Holaa, siento mucho no escribir tanto como antes. Ya quedan pocos días para volver a empezar los estudios y estoy preparando libros y material y no tengo mucho tiempo para escribir. Por eso he intentado que este capítulo os guste mucho y sea interesante.
Por cierto, quería agradeceros mucho a la gente que se está leyendo mi libro, ya somos casi 200 lecturas y aunque sea poco me hace muy feliz.
Y con esto ya os dejo el nuevo capítulo. ♥︎
***Ya era Lunes por la mañana y mi teléfono estaba lleno de llamadas de Adam por lo ocurrido ayer en la noche. Me lo pasé muy bien con Bruno cenando juntos y hablando de todo, riéndonos y de vez en cuando haciendo alguna tontería para acabar con dolor de barriga de la risa.
Ya estaba vestida y como hacía un poco de frio me puse una sudadera de rallas color azul y beige, pantalones negros acampanados y unos zapatos blancos. Me solté el cabello y me lo cepillé ya que me llegaba por en medio de mi espalda. Desayuné y quedamos ayer en que Bruno me pasaría a buscar para irnos juntos, y como era de esperar ya estaba en mi puerta con su elegante Audi gris. Me subí al asiento y me giré para ver lo atractivo que iba hoy. Una camiseta blanca básica y encima una camisa de cuadros, unos pantalones anchos negros y las Air Jordan azules. No pude evitar buscarle algún parecido con Adam pero eran totalmente muy diferentes.
-Buenos días -me dijo cogiéndome la mano para darle un escaso beso-¿Cómo has dormido hoy?.
-Bien ¿Y tú?.
Me sonrió y me soltó para coger el volante y arrancar. Sabía perfectamente que podíamos estar horas y horas observándonos mutuamente y admirando la belleza de cada uno. Quería agradecerle la noche de ayer por ayudarme a sentirme cómoda con él.
-Gracias.
Me miró de reojo con una ceja enarcada extrañado por lo que le acababa de decir.
-¿Porqué? -se aclaró la garganta.
-Por la noche de ayer, me hiciste sentir bien estando a tú lado y te lo quería agradecer. Sé que aunque Adam sea tu hermano y me haya echo mucho daño no tiene porque cambiar nuestra relación.
Levantó la comisura de sus labios dando por terminada la conversación. Cuando llegamos nos bajamos y nos dirigimos cada uno a su clase. Me tocaba Biología y me senté al final ya que siempre nos ponen videos que duran toda la hora así que me dedico a leer o a dibujar. Estuve unos minutos hasta que sentí la presencia de alguien que conocía muy bien. Desde lo ocurrido no sabía que tanto me podía afectar su presencia hasta el momento de ahora. Recé para que no le diera en su estúpida cabeza sentarse a mi lado y por suerte no lo hizo, se sentó justo delante de mí, volví a dibujar haciendo que no había visto nada.
Ya llevábamos como un cuarto de hora de documental sobre la fotosíntesis cuando me llegó un mensaje de mi ex, Nathan.
Nathan: ¿Cómo estás preciosa? ¿Me echas de menos?.
Me paralicé. No sabía que hacer en ese momento ¿Qué quería ahora? Después de ser un tóxico y engañarme con Paula, la chica con quien se metía conmigo cada día y tenía que aguantar sus burlas delante de todos me volvía a escribir después de un año. Me bloquee y sentí que me faltaba el aire, la cabeza me daba vueltas, necesitaba salir de esa clase. Me levanté cogiendo rápido mis cosas con lágrimas en los ojos cuando toda la clase me miraba incluso él pero, no me importaba nada ni nadie en aquel momento, solo quería salir de ahí.
-Ariadna - me llamó la profesora parando el documental-¿Se encuentra bien?.
No me paré a responder, corrí hacía la puerta aún llorando y salí para dirigirme a las gradas del campo de fútbol para tomar el aire y pensar. Ya sentada escuché unos pasos detrás mío y, como no, Adam.
-Vete.
Dije exigiendo mientras mi respiración volvía a ser normal.
-¿Qué te ocurre? -preguntó acercándose más hasta quedarse delante de mi-?Estás bien?.
Levanté la mirada con mis ojos fijos en los suyos con la diferencia de que los míos seguramente estaban rojos.
-¿Después de todo lo que me has echo se te ocurre preguntarme si estoy bien? -puse los ojos en blanco-Que considerado por tú parte.
Se sentó a mi lado mirando delante igual que yo, solo escuchando el sonido de los arboles moviéndose por el aire hasta que decidió hablar.
-Escucha, sé que estas palabras no valen nada para ti pero lo sient...
-Exacto -le corté antes de que pudiera terminar la frase-Tus palabras ya no valen nada para mi.
Me miró para volver a hablar.
-Sé que te hice daño pero no quiero estar así contigo, evitándonos todo el tiempo así que por favor ¿podemos volver a ser amigos?.
Al principio pensé que le fallaba algo en la cabeza para pedirme a estas horas ser su amiga pero, tampoco perdía nada. Me acordé de lo bien que me sentí al estar con él en la mesa de ping-pong desayunando, podía ser una estupidez decirle que sí pero, podíamos intentarlo.
-Vale.
Me miró sorprendido. Creo que no se esperaba esa respuesta y para ser sinceros, yo tampoco.
-Vale -me sonrió-Ahora, ¿Qué te ha pasado antes?.
No quería decirle así que fingí que no pasó nada y que me sentía agobiada. Me levanté con él para seguir con nuestras clases hasta lo hora de almorzar. Me senté en el mismo sitio que el primer día con Adam, he de admitir que me sentía un poco incómoda sin mencionar que no teníamos tema de conversación y estábamos todo el rato en silencio. Pensé que podía haberme equivocado en poder ser amigos hasta que habló.
-Esta noche es el partido de fútbol contra otro instituto -me miró mientras comía una barrita energética-Vente y así me ves jugar.
-No sé si es buena idea...
-Ari -me dijo mientras me miraba- Somos amigos ¿no?, pues los amigos van a verse en los partidos de fútbol.
Me reí por lo estúpido que había parecido ese comentario. Asentí mientras se levantaba.
-Es a las siete de la tarde así que no llegues tarde, necesito tu apoyo.
Me reí otra vez mientras sonaba la campana para volver a clase. No sabía si decirle que volver a ser amigos era una buena idea pero, por primera vez quería ayudarle y además olvidarme de todo lo que me había ocurrido con ese mensaje.
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Desde entonces
RomanceMi primer día de instituto, nomás entrar por la puerta lo supe. Un chico alto, ojos claros (no sabría distinguir entre azul o verdes), pelo castaño, alto (medirá por lo menos 1,90). Con cruzar nuestras miradas lo supimos, estábamos hechos el uno pa...