Capítulo 3: La Cena.

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El vuelo resulta ser más pesado de lo que pensé, el cuello me duele, la espalda está peor y Reece Morgan acostado en mis piernas con un Alex en mi hombro, no es como muy cómodo.

Intento levantarme de la cama, pero Alex me tumba nuevamente en la cama aferrándose a mí. Con enojo me vuelvo a acostar cerrando los ojos, pero como ya digo, el peso de estos dos hombres no me van a dejar dormir. Los dos pesan, y con ello, mis sueños son interrumpidos, por eso no puedo dormir.

Me quedo con los ojos abiertos sin poder dormir hasta que la puerta de la habitación es tocada levantando a Reece y Alex de mi cuerpo. Se tallan los ojos adormilados porque ellos si pudieron dormir bien.

—¿Quién es? —Pregunta Alex.

Reece bosteza volviendo a acostarse encima de mis piernas, y viro los ojos mostrándole mi enojo a él volteándome a ver por un segundo. Engancha esa hermosa sonrisa que caracterizan a los Morgan pero no con cualquiera la sacan.

Llevo mi mano hasta su cabello peinándoselo.

—Ya aterrizamos a Londres. —Contesta el hombre detrás de la puerta y nos levantamos alertas.

Mi cuerpo se tropieza con un espejo y accidentalmente mis ojos me ven, suelto un pequeño grito mental al verme toda espelucada, la ropa desarreglada, todo se podría malinterpretar si me vieran así; el suéter arriba por mis brasier a la vista, el pantalón desabrochado y mi cabello espelucado.

Alex sale de la habitación y Reece se queda arreglándose al igual que yo. Me recojo el cabello escuchando una voz que me pone alertar afuera en el avión.

—¡Bienvenido Ministro Morgan! —Se escucha la voz de Bratt Lewis afuera.

Me trato de abrochar el pantalón rápido pero todo se complica porque no sube y chillo de la frustración. Reece se da cuenta de ello y sin colocarse la camisa camina hacia mí tratando de subirme el pantalón.

Los nervios me atacan haciendo que mis piernas tiemblen y todo se va a la mierda cuando la puerta se abre mostrando a un Bratt confundido mirándonos de arriba abajo, y digamos que la vista puede ser muy malinterpretada; Reece casi desnudo abrochándome el pantalón.

—Oh. —Exclama y cierra la puerta.

—Bratt, espera—

Volteo a ver a Reece quien suelta una carcajada terminando de abrocharme el pantalón. Lo golpeo en el estómago enojada.

—Ahora va a decir que somos pareja, y ten por seguro que no me molestaría, muñeca. —Se burla colocándose la camisa— Deberías aprovecharlo, soy todo lo que buscas.

Giro los ojos sin poder creerlo. En fin, es todo un Morgan y su ego es tan importante en ellos. El abuelo Elijah era un poco más egocéntrico, digo un poco...

Camino hasta la puerta y la abro encontrándome con Simón que se asusta al verme. «Estaba escuchando la conversación» En fin, es típico de él, ya lo extrañaba. Lo abrazo y este corresponde exprimiéndome como una naranja.

—Simón, me vas a sacar las tripas. —Me quejo quedándome sin respiración.

Me suelta y veo las lágrimas en sus ojos, suelto una risa limpiándole los ojos y Bratt se acerca a mí abrazándome.

—No sabes cuánto se te extrañaba, Señorita Micaela Blossom.

—Ay, que tiernos, estoy que vomito de amor. —Me burlo volviendo a abrazarlos, pero a los dos a la misma vez— No saben cómo aprecio que vinieran a darme una bienvenida.

Nos separamos luego de segundos y estos me agarran de las manos llevándome afuera del avión. Reece nos sigue atrás y nos encontramos con Alex quien habla por teléfono. Mis ojos buscan otra persona, pero viniendo de él, jamás vendría a darme la bienvenida, Christopher Morgan no es así.

Destrucción (Los Morgan) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora