🌌Capítulo 14🌌

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El domingo fue a comer a casa de su padre. Estuvo encantado cuando Taehee le dio un cóctel de champán y zumo de naranja y lo echó de la cocina.

Era su primer día libre desde que había empezado a trabajar en el centro de jardinería, y quería relajarse.

Los niños estaban en el patio de atrás, correteando con Yeontan, así que se sentó tranquilamente con su padre.

-Cuéntamelo todo -le pidió él.

-Si te lo cuento todo, nos pasaremos toda la comida, la cena y el desayuno de mañana.

-Pues dime solo lo principal. ¿Qué te parece Seokjin?

-Me gusta mucho. Siempre se las arregla para ser sincero pero también esquivo. Con él nunca sé muy bien el terreno que piso. Pero me gusta.

-Tiene suerte de poder contar contigo. Y él lo sabe, es un hombre muy listo.

-Me parece que tú no eres precisamente imparcial.

-No del todo.

Su padre siempre lo había querido mucho, Tae lo sabía. Incluso cuando pasaban meses entre visita y visita, siempre lo llamaba, o le enviaba cartas, o regalos sorpresa por correo.

Llevaba muy bien la edad. Su madre se empeñaba en librar una batalla interminable y amarga contra los años, y en cambio Kim Daniel parecía haber llegado a una tregua. Tenía líneas de expresión alrededor de los ojos y la boca, y unas gafas apoyadas en la nariz.

Su rostro estaba sonrojado por el sol. Al hombre le encantaba cuidar del jardín y jugar al golf.

-Los chicos parecen contentos -comentó.

-Les encanta la casa. No puedo creer que estuviera tan preocupado, porque se portan como si llevaran allí toda la vida.

-Si no pudieras preocuparte por esas cosas, no serías tú.

-Detesto reconocerlo, pero tienes razón. De todos modos, aún quedan ciertos escollos en relación con la escuela. Es muy duro ser los nuevos en el cole, pero les gusta la casa, y tienen muchísimo espacio. Y Jackson les encanta. ¿Conoces a Jackson Wang?

-Sí. Podría decirse que forma parte de la casa desde que era un niño. Y ahora la dirige.

-Es estupendo con los niños. Me quita un peso de encima saber que después de las clases están con alguien que les gusta. Y también me gusta Yoongi, aunque no lo veo mucho.

-Siempre ha sido muy solitario. Es más feliz con sus plantas. Y es guapo -añadió.

-Sí, lo es, pero prefiero que nos limitemos a hablar de esquejes de yema e injertos de hendidura, ¿te parece?

-No puedes reprocharle a un hombre que quiera ver feliz a su hijo.

-Por el momento estoy muy feliz. -Más de lo que hubiera creído posible-. Aunque supongo que tarde o temprano sentiré la necesidad de tener mi propio hogar. Todavía no estoy preparado para empezar a mirar... Tengo demasiado trabajo, y no quiero estropear las cosas con Jin. Pero lo tengo en mi lista. Algo en el mismo distrito escolar, tal vez. No quiero tener que volver a cambiar a los niños de escuela.

-Encontrarás lo que buscas. Siempre lo haces.

-No tendría sentido encontrar lo que uno no busca. Pero hay tiempo. En estos momentos estoy hasta el cuello reorganizándolo todo, bueno, más bien organizándolo. Stock, papeleo, zonas de exposición.

-Y lo estás pasando en grande.

Tae río, y estiró los brazos y las piernas.

-Pues sí. Oh, papá, es un sitio estupendo, y tiene tanto potencial... Me gustaría encontrar a alguien que tenga cabeza para las ventas y el trato con los clientes, así podría ponerlo al frente de ese departamento y yo me concentraría en ir alternando el género en stock y adelantar papeleo, y trataría de introducir algunas de mis ideas. Ni siquiera he podido echar un vistazo a la parte del paisajismo. Aparte del encontronazo con el hombre que lo lleva.

Dalia Azul¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora