Ya estaba preparada para ir al partido, iba vestida con una sudadera ancha gris, unos pantalones tejanos anchos, unas bambas blancas y el pelo suelto. No iba muy arreglada ya que iba a estar sentada en las gradas, hacía frio y no quería congelarme. Entré a la habitación de Jenna para avisarle que saldría un rato , salí de casa y decidí caminar para pensar un rato.
Sentí que me estaba alejando un poco de Gala, hacía días que no hablaba con ella cuando antes lo hacía todos los días y me sentía muy mal porque en parte he sido yo quien se ha alejado. He tenido muchos problemas que he necesitado de su ayuda pero, seguramente ella también tenía y en parte he sido un poco egoísta. Me estaba guardando muchas cosas y sentimientos que necesitaba contar pero en vez de hacerlo, me estaba callando para no herir y preocupar a la gente que quiero.
Todo el tema de Adam me había afectado y que me pidiera volver a ser amigos me agradaba pero a la vez me afectaba hacer que no pasaba nada, querer contarle lo que sentía pero a la vez saber que varios de mis problemas eran por él, pero tenía que seguir adelante como persona fuerte que soy.
Seguí caminando hasta llegar al instituto, me dirigí a las gradas para sentarme en la primera fila y ver todo mejor sin cabezas estorbando. Visualicé a Bruno que venía hacía mi, se sentó a mi lado.
-Hola Ari -me saludó.
-Hola -le sonreí-¿Vienes a ver a tu hermano?.
-Sí -afirmó mientras me daba un refresco-Toma, te he cogido uno.
Le di las gracias cuando anunciaron los jugadores del otro equipo, mientras iban saliendo se escuchaban silbidos, aplausos y sobre todo comentarios como "que bueno estas" o "luego me llamas". Las animadoras realizaban una pequeña coreografía y cuando terminaron salió nuestro equipo. Reconocía a los jugadores de verlos por los pasillos, en la hora del almuerzo pero nunca había hablado con ellos salvo un jugador, Adam. Al verlo sentí una sensación extraña en el estómago, iba con su camiseta de manga corta azul con el número tres en la espalda, los pantalones del mismo color que le llegaban unos cinco centímetros más de las rodillas. Al verlo se le marcaba la tableta, estaba corriendo con su pelo revuelto por el aire mientras sonreía mirando a todas las personas que estaban mirándolo.
Me giré para ver a Bruno que parecía que no le importaba nada mirando su teléfono, al volver a fijar la vista en él, nos quedamos observándonos el uno al otro sin importar la gente que estaba a nuestro alrededor. Al pasar unos segundos que parecieron eternos me sonrió para colocarse en su posición para empezar a jugar.
El partido comenzó y sinceramente solo estaba prestando atención al chico de pelo castaño que corría detrás del balón hasta que lo tuvo y fue directo hacía la portería para poder marcar.
En ese instante me acordé de cuando estuvimos jugando en su casa con la consola y lo divertido que fue. Por un segundo pensé que podíamos estar juntos, que todo por una vez en la vida podía ser normal en mi vida pero, me equivoqué. Al principio pensé que el problema era por cobardía, o de comunicación, ya que el mayor problema de la comunicación es que no escuchamos para entender, escuchamos para contestar. Pero el problema fue creer el él.
Salí de mis pensamientos cuando todos gritaron y chillaron el nombre de Adam, ya que había marcado gol. Sonreí alegrándome por el, después de todo somos amigos y eso es lo que hacen, apoyarse.
Corrió por todo el campo celebrando su victoria. Todos se levantaron para salir cuando Bruno se acercó.
-¿Vas a venir a la fiesta de celebración? -me preguntó agarrando de mi brazo para guiarme hacía la salida-Van a ir todos los jugadores.
Asentí pensando en querer bailar y emborracharme para olvidarme de todo y de todos. A la salida intenté acercarme a los jugadores para poder felicitar a Adam pero era casi imposible ya que había mucha gente alrededor. Supongo que el chico que estaba buscando me vio y quiso acercarse a mi pero, cada paso que daba chicas se acercaban a él sin dejarlo pasar. Me rendí y di media vuelta para ir con Bruno que se ofreció a llevarme con el.
Ya en el coche sentí que Bruno estaba muy raro desde el partido, así que decidí preguntarle.
-¿Te pasa algo?.
Me miró un segundo para volver a fijar su mirada en la carretera.
-Es...Es complicado de explicar -siguió sin ninguna expresión en su cara- pero gracias por darte cuenta de que algo pasa, nadie se le ha ocurrido preguntarme.
No tenía ni idea de que le ocurría pero, conocía esa sensación de vacío que nadie se da cuenta de que te ocurre cuando lo único que necesitas es a alguien a tu lado, con quien confiar y quien te valore.
En el camino no hablamos de nada, estuvimos en silencio salvo cuando me explico que la fiesta se hacía en casa de Marcus, un chico que juega en el equipo de Adam. No he hablado con el nunca, pero si que he coincidido en algunas clases.
***
Llegamos a la fiesta y al entrar perdí de vista a Bruno, supongo que se fue al jardín. Fui directa a la barra de bebidas para tomarme un Vodka que me quemó la garganta, me tomé dos chupitos más de vodka para ponerme en medio de la pista y bailar la canción que estaba sonando Rolling In The Deep de Adele. Bailé al ritmo de la música, volviendo a la barra para seguir bebiendo.
Me senté en la encimera con los pies colgando en la barra sintiendo calor por todo mi cuerpo, cerré los ojos y sentí una mano en mi rodilla. Abrí los ojos y me encontré con Adam.
-Te estaba buscando pero no pude acercarme de tanta gente -me reí-Creo que ya has bebido suficiente.
-Estoy bien, no te preocupes.
Me levanté y por lo rápido que lo hice me maree y Adam me cogió para no caerme.
-Ven, vamos a tomar el aire.
Me llevó al jardín y me tumbé en el césped.
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Desde entonces
RomanceMi primer día de instituto, nomás entrar por la puerta lo supe. Un chico alto, ojos claros (no sabría distinguir entre azul o verdes), pelo castaño, alto (medirá por lo menos 1,90). Con cruzar nuestras miradas lo supimos, estábamos hechos el uno pa...