🌌Capítulo 30🌌

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Jungkook lo llevó a la ciudad, y por el camino fueron escuchando una música que él no conocía. Taehyung sabía que era blues, o lo suponía, porque lo cierto es que no sabía nada sobre ese tipo de música. Cuando lo mencionó, no solo dejó de piedra a Jungkook, sino que consiguió que conversaran fluidamente durante todo el trayecto.

Recibió un cursillo acelerado sobre artistas como John Lee Hooker, Muddy Waters, B. B. King y Taj Mahal.

Cuando ya estaban en la ciudad, a Taehyung se le pasó por la cabeza que entre ellos la conversación nunca parecía un problema. Aparcaron, y Jungkook se volvió a mirarlo.

-¿Seguro que has nacido aquí?

-Eso dice en mi partida de nacimiento.

Él meneó la cabeza y se apeó del coche.

-Pues viendo lo poco que sabes de blues yo de ti la volvería a mirar.

Entraron en un restaurante donde casi todas las mesas estaban ocupadas y los clientes conversaban animadamente. Una vez que estuvieron sentados, Jungkook indicó al camarero que se fuera.

-¿Por qué no tomamos algo mientras decides qué quieres comer? Y acompañaremos la comida con una botella de vino.

-De acuerdo. -A Tae le pareció que Jungkook había dado por zanjado el tema del que habían estado hablando, así que abrió su menú.

-Aquí son famosos por el siluro. ¿Lo has probado alguna vez?

Taehyung lo miró por encima del menú.

-No. Y tanto si eso me convierte en un extranjero como si no, creo que comeré pollo.

-Bien. Puedes probar un poco del mío para ver lo que te pierdes. En la lista de vinos tienen un buen Chardonnay que servirá para acompañar tanto el pescado como el pollo. Tiene un toque delicado.

Él dejó el menú sobre la mesa.

-¿Sabes todo eso de verdad o te lo estás inventando?

-Me gusta el vino. Y cuando algo me gusta procuro conocerlo.

Taehyung se recostó en el asiento, porque Jungkook indicó al camarero que se acercara.

Cuando hubieron pedido, ladeó la cabeza.

-¿Qué hacemos aquí, Jungkook?

-Yo hablo solo por mí, pero la idea es comer un buen siluro y tomar un bueno vino.

-Hemos tenido algunas conversaciones, sobre todo relacionadas con el trabajo.

-Hemos tenido algunas conversaciones y algunas discusiones -lo corrigió él.

-Cierto. Compartimos una salida muy agradable, que acabó con un toque sorprendentemente personal.

-A veces me gusta oírte hablar, rubio. Es como escuchar un idioma extranjero. ¿Estás desplegando todas esas frases como si quisieras formar una especie de sendero que lleve de un punto al siguiente?

-Tal vez. El caso es que estoy aquí sentado contigo, en una cita. Hace veinticuatro horas no era esa mi intención. Tenemos una relación de trabajo.

-Ajá. Hablando de lo cual, sigo pensando que tu sistema es de lo más engorroso.

-Menuda sorpresa. Hablando de lo cual, esta tarde olvidaste dejarme esa factura en la mesa de mi despacho.

-¿En serio? -Movió un hombro-. La tendré por algún sitio.

-Lo que quería decir es que...

-Este es. Primero que lo pruebe el señor.

Taehyung se tomó su tiempo, luego tomó el vaso. Probó, arqueó las cejas.

Dalia Azul¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora