El guateque de papá

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Narra ___

El padre de Quique se estaba acercando mucho a la pandilla estos días. Por lo que me pude enterar, se quería hacer amigo de su hijo. 

Plan tras plan, fracasó estrepitosamente, hasta que decidió hacer un guateque en la casa donde se estaban alojando. 

Era un poco aburrido al principio, los adultos bebiendo, poniendo música de su época y bailando. Hasta que nos dejaron salir con el radiocasete afuera, en una espaciosa terraza. 

Bea, Desi y Quique se pusieron a bailar. Tito y Pi se habían emborrachado a escondidas con las bebidas de los adultos y estaban más payasos que de costumbre. Y Javi y Pancho siempre a mi lado. 

Empezaba a vislumbrar mis sentimientos por ellos, pero todavía no les iba a decir nada. 

Bailamos distintas canciones, Javi conmigo, luego Pancho me tomaba de la mano y me llevaba con él, después Javi volvía a tenerme entre sus brazos. Era entretenido. 

Cuando me cansé, dejé a Javi y Pancho bailando con el resto y me senté en el borde de la terraza. Saqué de mi mochila mi cuaderno de dibujos y esbocé rápidamente a mis amigos bailando. Eran bocetos simples, pero reconocibles. 

Este verano estaba siendo de lo mejor. Desgraciadamente, las cosas así no pueden durar para siempre.

En el radiocasete empezó a sonar una canción lenta, y Bea y Desi se pusieron a bailar juntas de forma graciosa, Tito y Pi las imitaban y delante de mi cara dos manos se extendían. Alcé la vista para ver a Pancho y Javi mirándome expectantes hasta que salió mi tía para llamarme para que volviéramos a casa. Les miré con tristeza antes de recoger mis cosas y despedirme de ellos. 


[Esa noche]

Estaba en mi jardín, sentada entre los árboles, admirando la luz lunar. Mi cabeza daba vueltas. Si mi tía no me hubiera interrumpido, ¿a quién le habría dado la mano?

¿A Javi? ¿A Pancho? 

No sabía que decidir. 

Unos ruidos me alertaron, me giré para ver a Pancho saltando fácilmente la valla de mi casa. Me sonrió en la oscuridad de la noche. 

'Hola' dijo, en un susurro, aunque las luces de mi casa indicaban que mi tía seguía despierta. '¿A qué viene esta visita nocturna?' le pregunté riendo en susurros. 

'Antes no hemos podido bailar' me dijo, acercándose a mí. 'Y creo que deberíamos terminar lo que íbamos a empezar' antes de terminar la frase me estaba tomando delicadamente de la cintura, esperando mi respuesta. 

Le sonreí y solté un par de risitas nerviosas antes de posar mis manos en su cuello. 'No tenemos música' le dije. Él negó con la cabeza. 'La noche será nuestra música' me susurró. La cercanía hizo que la vibración de su voz traspasase mi cuerpo, dándome un escalofrío.

Sin ningún tipo de música bailamos a la luz lunar. 

Era relajante, er todo tan correcto. 

Pancho y yo bailamos a nuestro ritmo, riéndonos y susurrando tonterías.

La sobrina de Julia, verano azul. (Javi, Pancho y tú) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora