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Era otro día más para la vida de Daiki, nada iba a pagar la felicidad y orgullo que el estaba sintiendo en esos momentos. La mujer adulta aplaudía con gracia al pequeño que tenía en frente suyo, dándole una mirada orgullosa.
—¡Muy bien Daiki, te felicito!.— Elogió su maestra.
Se acercó al niño para colocarle una insignia en su uniforme.
—Gracias.—Sonrió el niño.
Había recibido su cuarta estrella por un buen sobresaliente en clases.
—Sigue así y llegarás bien alto en un futuro.
Daiki asíntio felizmente y bajo su mirada orgullosa hacia el metal que brillaba para luego regresar a su banco.
—Bueno niños, ya es hora de regresar a casa. Nos estamos viendo la próxima semana. Que tengan un buen fin de semana a todos.—Saludo.
Todos los niños se levantaron de sus asientos juntando sus cosas para luego comenzar a salir del lugar. Daiki salió último para apretar las correas de su mochila y caminar hacia la salida del colegio.
Caminaba en silencio, su casa no queda muy lejos así que se le hacía fácil llegar solo. Luego de unos minutos llegó al fin a su hogar, entro corriendo para ver si sus padres que encontraban en casa.
—¡Papá! Mira, tuve mi cuarta estrella.—Entro corriendo a la sala y se paró en frente a su padre.
Su padre se encontraba revisando unos papeles y levanto su mirada con desinterés hacia el.
—No molestes, Daiki.—Respondió sereno y volvió bajar su vista a los papeles.
Al niño se le borro su sonrisa de ilusión para luego bajar su cabeza y alejarse en silencio para subir hacia su habitación.
Al entrar a esta dejo sus cosas en el suelo y recostarse en su cama para soltar un suspiro.
Luego escucho la puerta de la entrada ser abierta y se levantó de un salto para tomar nuevamente su estrella con ilusión. Capas que hoy su madre si lo felicitaría.
Bajo casi corriendo las escaleras hasta toparse con su madre que iba entrando.
—¡Mamá!—Grito Daiki feliz al verla.
—Daiki, cuantas veces te dije que no levantes la voz así.
su madre le dió una mirada sería. Y dejo su bolso a un lado y paso a un lado de el.
—Espera Ma.
La mujer se giró para mirarlo irritada.
—¿Qué sucede Daiki?.Estoy muy ocupada con el trabajo y luego tengo que hacer la cena.—Pronuncio ella cansada.
