Fear Street Erotic One Shots🔪🔥

🔥Nick (adolescente).🔥

Nuestros ojos se conectaron a pesar de toda la multitud que había en la sala común. Nick me guiñó un ojo y yo no pude evitar sonrojarme como una idiota, era tan hermoso y dulce. No era un secreto que el joven Goode me traía loca desde hacía rato, aunque tratabamos de que nadie se enterase realmente de nuestra "relación", si podía llamarse así a encontrarse varias veces para follar y ya.

— Falta que se te caiga la baba.

Habló Ziggy mirándome burlonamente. La observé sin entender a lo que se refería en un principio, hasta que lo capté y sentí mis mejillas arder al ruborizarse.

— No sé de qué hablas, Berman.

La pelirroja rodó sus ojos con gracia antes de colocarse de pie.

— Puedes engañar al resto, pero no a mí.– Me sonrió y entonces miró detrás de mí. — Dejaré que tú y tu príncipe tengan tiempo a solas.

Rió divertida al ver mi cara de confusión y sin pensarlo se fue. Estaba por levantarme también cuando oí una voz profunda tras de mí que me hizo sobresaltar ligeramente.

— ¡Nick, joder! ¿quiéres matarme?

Me quejé llevando una mano a mi pecho mientras el soltaba una carcajada.

— Lo lamento, no quise asustarte.– Al acabar de reír se quedó mirándome fijamente con una sonrisa. Nos mantuvimos así durante unos cuantos segundos hasta que decidí apartar mi mirada por temor a que alguien notara algo. Era muy complicado mantener en secreto algo tan fuerte como aquello, pero era campista y el un coordinador, no estaba permitido. — Yo.. Me preguntaba si esta noche tenías algo que hacer o.. Estabas libre.

Rascó su nuca nervioso y yo alcé una ceja sorprendida.

— Pues la verdad no tengo nada que hacer. Pero... ¿crees que será una buena idea?

— Pasaré por tu cabaña en la madrugada, nadie nos verá. Trata de no dormirte.

Me guiñó un ojo nuevamente antes de irse a continuar con sus tareas y dejarme más embobada que nunca.

...

El reloj marcaba exactamente las 03:09 a.m. cuando oí unos muy ligeros golpes en la puerta de mi cabaña, bajos para no despertar a nadie pero lo suficientemente fuertes como para que yo los oyera. Me dí una última mirada en el espejo acomodando el vestido suelto que llevaba, sintiéndome nerviosa al no creer que estaba suficientemente bonita. Finalmente me resigne y salí.

— Buenas noches, Cami.– Se acercó a dejar un beso sobre mi mejilla y noté cómo daba un rápido vistazo de todo mi cuerpo, formando una pequeña sonrisita en sus labios. — Te ves hermosa.

Pude imaginarme cómo brillaron mis ojos al oír aquella simples palabras que me hacían ilusionarme como una niña pequeña.

— Gracias, tú tampoco te quedas atrás.– Reímos ambos levemente antes de que tomara mi mano para comenzar a jalarme. — ¿A dónde se supone que vamos?

— Ya lo verás.

La curiosidad me carcomía totalmente. Comenzamos a introducirnos poco a poco cada vez más en el bosque hasta que finalmente llegamos a aquel clásico árbol de las leyendas el cual a decir verdad siempre me había aterrado, pero en aquella ocasión fue todo lo contrario. Bajo el árbol había una tela tendida con una canasta sobre ella, una botella de vino y dos copas. La misma estaba rodeada de velas que daban al lugar un ambiente cálido y súper romántico.