EXTRA III: MI INFANCIA.

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Micaela Blossom

Estoy tan emocionada y concentrada jugando con mis nuevos juguetes que me han regalado para navidad que no escucho a nadie, ni al pequeño mejor amigo que tengo por gruñón que hace sus berrinches cuando otra cosa que no sea él capta mi atención por completo. Daddy Reece está sentado frente a la piscina con su típica copa de vino blanco refrescándose y, a la misma vez, broceando su delicada piel que cada vez está más brillante con un tono magnifico.

Según él iba a jugar conmigo, lo único que hizo fue mostrarme los regalos, bueno, los muchos regalos que me trajo de su viaje a Grecia del cual parece venir más joven que antes, además de su personalidad más divertida y pacífica.

Seguro la pasó genial en aquellos mares tan hermosos que porta Grecia.

—Deja esas muñecas horribles —gruñe Christopher a mi lado.

Le arrebato de las manos a Kate, mi muñeca pelirroja con vestido rosa.

—Lárgate a otro lado a joder a alguien más, yo estoy ocupada.

Veo por el rabillo de mi ojo como se cruza de brazos, receloso.

—Pues, para tu mala suerte, a quien quiero joder es a ti.

Lo ignoro por completo imitando sus acciones que tuvo en la escuela con la nueva compañera que vino y pareció robarse su total atención en segundos.

—¡No me ignores, Micaela! —ladra, sacudiéndome del brazo izquierdo—. ¡Deja de ignorarme y ponme atención, joder! Deja de hacer eso. ¡Oye, oye, oye, oye!

No le respondo, simulo que nadie me está hablando y puedo escuchar la risa contagiosa de Reece que nos mira desde su silla de playa donde le da un sorbo largo a su vino, en tanto yo le sonrío dándome cuenta que le causa mucha gracia el hecho de que Christopher se enoje demasiado al anhelar mi atención.

Zeus aparece en mi vista al salir del interior de la mansión con el vestidito morado que le diseñé con la máquina de coser de juguetes que me compró papá Elijah. Suelto una risita burlona al verle los moños grandes que le coloqué para, según yo, verse más bonito. Christopher voltea los ojos ante la vista 'marica' (cómo diría perfectamente él), que le brinda su cachorro. Aparentemente es un perro destinado a entrenarse y proteger de algún modo a mi mejor amigo; pero, yo, en cambio, lo uso en su mayoría para vestirlo de princesas Disney o de Barbie.

Salta sobre mí lamiéndome la cara, noto con graciosidad como el nieto favorito de mamá Regina se cruza de brazos más enojado que antes al darse cuenta que hasta su perro tiene mi atención. Yo sigo orgullosa manteniendo mi postura recta y altiva: como siempre dice mi mamá. Ni siquiera lo miro directo, lo sigo ignorando dándole besitos y abrazos al pequeño Zeus que se emociona al verme después de haber sido paseado vestido de princesa por la mucama Jessica.

—¡Eres tan lindo, mi pequeño y grandioso Zeus! —halago al Husky acariciándole el pelaje súper esponjoso y bien cuidado—. ¡Por ser lindo te ganas que te abrace!

Escucho un bufido sonoro a mi lado.

—Yo también soy lindo y a mí no me acaricias así.

La queja de Chris me divierte más de lo que debería, pero continúo ignorándolo.

Zeus se remueve y termina acomodando su pequeña cabeza al lado de mis piernas, en tanto hace el gesto de descansar en el césped cerrando sus ojos.

Continúo jugando con mi nueva Barbie pelirroja que me compró mamá Regina cuando siento como alguien la toma arrebatándomela de las manos ocasionando que levante mi mirada visualizando al hijo de Alex Morgan corriendo con ella en la mano hacia el jardín de la mansión. Me levanto con zozobra sabiendo qué es lo que quiere. Camino pasando al lado de Daddy Reece que me sonríe notando para donde voy. Zeus me sigue el paso hacia el gran árbol que porta una linda casa parecida a una cabaña que mandó a diseñar papá Elijah para mí y Chris.

Destrucción (Los Morgan) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora