Sus labios se deslizaron suavemente por el cuello de la morena buscando cada vez más contacto entre ambos cuerpos.
— Sam, espera..– Rogó la chica tratando de apartar a su novia. — T-Tenemos que ir a clases.
Desde que Deena y Sam habían formalizado su relación la más alta ya no se cortaba para nada. Besaba a la morena siempre que podía sin importarle si estaban en público o no, ya eso era irrelevante para ella. Y siempre que encontraba un pequeño momento a solas, no dudaba en disfrutar al cien de cada rincón del cuerpo de su chica. Mentirían si dijeran que no habían estrenado cada lugar de las casas de ambas, Sam adoraba hacerle el amor a su novia, lo sentía como una adicción.
— ¿Tenemos?– Cuestionó ante sus últimas palabras mientras se alejaba del cuello ajeno para mirar aquellos orbes chocolate que tan loca la tenían. Sonrió al notar a Deena jadente y excitada. Deslizó suavemente una de sus manos por la blusa de su novia hasta llegar a los botones de sus jeans, jugando traviesamente con ellos. — Dime que pare y lo haré.
Deena clavó sus ojos en Sam como un depredador. La ojiazul sabía que su novia no podría resistirse por más que quisiera, y eso le encantaba, adoraba tener total control sobre ella.
— Eres una tramposa.
Murmuró mientras tomaba por la nuca a la más alta y la acercó para besar bruscamente sus labios introduciendo su lengua en su boca sin pedir permiso alguno, logrando arrancarle un gemido apagado a la castaña. Invirtió velozmente las posiciones haciendo que Sam quedara contra la pared esta vez, incrementando la intensidad de sus labios mientras sentía las manos ajenas deslizarse por su cuerpo. En un ágil movimiento tomó las mismas y las colocó contra la pared a cada lado de la castaña, alejándose un momento de sus labios para mirarla sonriente.
— No, no, preciosa. ¿Quiéres jugar? Jugaremos, pero con mis reglas.– Viajó con besos por su mandíbula hasta llegar a su oído. — No puedes tocar, ¿entendido? Ni tampoco hacer ningún sonido, si lo haces, tendré que castigarte.– Sam mordió su labio inferior removiéndose con entusiasmo y a la vez desesperación. No era la primera vez que Deena implementaba este tipo de juegos, pero siempre que lo hacía solía ser torturosamente excitante. Tomó con su mano el mentón de la castaña y la miró fijamente. — ¿Está claro, cariño?
Sam solo se vio capaz de asentir, la simple antelación de lo que sucedería la tenía totalmente loca. Denna soltó ambas manos de la contraria para poder comenzar a acariciar su cuerpo, mientras la castaña sólo pudo aferrarse a la cintura de su novia dejando sus manos estáticas allí.
Los labios de la morena fueron a su cuello para comenzar a dejar intensos y húmedos besos apasionados además de varias marcas de un tono morado. Ante cada nuevo contacto contra su piel Sam comenzaba a sentir su cuerpo más débil y caliente. Necesitaba más, quería poder acariciar a su novia y empujarla contra el lavabo para acelerar sus acciones y que dejara de torturarla, pero sabía que no tenía permitido hacer eso, aunque sería muy interesante ver cuál sería su castigo.
En un veloz movimiento llevó sus manos al trasero de la morena dándole un fuerte apreton haciéndola soltar un ligero gemido.
— Estás volviendome loca, Johnson.
Murmuró contra su oído seguido de un gruñido. Pero antes de que pudiera hacer cualquier otra cosa sus manos volvieron a ser apresadas por las de su novia contra la pared, y juntó sus cuerpos lo suficiente como para dejarla inmóvil.
— Y tú acabas de romper las reglas, preciosa.
La observó alzando una ceja y Sam no pudo evitar sonreír traviesa.
— ¿Y qué harás al respecto?
Los ojos de la morena se oscurecieron mientras sus labios se curvaban en una sonrisa ladeada. Llevó sus manos lentamente a ls cintura de su novia y sin previo aviso la volteó, dejándola con el rostro pegado a la pared. Aprovechó que llevaba falda y la alzó hasta dejar al descubierto sus bragas junto con la blanca piel de su trasero.
— Tan suave y delicada.– Murmuró acariciando la piel de la chica, haciéndola suspirar de deseo. — Quiero que las cuentes conmigo, Fraser.– Sam no supo a que se refería hasta que sintió la primer nalgada resonar contra su piel. Un fuerte quejido se le escapó y su rostro se frunció en una mueca. — Vamos, cuenta.
La castaña mordió su labio con fuerza. Era la primera vez que su novia la hacía sentir sometida ante ella, tan sumisa.
— Uno.– Susurró casi con frustración. Un segundo azote llegó a su piel, haciendo arder la zona. — D-Dos.– Ante la tercera tuvo que cerrar los ojos por el dolor, apoyando su frente en la fría pared. — Tres.
Para la quinta nalgada un potente tono rojo invadía su gluteo. Deena tomó su rostro haciendo que la mirara sobre su hombro.
— ¿Haz aprendido ya la lección?
Cuestionó con tono ciertamente burlon. Sam la miró con enojo.
— Eres una...– Antes de que pudiera acabar otra nalgada la hizo quejarse. La morena alzó la ceja y continuó esperando su respuesta. — Sí... He aprendido.
Deena sonrió y besó sus labios con intensidad, tomandola por la cintura y acercándola hasta los lavabos. Al acabar con el contacto de sus labios volvió a tomar su rostro e hizo que mirase el espejo frente a ella.
— Quiero que observes atenta. Quiero que veas a la perfección tu rostro cuando te haga gritar mi nombre.
Sam no pudo contener un ligero gemido ante aquellas palabras, realmente sabía cómo volverla loca.
La mano de la morena no tardó en desaparecer bajo du falda, y ni si quiera se molestó en quitar las bragas del camino, solo las hizo a un lado para deslizar tres de sus falanges de una sola estocada en su interior.
— ¡Ah, joder!– Se aferró al lavabo e hizo lo que le había dicho con anterioridad la morena. Observó la escena en el espejo y aquello la hizo mojarse aún más, enloquecida por la lujuria y el morbo del momento. La morena queriendo aún más de su novia llevó su mano libre hasta su clítoris para frotarlo con brusquedad, aumentando a su vez la velocidad de las embestidas. — M-Mierda...– Lloriqueó cerrando sus ojos con fuerza. — ¡Ah, Deena!
Ante la desesperación estiró uno de sus brazos para poder enredar sus dedos en el cabello de la nombrada mientras volteaba su rostro para buscar sus labios y besarla con intensidad. Su lengua se abrió camino en su boca queriendo sentirse dominante al menos en eso, aunque supiera que en el resto estaba siendo completamente dominada por la contraria, cosa que comenzaba a agradarle.
— Amo sentir tu calidez en mi mano, oír tus gemidos, disfrutar de tu delicioso sabor cuado te corres.
Las palabras iban cada una a parar a su centro, el cual había comenzado a apretar con mayor fuerza los falanges de Deena.
— E-Estoy cerca... Dios.– Tironeó del cabello ajeno y arqueó por completo su espalda en cuanto se corrió. — ¡Deena!
Se permitió gritar el nombre de su novia mientras sentía cómo su mano juntaba todos sus jugos para luego observar a traves del espejo cómo con su lengua los saboreó hasta la última gota, sonriendo complacida.
— Creo que me encantas así de sumisa.
Admitió la morena con una risita. Sam arqueó una ceja y se volteó, rodeando su cuello con sus brazos.
— No te acostumbres.– La besó bruscamente y con intensidad, mordiendo con tanta fuerza su labio inferior al separarse hasta hacerlo sangrar. La morena se alejó y la observó con el ceño fruncido, Sam soló soltó una risa maliciosa. — Venganza.
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¡Hola, hola!
¿Qué les pareció? Tenía ganas de hacer uno con Deena y Sam desde hacía rato, espero que les haya gustado.
Estuve pensando y les daré prioridad a los pedidos de personajes que aún no tengan un One Shot, pero no se preocupen, cumpliré con todos los pedidos de a poco, promesa. ¡Nos leemos pronto! El próximo Shot será de Kurt.
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Fear Street Erotic One Shots🔪🔥
FanfictionLos One Shots que todos queremos de nuestros hermosos personajes de Fear Street. 😏🔪🔞🔥