Dime tu deseo

V. DEJÁVU

Abrió los ojos con un vacío extraño en la cabeza. Casi como si le faltara un poco de información. Intentó recordarlo, pero lo olvidó inmediatamente cuando su cerebro le pidió llenar su estómago con jugo de naranja antes de abrirle la puerta al muchacho del diario. 

Aquí vamos de nuevo...

─ Buenos días.

─ Hola Jaebum. ─dijo Jennie recibiendo el periódico con una media sonrisa.

─ Lindo día, ¿verdad? Ojalá todos...

─ ...los sábados fuesen tan tranquilos. ─ completó la frase. 

─ A-Así es... ─Jaebum se sorprendió─. Ten un buen día, Jennie, hoy pareces más bonita que ayer.

─ Claro que no. ─susurró cerrando la puerta. Tomó su celular y vio la misma fecha que ayer. Y el día anterior...

Y el anterior a ese...

─ Buenos días. ─dijo la rubia entrando a la sala con la misma sonrisa satisfecha de siempre. Jennie no respondió. A cambio le ofreció la misma mirada fría y sospechosa─. Oh, es sábado otra vez, ¿verdad?

Rosé estaba acostumbrándose al mal humor de la morena. 

─ Venga, hazlo.

─ ¿Qué?

─ Inténtalo una vez más.

─ Ya no quiero, no es divertido.

Se observaron en silencio. 

─ Te compraré un helado de fresa.

─ ¡Está bien! ─Rosé sonrió. Colocó sus manos en posición y se concentró lo suficiente. 

*Aplauso*

Pero seguía siendo sábado. 

─ Ugh. No es posible, Rosé.

─ Estoy cansada, ya lo intenté muchas veces.

─ Estúpida pipí mágica. ─susurró Jennie.

─ ¡No lo causó la incontinencia! Ya te lo dije. ─Rosé volteó con el ceño fruncido y resopló peinando su  cabello─. Y deja de decir pipí, suena tonto.

Jennie volteó hacia la cocina y se quedó con la mirada perdida en el horno. 

Pensó. 

─ ¿Escuchas eso Rosé?

─ N-no, ¿es un insecto?

─ Oh no, es mi cabeza, ¿sabes qué dice? 

Parecía un juego. A Rosé le gustaban los juegos.

─ ¿Hm? ─Sonrió. 

─ Dice... Que todo esto es un tipo de venganza. ─La morena rompió el periódico del día y lo tiró a la basura─. Lo haces porque no me gustaron tus panecillos. ─Miró al techo y frunció el ceño─. O porque no te llevé a ese parque de diversiones la  semana pasada, ¿verdad?

─ ¡OYE! ¿Cómo puedes decir eso? 

─ Sabes que puedes hacerlo. Te creo totalmente capaz de hacerlo. ─Jennie se acercó con el índice apuntando a la nariz de la más alta. 

─ ¡Pues no lo hice, Jennie! ─Roseanne hizo a un lado la mano acusadora de su amo─. Si lo hubiese hecho, ya hubiera podido revertir el hechizo. ¿Crees que es divertido gastar tanta magia intentando devolver todo a la normalidad? Todos los días...

─ Te encanta este tipo de cosas, problemas. En algún momento te aburrirás y entonces YO me vengaré.

Estúpida Jennie. Estúpida, totalmente.