La sonrisa del arcoíris

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Siento que este capítulo sea algo triste, pero es siguiendo la serie, perdón. No recomiendo si alguien de tu familia ha fallecido recientemente o si simplemente tu estabilidad emocional no está bien. O sea, tampoco es tristeza extrema, pero como no quiero que nadie se sienta mal aviso.


Narra ___

Me desperté en un día nublado en el que posiblemente acabaría lloviendo, algo en el fondo de la cabeza me decía que me olvidaba de algo, más no podía saber el qué.

La pandilla y yo habíamos quedado con Chanquete en el puerto y en cuanto me espabilé, vestí y desayuné, salí pitando hasta allí. 

Me encontré con Pancho, quien había llegado el primero. Él me dedicó una amable sonrisa mientras me saludaba. Le saludé de vuelta y hablamos un rato hasta que llegó Chanquete.

Al rato llegó el resto de la pandilla, Pancho dedicándole una sonrisa triunfante a Javi. No entendí muy bien el por qué.

Hablando con Chanquete, conocimos a un buzo muy amargado y deprimido. En cuanto fuimos al bar, empezó a llover y ahí vino el recuerdo a mi mente y la razón por la que había venido aquí.

'Mi tía'. pensé, antes de levantarme y sin decir nada salir corriendo a casa. En el camino me resbalé y caí en el suelo de grava, haciéndome una herida en la rodilla derecha. 

Cuando llegué a casa la puerta estaba cerrada con llave. Y también la puerta corredera de vidrio que daba al jardín. 

Yo, al borde de un ataque, golpeaba con todas mis fuerzas la ventana por la cual veía a mi tía llorando abrazando la foto de su marido y su hija. Mi tío y mi prima, con los que yo era tan cercana como con mi tía. 

Me dolía muchísimo la rodilla, el aguacero caía sobre mí como un manto de tristeza y mi tía seguía sin oírme. 

Empecé a llorar. Dejé de golpear la ventana y decidí resguardarme aunque fuera por unos minutos hasta saber qué hacer. 

Al rato, sentí que mis ojos se volvían pesados, como no tenía nada mejor que hacer y aunque estaba empapada ahora estaba más resguardada, dejé que el sueño se apoderara de mí. 

Oí, en la lejanía como un cristal se rompía. Alarmada me desperté, para encontrarme con Chanquete entrando a la fuerza a casa de mi tía. Yo seguí sus pasos, quedándome en el umbral de la puerta al verle consolarla. 

Al rato notaron mi presencia, y como mi tía aún estaba muy de bajón Chanquete me curó la rodilla y me dio una toalla. 

Me tapé y acurruqué con mi tía mientras Chanquete se iba a avisar a la pandilla de que hoy no fueran por aquí. 

Mi tía me acurrucó como si de mi madre se tratase. Yo me tranquilicé con su tacto, recordando cuando nos abrazaba a mi prima y a mí de esa manera. 

La sobrina de Julia, verano azul. (Javi, Pancho y tú) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora