🌌Capítulo 25🌌

130 19 4
                                    

-Jueves, jueves. ¿Cómo puede ser?

-Tiene algo que ver con Júpiter, el dios romano. -Jimin encorvó la espalda con aire vergonzoso-. Sé un montón de cosas estúpidas.

-No te estaba preguntando por el origen de la palabra, sino por lo rápido que ha llegado el jueves. ¿Júpiter, dices? -repitió Taehyung dando la espalda al espejo del aseo para el personal.

-Sí.

-Si tú lo dices lo creo. De acuerdo. -Extendió los brazos-. ¿Qué tal estoy?

-Caliente

-¿Demasiado caliente? Ya sabes, no es una cita...

-No, caliente a secas. -Lo cierto es que envidiaba el aspecto que tenía con aquellos pantalones negros de cuero y la chaqueta negra. Como si estuvieran hechos para realzar todas aquellas curvas-. Con ese pantalón se te ve un culazo- añadió.

-¡Oh, Dios! -Horrorizado, Taehyung llevó las manos hacia sus nalgas-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-¡Oh, Dios! -Horrorizado, Taehyung llevó las manos hacia sus nalgas-. ¿Demasiado exuberante? ¿Como si estuviera invitando al otro a mirarme el trasero?

-No. -Jimin le hizo bajar las manos entre risas-. Tienes un trasero de película.

-Estoy nervioso. Es ridículo pero estoy nervioso. Y odio estar nervioso, que es la razón por la que casi nunca lo estoy. -Se tiró del choker que llevaba en el cuello-. ¿Por qué hacer algo que odio?

-Solo es una salida sin importancia. Tú ve y diviértete.

-Por supuesto. Qué estúpido. -Y se sacudió antes de salir del aseo-. Tienes el número de mi móvil.

-Todo el mundo tiene el número de tu móvil, TaeTae. -Y le lanzó una mirada a Ruby, que respondió con una risita-. Seguramente el alcalde lo tendrá entre sus números de emergencia.

-Si hay algún problema, no dudes en llamarme. Y si no estás seguro sobre algo y no encuentras ni a Jin ni a Yoongi, llámame.

-Sí, mamá. Todo irá bien. Así que estate tranquilo.

-Me parece que lo de tranquilizarme no está en mi agenda para hoy.

-¿Puedo preguntar cuánto hace que no tienes una cita, quiero decir, una salida?

-No tanto. Solo unos meses. -Cuando vio que Jimin levantaba los ojos al techo, se justificó-. Estaba ocupado. Había que vender la casa, preparar maletas, empaquetarlo todo, informarme sobre las diferentes escuelas y pediatras de por aquí. No tenía tiempo.

-Y no había nadie que te hiciera desear sacar ese tiempo. Como hoy.

-No es verdad. ¿Por qué llega tarde? -preguntó con tono irritado consultando su reloj-. Sabía que llegaría tarde. Lo lleva escrito en la cara, es de los que siempre llegan tarde a todo.

En ese momento entró un cliente. Jimin le dio unas palmaditas en el hombro.

-Hazme caso. Diviértete. ¿Puedo ayudarlo? —preguntó dirigiéndose al cliente.

Dalia Azul¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora