-No me gusta. -Jungkook estaba sentado en el salón de Jin, con una cerveza en una mano y una expresión de malhumor-. Es mandón, rígido, creído y un histérico. -Al ver que Jin enarcaba las cejas, se encogió de hombros-. Bueno, histérico no, de momento, pero lo otro sí.
-A mí me gusta. Me gusta su energía y su entusiasmo. Y necesito alguien que se ocupe de los detalles. Yo no doy abasto. Solo pido que traten de encontrar un término medio.
-No creo que él acepte términos medios. Es muy extremista. Y no confío en los hombres extremistas.
-Confías en mí.
Jungkook caviló mientras daba un trago a su cerveza. En eso tenía razón. Si no confiara en Jin, no habría aceptado el trabajo, por muy alto que fuera el salario y las propinas.
-Nos hará poner cada pedido por triplicado, y tendremos que justificar los centímetros que podamos de cada arbusto.
-No creo que lleguemos a tanto. -Jin apoyó los pies en la mesita auxiliar y bebió de su cerveza.
-Si pensabas contratar a alguien para que dirigiera el negocio, ¿por qué no has buscado a alguien de aquí? Alguien que entienda cómo hacemos las cosas por aquí.
-Porque no quería a nadie de aquí. Lo quería a él. Cuando llegue, tomaremos algo como personas civilizadas y luego comeremos como personas civilizadas. No me importa que no se caigan bien, pero tienen que aprender a tolerarse.
-Tú mandas.
-Eso es. -Le dio una palmada amistosa en el muslo-. Yoongi también vendrá. Lo he obligado.
Jungkook meditó un minuto más.
-¿De verdad te gusta?
-Sí, de verdad. Y echo en falta la compañía de otros hombres. Hombres que no sean tontos e irritantes. Y él no lo es. Fue muy duro para él perder a su marido tan joven, Kook. Sé muy bien lo que es eso. Pero eso no hizo que se derrumbara ni lo convirtió en una persona quisquillosa. Así que, sí, me gusta.
-Entonces toleraré su presencia, pero solo por ti.
-Adulador. -Jin río y se inclinó para darle un beso en la mejilla.
-Solo porque estoy loco por ti.
Tae apareció en la puerta justo a tiempo para ver a Jungkook tomando la mano de Jin y pensó: Oh, mierda. Había tenido un encontronazo y había discutido con el amante de su jefe, le había insultado y se había quejado de él.
Con una desazón terrible en el estómago, hizo pasar a sus hijos. Y luego entró con una sonrisa postiza en la cara.
-Espero que no lleguemos tarde -dijo alegremente-. Hemos tenido una pequeña crisis doméstica. Hola, señor Jeon. Me gustaría presentarle a mis hijos. Éste es Yeonjun, y éste es Kai.
-¿Qué tal? -Parecían niños normales, no los monstruitos que habría esperado de alguien como Taehyung.
-Yo tengo un diente suelto -le dijo Kai.
-¿Ah sí? Pues habrá que echarle un vistazo. -Jungkook dejó su cerveza para examinar seriamente el diente que Kai no dejaba de hurgarse con la lengua-. Genial. ¿Sabes?, tengo unos alicates en mi caja de herramientas. Con un tirón saldrá solo.
Jungkook se dio la vuelta al oír un pequeño grito horrorizado y le sonrió levemente a Taehyung.
-El señor Jeon lo dice de broma -le dijo Tae a su hijo, que parecía fascinado-. Tu diente se caerá solo cuando sea el momento.
-Y, cuando se caiga, vendrá el ratoncito Pérez y me dará un billete.
Jungkook frunció los labios.
-Un billete, ¿eh? Parece un intercambio justo.
-Cuando se caiga me saldrá sangre, pero no me da miedo.
-Señor Jin, ¿podemos ir a la cocina para ver a Jackson? -Yeonjun lanzó una
mirada a su padre- Papá dice que tenemos que preguntarle a usted.
-Claro. Vayan.
-Nada de caramelos -gritó el padre cuando se iban.
-Jungkook, ¿por qué no le sirves una copa de vino a Taehyung?
-Ya me lo sirvo yo. No hace falta que se levante -le dijo Taehyung.
Ya no parecía un estúpido avasallador. Se había aseado bien, y enseguida comprendió por qué a Jin la atraía. Si a uno le gustan los hombres muy machos, claro.
-¿Me dijo que Yoongi viene también? -le preguntó Taehyung.
-Llegará enseguida. -Jin señaló con la cerveza-. A ver si podemos entendernos todos juntos. Dejar todo este asunto a un lado y disfrutar de una buena comida sin arruinarnos la digestión. Taehyung se encargará de las ventas y la producción, de dirigir el negocio diario. De todos modos, por el momento los dos compartiremos la dirección del personal, y Yoongi y yo nos encargaremos de la multiplicación.
Dio un sorbo a la cerveza y esperó, aunque era consciente de su poder y no esperaba que nadie lo interrumpiera.
-Jungkook es el responsable del diseño de paisajes, tanto sobre el terreno como fuera. Como tal, tiene preferencia sobre todo el material y está autorizado a hacer pedidos especiales, o a hacer intercambios, compras o alquiler del material o a llevarse los ejemplares que necesite para diseños del exterior. Los cambios que Taehyung ya ha realizado o propuesto (y que han recibido mi visto bueno) se conservarán. Mientras yo no diga lo contrario. ¿Hasta aquí todo claro?
-Totalmente -dijo Tae muy sereno. Jungkook se encogió de hombros.
-Lo que significa que tendrán que colaborar, y hacer lo posible por entenderse para que los dos funcionen debidamente en el área que les corresponda. Yo he creado este negocio, y si es necesario puedo dirigirlo solo. Pero no es lo que quiero. Lo que quiero es que ustedes dos y Yoongi compartan
la responsabilidad que he puesto sobre sus hombros. Discutan lo que quieran. Pero el trabajo tiene que hacerse.
Se terminó la cerveza.
-¿Alguna pregunta? ¿Algún comentario? -Tras un momento de silencio, se levantó-. Bueno, pues entonces vamos a comer.
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Dalia Azul¹
ParanormalHuyendo de los fantasmas del pasado, Kim Taehyung, un joven doncel viudo con dos hijos pequeños, ha regresado al viejo Sur y a sus raíces. Tiene ante él un trabajo, un hogar, dos grandes amigos y la posibilidad de un nuevo amor... si por fin decide...