Destrucción (Los Morgan) [+18]

Capítulo 34: Recordatorio.

Solo necesito que acepten, y eso solo confirmará mis sospechas y terminaré como antes; siendo un maldito juego. Solo Thomas y Reece tienen que aceptar. Mis latidos se intensifican como en una carrera de caballos, el sudor cae desde mi frente hasta mis piernas deslizándose por toda mi piel desnuda, mi cuerpo está totalmente al descubierto lo que me hace sentir vergüenza, una vergüenza que jamás había sentido. Y lo entiendo ahora más que nunca.

Ellos me hacen sentir insegura.

Desde que los conocí supe que iban a ser muy importantes para mí, y lo son, solo que nunca llegue a la conclusión de que iban a jugar conmigo de tal manera. Cuando busqué a Thomas para decirle sobre mi plan, jamás pensé que aceptaría, una gran parte sí, pero no del todo, y cuando lo hizo me sentí la mujer más feliz de mi vida, porque una parte de mi plan, ya iba en marcha.

Luego fue Reece y aceptó, luego Alex y Christopher... bueno, el tomo decisiones que, por más que intente convencerme que no, siempre las tomó. Desde antes, ya venía humillándome, pero no de manera física, sino sentimental, como si yo no fuera nada para él, pero a la vez sí. Y eso solo me confunde cada día más, porque no sé qué es lo que quiere conmigo, pero una parte de mi me dice que sí, que yo soy la mujer que el más ama.

Pero ¿será cierto o son alucinaciones? Porque una persona que ama jamás humilla, pero yo también lo hice muchas veces con Alex y Thomas, y eso que yo decía amarlos, ahora no se nada. Me siento totalmente confundida, como si tuviera un choque emocional.

Solo quiero a alguien que me ame sin recurrir a la humillación, a alguien que no tenga que perderme para darse cuenta de cuanto me ama.

Con todo lo que ha pasado últimamente me he dado cuenta que nadie ha estado de cerca de amarme, Ilenko... él ni siquiera contesta mis llamadas, ni mis mensajes. Christopher... a él lo he estado ignorando. Alex se va a casar con Sara, supongo. Reece y Thomas, los que más me demostraban sus sentimientos... estoy muy convencida que solo me quieren para follar.

Y yo quiero más, yo los quería a los cuatro para mí, para amarlos.

Thomas se me acerca besándome y Reece se les une. Y no puedo evitar soltar unas cuantas lágrimas que se deslizan por mi rostro manchando los de ellos haciendo que se separen mirándome al rostro totalmente empapado. Fruncen el ceño pensando que es lo que sucede y un sollozo de mis labios los asusta.

—¿Qué sucede? —Pregunta totalmente confundido, Thomas.

Asiento para mi misma entendiendo que es la mejor decisión que he podido tomar.

—Necesito que tomen sus cosas y se vayan de mi departamento.

Mis palabras salen de forma tan deicida que ellos se quedan pálidos ante mi orden. Me levanto tomando mi ropa para colocármela con suavidad, en estos momentos es donde más odio tener un maldito yeso en la pierna. Con ira estrello mi pierna contra la baldosa de mi departamento, Reece se intenta acercar pero no lo dejo alejándome de ellos.

—¿Por qué esta decisión así de la nada? —Dice Thomas sacándome carcajadas.

—¿Sabes porque, Thomas? —Niega y yo sonrío falsamente. Continúo:— Porque la Micaela que conociste hace años jamás habría humillado a una mujer por un hombre, jamás se dejaría humillar y no estuviera como está ahora; dejando que la traten como un pedazo de carne.

Los dos tratan de acercarse pero yo no los dejo.

Las lágrimas siguen cayendo y yo no puedo evitar pensar en que es la mejor decisión que he tomado en toda mi maldita vida. Ángela solo fue alguien que se atravesó en mi camino en mi peor momento llevándose humillaciones que no le inculcaban, Ilenko se ha esfumado como si jamás habría existido y en mi maldita mente tratado de fingir que todo sigue igual dañándome más de lo que estoy.