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"Llegando al límite de la desesperación. "
El hombre mayor se encontraba con una sonrisa emocionante mientras esperaba a que nombraran el nombre de su amado hijo.
—Kobayashi Taeyang.—Pronunció la mujer sobre el micrófono con una grande sonrisa y espero al infante que se hiciera presente en el escenario.
Taeyang se levantó de su asiento sin borrar la sonrisa de su rostro mientras se escuchaban los famosos aplausos, caminó con determinacion y poder en su caminata. Algunas personas le daba ternura al verlo y les parecía lindo ver al niño, a llegar al púlpito donde se encontraba su maestra para entregarle su diploma de primaria.
Su padre Seung se encontraba entre los padres sentado en la segunda fila levantado y aplaudiendo con mucha emoción al ver a su hijo recibiendo el papel.
—¡Ese en mi niño!, Es mi hijo. — Le hablo a una mujer que se entraba sentada a un lado suyo y le señalaba al frente suyo. La mujer asintió con una risita mirándolo y volver su vista a en frente mientras esperaba del suyo.
Taeyang al verlo en la multitud lo saludo efusivamente mientras era correspondido por su padre de la misma manera y le señalaba el papel dándo pequeños saltitos en su lugar.
A la hora después de finalizar el acto el niño corrió rápidamente hasta su papá y este lo levantó en el aire mientras se reía junto con el.
—¿¡PAPÁ, ME VISTE!?— Le preguntó su hijo gritando con emoción y lo abrazó por su cuello riendo.
—Claro que sí hijo, te viste muy bien, estoy tan orgulloso de ti.— Le respondió su padre con una sonrisa y lo bajó para dejarlo en el suelo dejándole unas caricias en su cabellos.
—Genial porque quiero mi helado, ahora.— Pronunció Taeyang con seriedad en su rostro y Seung le dio una mirada muy seria que hizo al pequeño temblar de miedo.
—Porfavor, papá y de paso podemos llevar a Niragi con nosotros?. - Hizo una cara tierna tratado de arreglar lo que dijo.
Su padre asintió con su cabeza riendo leve, al ya saber que su hijo ya no tenía remedio pero se parecía a él cuando tenía su edad. Lo tomo de su mano para comenzar a caminar hasta ir en busca del otro infante y así llevarlo a comer helado.
—¿Estas seguro de esto, padre? —Le dijo Taeyang con un tono asustado en su voz mientras se encontraba sentado en su bicicleta y su padre sosteniéndolo desde atrás.
Seung decidió pasar todo el día con su hijo y hoy era el gran día de enseñarle andar en su bicicleta que le había regalado en su cumpleaños.
