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"Me estoy hundiendo lentamente y no hay nadie que me ayude a salir."
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Narrador omnisciente
La camioneta unos de los cuantos autos ya había llegado al lugar y se estacionaron en la parte trasera del hotel para luego de este salieron unos cuantos hombres armados hasta dejar vacío los automóviles e ir hasta sus actuales lugares de trabajo.
El jefe del rango espero a que se vayan todos y llamo al más joven.
—Niragi, tú saca al chico y fíjate si todavía sigue vivo.
Niragi escuchaba atentamente las palabras del hombre para luego asentir con su cabeza y ver como se retiraba del lugar.
Se dirigió hacia el maletero del auto y le hizo una seña a Samura para que le ayude. Abrió esta para observar como el cuerpo inerte de Taeyang, se podía ver como su rostro estaba mojado en su propia sangre tras las graves heridas que habían dejado en su piel.
Negó con su cabeza para girar su mirada y ver a Samura que estaba observando fijamente el cuerpo para luego tomarlo entre sus brazos y cargarlo sobre su hombro como un costal de papas.
El chico cerró el baúl y le hizo una seña para que comenzaran a caminar hasta la entrada trasera del hotel. Cada paso que daban veían como algunos que estaban allí o pasaban, observaban con impresión la bolsa que llevaba el hombre de cara tatuada.
Caminaron unos minutos para llegar al lugar.
Por otro lado la mujer estaba concentrada trabajando.
En su mente a ella se le había hecho extraño que Taeyang no fuera a molestarla como constantemente lo hacía cada día.
El era el primero en ir a ella y dejarle uno que otro regalo que se encontraba o hablarle de alguna otra cosa. Aunque ella lo negara, toda le gustaba que el viniera a verla ya que se sentía acompañada y se divertía escuchándolo hablar.
Al escuchar la puerta ser abierta dejo lo que estaba haciendo. Al voltearse en su lugar se sorprendió al ver de quién se trataba.
Se levantó su silla y viendo como dejaban en cuerpo en la mesa.
Se acercó hacia las dos personas, tratando de no mostrar ningún signo de preocupación.
—¿Qué ocurrió?.—Preguntó con voz algo ahogada Ann mirando a Niragi.
Buscando alguna explicación alguna de lo ocurrido.
Niragi y Samura la miraron fijamente para luego el primero le dio una respuesta con voz de frialdad pura.
—Esto es lo que sucede cuando alguien se quiere pasar de listo aquí, Ann y este tuvo algo de suerte.
Respondío con algo de rencor. Para luego darle una última mirada e irse junto con Samura.
Cerrando de un portazo la puerta de esta.
La mujer al ver que ya se había retirado se acercó rápidamente al chico para comprar si habia algún rastro de signo vital y solto un suspiro de alivio para después comenzar a soltar unas cuantas lágrimas que caían de sus ojos.
Desato el nudo que tenia la bolsa en su cuerpo para destaparlo con suavidad y llevar su mano a su rostro para dejarle suaves caricias mientras maldecía en voz baja.
—M-mira lo que te hicieron...—Decía entre susurros ahogados.
Rápido busco la caja de suministros y comenzo a curarlo con delicadeza. Saco su camiseta viendo como algunas partes de su cuerpo estaban muy lastimadas.
Tomo un bisturí para comenzar a saturar algunas cortadas profundas que tenia, al terminar con estas subió su mirada hasta su rostro como luego le quedaría visibles cicatrices en el tras cada cortada que dejaron en ella.
Después de terminar de vendarlo y se quedó junto a el para ver si despertaba.
Se escuchó la puerta ser abierta de nuevo y dejar ver a tres personas.
—¿¡Qué ocurrió Ann!?—Le pregunto con preocupación Kuina.
El niño del trio se acercó a la mesa y comenzó a llorar desconsoladamente tratando de abrazar a Taeyang.
Chishiya quien lo observa a lo lejos se acercó con lentitud hasta llegar a él. Lo miro fijamente sintiendo una gran impotencia y rabia que recorria por sus venas al no poder haber estado allí ayudándolo.
Apretó con fuerza sus manos formandola en puños, jurando que se vengaría de quien le había hecho eso para luego mirar a Ann pidiéndole una explicación.
—N-no lo sé...solo se que llego así y lo traían en una bolsa c-como... si se tratara de basura.— Respondió entrecortada mientras luego era abrazada por Kuina tratando de consolarla.
Chishiya la observó en silencio la escena para luego girar su mirada de nuevo al chico y murmurar entre dientes negándo.
—¿Que haciste Taeyang? Que te dije de meterte en problemas idiota.
Era un día cálido, normal y sin nada que hacer, el famoso cuarteto se encontraban en las orillas del mar disfrutando de la buena tarde que milagrosamente había ese día.
—¿Qué harás si algún día salimos de aquí, Taeyang?
Le pregunto Kuina mientras se acomodó a un lado de el colocando una toalla sobre la sedosa arena para luego colocar uno de sus lentes de sol y mirar de reojo.
—Creo que si algún día llego a salir de aquí creo que lo primero sería reencontrarme con mi padre y abuelo.
—Luego retomaría mi trabajo de tener mi propio restaurante ya sabes...comidas de todo tipo, postres y vendría tantas celebridades a comer aish.—Siguio hablando.
—Seria el mejor lugar de comidas de todo Tokio.
Respondió soñadoramente Taeyang, mientras apoyo las palmas de sus manos sobre sus mejillas imaginado en su mente como se vería.
Chishiya al ver la cara del chico soñador solto una leve risita.
—¿En serio? seremos los primeros haciendo fila para probar las delicias que harás.—Dijo Kuina con una grande sonrisa.
—¿Y tú que harás Chishiya al salir de aquí?.
Le pregunto al hombre que se encontraba a su izquierda mirando fijamente las olas de mar que se desarmaban en la arena.
—Primero tengo que salir de aquí y luego veremos si la comida que servirá Tae en su restaurante no te hará tener una intoxicación estomacal grave.
Respondió burlonamente Chishiya para mirar al contrario y ver como este abrió su boca con indignación plasmada en su rostro para el tomar de la capucha de este tirandola a hacia a bajo con fuerza tratando de tapar su cara comenzando que luchar.
La mujer soltó una fuerte carcajada al observarlos divertidamente como peleaban entre ellos.
