-Disculpe la tardanza-dijo Bernie,sentándose.
-No se preocupen-respondío una voz ronca.
El doctor Marcko Santana,el más importante de Eleveng,por algo era el director.
-Señorita Jennifer Maday Wester,Martina fue su paciente casi un año,¿cierto?-preguntó mirándome figamente,sus ojos azules como el mar te hacían sentir juzgada.
Asentí con la cabeza.
-No me tengas miedo,pequeña-sonrió-. Martina fue trasladada al Hospital Eleveng el día nueve de noviembre,luego de que la hirió.A los cuatro días de ser llevada se suicidó.
>>Ella aseguraba que usted la quizó matar,¿qué puede decir al respecto?-dice mirándome fijo.
Lo miré y recordar lo sucedido era como abrir una herida que ya comenzaba a cicatrizar.
Me acomodé en la silla y tragué grueso,para comenzar a relatar todo.
-Martina todo el tiempo había sido calmada,yo la atendía por problemas de depresión y cortadas en las muñecas,la psicóloga no agarró el caso así que lo hice yo...
-¿Qué más?-inquirío.
Eso había sido fácil,lo demás era lo que me atormentaba.
-Bueno,le daba terapia dos veces por semana,fue mi primer paciente ocho meses exactos...la última terapia se me salió de control,ella estaba rara ese día y yo quize indagar más sobre su vida.
>>Yo quería descubrir el fondo de su problema,entonces ella me gritaba que la quería matar,intenté calmarla pero fue en vano.Ella sacó un bisturí,seguía repitiendo lo mismo,me acerqué para intentar quitarle el bisturí.
>>Ella halo mi vestido y me hizo una herida en la pierna y cadera...Salí corriendo por el pasillo y Bernie se encargó de Martina.Desde ahí no supé nada de ella,solo firmé el traslado y luego avisarón que se suicidó-terminé con un gran nudo en la garganta,imaginando todo ese mal rato.
Suspiró.Bernie tomó mí mano dándome apoyo o transmitiendomelo.
-Damisela,¿usted cree que ese día no era ella?
-No sé,pero en sus ojos había miedo-respondí recordando su mirada.
-No se preocupe pequeña niña,le hicieron exámenes cuando llegó,ella estaba drogada,nadie lo creía.
-¿Por eso reaccionó así?-pregunté sorprendida.
Asintió-Sí Maday,la familia te decía asesina porque ella repetía eso,todo el tiempo que estuvo ahí.
Asentí,relajandome.Eso debía ser caso cerrado para siempre,yo no hize nada,claro está.
-Pero ambos sabemos que Maday no tuvo la culpa-interrumpío Bernie.
-Exacto.Hoy esto queda cerrado para siempre-informó sonriente.
Mi corazón latía de felicidad,eso se cerró y ya podía tener mi mente en paz.
-Gracias por creer en mí.
-Siempre pequeña,siempre.
El doctor se fue luego de despedirse de Bernie,ya estaba más tranquila pero aún tenía una espinita de culpa,al pensar que podía hacer más por la rubia,ojos negros de Martina.
-¡Bernie lo logramos!-exclamé abrazándolo.
-Sabía que sí,pequeña.
Me sonrió,una sonrisa reconfortante,solo él y Max provocaban calma en mí con una sola sonrisa.
-Me tengo que ir,te veo luego.
-Adió pequeña.
Le dí un beso en la mejilla y me fuí,para mí consultorio.
_
-Hay miedos que es mejor no
recordarlos.
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Maday [Libro 1]
Novela JuvenilJennifer Maday Wester una psiquiatra joven y talentosa,quien vive con su hermano.En el hospital conoce a un joven y apuesto forense,se enamoran y comienzan una historia juntos. No todas las historias terminan con un final feliz y que pena que sea as...