simplemente no usar nada, pero lo evitaría a toda costa hacerlo, se sentía un pingüino con ese smoky, y tan incómodo con pantalones, pero esa tarde lo valía. Tras la milésima vez, al fin lo logró, acomodó sus mangas, sacudió su saco y se arregló sus púas. Salió de la habitación y miró abajo de las escaleras, miró a todos sus amigos llegar con una enorme sonrisa, alegres de la noticia, era tanto que el sentimiento se transmitía en toda la casa, quería saltar y correr de felicidad, pero no podía sin romper ese traje y era rentado, aunque pensándolo bien, debería comprar uno a veces había tantos eventos a los que ir que sentía que gastaba mucho en esa ropa. Se dirigió a la otra habitación y tocó suavemente.