🌌Capítulo 33🌌

148 18 17
                                    

Taehyung volvió a casa a toda prisa para poder ducharse antes de su cita con Jungkook, con un fuerte sentimiento de culpa. No, cita no, se corrigió cuando se metió en la ducha. Si no había un plan concreto no era una cita. Aquello era una simple visita.

Así que ya tenían una salida, una cita y una visita. Era la relación más extraña que había tenido en su vida.

Pero, lo llamara como lo llamase, se sentía culpable. Aquella noche no sería él quien diera la cena a sus hijos mientras escuchaba sus aventuras del día.

Tampoco es que tuviera que estar con ellos cada minuto que tenía libre, pensó cuando salió de la ducha. Eso no sería bueno para ellos, ni para él. Y no se iban a morir de hambre porque fuera otra persona quien les pusiera el plato delante.

Y, aun así, parecía tremendamente egoísta dejarlos al cuidado de otra persona solo para poder estar con un hombre.

Para intimar con un hombre, si las cosas salían como esperaba.

Lo siento, hijos, hoy papá no puede cenar con ustedes porque va a tener una velada caliente y húmeda.

Dios.

Se aplicó crema corporal mientras se debatía entre la expectación y el sentimiento de culpa.

Quizá tendría que posponerlo. Indudablemente, se estaba precipitando al dar aquel paso, y eso no era propio de él. Cuando hacía cosas que no eran propias de él, normalmente se equivocaba.

Tenía veintisiete e iba a tener una relación física con un hombre que le gustaba, un hombre que lo excitaba y con el que tenía muchas cosas en común.

Veintisiete. Veintiocho en diciembre, se recordó, e hizo una mueca. Con veintiocho podía decirse que acababa de entrar en la treintena: ya era un hombre maduro. Mierda.

De acuerdo, no pensaría en aquello, se olvidaría de los números. Digamos que era un hombre adulto y punto. Eso estaba mejor.

Hombre adulto, pensó, y se puso la bata para poder arreglarse la cara. Hombre adulto y sin compromiso. Hombre adulto y sin compromiso. Intereses comunes, un razonable sentido del compañerismo. Intensa atracción sexual.

¿Cómo podía pensar un hombre con lógica cuando no dejaba de imaginar cómo sería tener las manos de Jungkook...?

-¡Papá!

Taehyung miró su rostro parcialmente maquillado en el espejo.

Taehyung miró su rostro parcialmente maquillado en el espejo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¿Sí?

El niño aporreaba la puerta del cuarto de baño.

Taehyung abrió y se encontró a Kai con el rostro enrojecido de rabia y los puños a los lados.

-¿Qué pasa?

-Me está mirando.

-Oh, Kai.

-Con esa cara. Papá, con... esa cara.

Dalia Azul¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora