Capitulo 6|Valorarse

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Seguíamos moviéndonos al ritmo de la música, sentía que mi cuerpo no podía más, me mareaba y mis piernas no podían sostenerse aunque dudo que sea de lo borracha que iba. Me gustaba estar bailando pegada a Adam, se sentía bien, me sentía completa.

Bruno era bastante atractivo pero, no voy a negar que Adam era sexy. Me fijé en como iba vestido, una camiseta negra básica y unos tejanos largos blancos con unos zapatos blancos, llevaba una cadena en su cuello.

-Ari -me susurró-me estás matando.

Me giré para verle la cara, me fijé en sus ojos: deseo. Me acerqué a su cara, podía sentir su respiración acelerada, me acercó a él y mis manos se posaron en su nuca. Sus labios rozaron mi cuello para ir dejando poco a poco besos suaves que iban subiendo hasta mi mandíbula. Quería decirle que parase pero no podía.

¿No podías o no querías?

Para ser sincera las dos cosas, no iba a decirle al chico que me atraía que parase cuando estaba haciendo lo que quería que hiciera desde primer día que lo conocí.

Adam paró al llegar a mi mandíbula y fue cuando mis pensamientos llegaron. No podía hacerle esto a Claudia, no la conocía pero era su pareja y eso no se hace. Se acercó a mi boca pero me separé y me fui directa a la salida. No pensaba en nada, mis piernas cada vez me fallaban más y mi cabeza solo daba vueltas.

-¡Ari! -me llamó una voz demasiado conocida-Ari, espera.

Me giré y fui directa a él.

-No puedes hacerme esto Adam -le encaré mientras fijaba los ojos en mi-No cuando tienes pareja, yo no soy de esas que va por ahí engañando a otras chicas con sus novios, esa no soy yo, por favor olvídate de mi como yo lo haré de ti, déjame salir con tu hermano y olvidemos lo que acaba de pasar esta noche.

Se me quedó mirando como si lo que hubiera dicho no tuviera ningún sentido para él.

-Lo siento pero no puedo, no cuando ya no puedo sacarte de mi cabeza, no cuando solo pienso en ir a buscarte y saber que estás conmigo.

No podía creer lo que estaba diciendo, no después de decirme que salga con su hermano para luego venir detrás mío diciéndome estas cosas. Me gustaba, mucho pero la soledad enseña más que cualquier compañía.

-Ya es tarde.

Fue la última palabra que dije antes de dar la vuelta e irme para coger un taxi.

(...)

Solo me apetecía estar sola, no quería estar con nadie. Nunca me había sentido así, ni cuando Paula me acosaba en la escuela, ni cuando mi ex Alejandro me engañó con otra, era una sensación nueva, que nunca había experimentado con nadie. Me sentía usada, como si de un juguete se tratara.

Sonó un ruido en mi puerta, alguien estaba picando. Jena abrió y sin decir nada cerró y se sentó en frente mío con los brazos cruzados esperando una explicación.

-Sé que te pasa algo -se acomodó pasa mirar lo horrible que me encontraba-he sido como tú, incluso diría que peor y no esperes a que no me de cuenta que te pasa algo.

Era mi hermana, era la persona con quien mejor me llevaba del mundo y a quien amaba más que a mi vida. Ella fue quien me cuido cuando mis padres estaban de viaje, me leía cuentos, me peinaba cuando yo no sabía hacerlo y jugaba conmigo en el jardín de afuera cuando tenía algún problema con algún compañero de escuela.

-Adam...

Jena le conocía, nunca habían hablado pero alguna vez se habían encontrado por la calle. No lo sabía hasta que le conté que un chico vino a casa para hacer un trabajo.

-Ari, pareces idiota, siempre te he enseñado desde pequeña a valorarte y también a valorar a los demás -dijo moviendo las manos-valora a quien está contigo en las buenas y en las malas, a las personas que te brindan sinceridad, respeto, cariño y te lo demuestra con acciones.

Amaba tanto a mi hermana, en ese instante tenía ganas de abrazarla como si mi vida dependiera de ello, me levanté y le rodee con mis brazos.

-Gracias por estar ahí -le seguí abrazando-pero no sé qué hacer con esto, me ha echo daño pero aún así si no podemos estar juntos al final, me alegro de que haya sido parte de mi vida.

-Haz lo que creas conveniente -se separó para observarme-yo estaré aquí para apoyarte siempre, pero te voy a dar un consejo. Eso del "sí no te habla, no te extraña", no es verídico. A veces uno extraña, y mucho, pero prefiere no molestar.

Y diciendo eso se levanto para salir de mi habitación. No se si las lecciones de mi hermana me ayudan o me confunden aún más, me encanta saber que puedo contestar con ella pase lo que pase pero siento que mis problemas los he de solucionar yo aunque esté muy perdida. Aprendí que amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida, así que aprenderé a quererme, a valorarme y que no tengo que ser la segunda opción de nadie, si alguien me quiere hará lo posible para estar ahí y lo dará todo sin prejuicios.

Salí a la calle a tomar un poco el aire y aclarar el manojo de ideas que tenía en mi cabeza. Hoy no había sido mi mejor noche para nada, ya eran las dos de la madrugada, mis padres no estaban en casa por trabajo y mi hermanas dijo andes de salir que había quedado con sus amigos para dar una vuelta e ir q tomar algunas copas. Me senté en medio de la carretera donde a estas horas no pasaba ningún coche para estirarme y contemplar el cielo. Estaba lleno de estrellas, a veces me gustaba pensar que una de ellas brilla para mi.

A veces hay que tomar el tiempo necesario, ya sen días, meses o años
para aprender a valorarse y a quererse a uno mismo. Por eso me quedo con la tranquilidad de saber que todo lo que hice fue de buena intención, todo lo que di fue realmente sincero y de corazón. Hoy en día sonrío y vivo feliz porque yo jamás perdí, a mi me perdieron.

Desde entoncesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora