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"Calma antes de la tormenta. "
La calma se encontraba en la habitación de hotel numero 370. La pareja se encontraba abrazada en un pacifico y profundo sueño. La noche anterior había sido algo loca pero eso no quita que habia pasado la diversión.
Taeyang estaba boca arriba durmiendo con su boca algo entre abierta mientras que Arisu rodeaba su cintura con sus brazos, apoyando su cabeza contra su pecho y el más pequeño del grupo estaba en un rincón durmiendo en el sofá junto con el pato.
Anoche en la madrugada había sido algo difícil para las dos féminas hacer llegar a esos dos a la habitación pero lo habían logrado con algo de fuerza extra sin contar que casi dejan caer a uno.
El mayor entre algo de malestar que comenzó a sentir el sol brillar sobre su rostro, abrió sus ojos como pudo para sentir como el gran malestar de la resaca se apoderó de su cuerpo, soltó un pequeño gemido de molestia y al querer moverse sintió en su cintura un fuerte agarre. Quedó quieto en su lugar para bajar su mirada hacia abajo para ver a Arisu dormir tranquilamente mientras lo abraza con fuerza, río tontamente al recordar la noche anterior como por accidente se bebieron los tragos especiales.
Al tratar de levantarse nuevamente era apretado a un más por el contrario.
Estuvo así por unos minutos hasta que por fin pudo soltarse de su agarré, se levantó y estiro un poco su cuerpo para luego caminar hasta el baño y comenzar asearse. Al comenzar a lavar un poco su cara sentía como sobresalían algunas de sus cicatrices al trazarla con sus dedos hasta llegar a su cuello para luego levantar su cabeza y quedar en vista del reflejo de su rostro, podía observar como debajo de sus ojos se comenzaban a formar las famosas llamadas ojeras y su rostro se encontraba más pálido de lo normal junto con sus labios algo resecos.
Cualquiera podría tomarlo como escusa de la noche anterior pero el mismo sabía que no era así, veía perfectamente como se encontraba y no se sentía nada bien, se sentía feo, horrible, además no era vida lo que estaba llevando en este lugar todos los días.
Al principio de todo lo supo llevar de maravilla pero luego fue como caida en picada para el.
Mentalmente se estaba volviendo inestable y sus ataques cada ves se volvían más diarios junto con las drogas que consumía todos los días, era lo de todos los dos y había perdido los números de las semanas, se se tía cada vez más ahogado.
- Si papá me viera estaría muy decepcionado de mi. - Murmuró en un susurro mientras seguía su mirada fija en su rostro a través del espejo.
Tenia esos momentos siempre cada vez que se ponía a meditar o a pensar mucho, pero era lo único que lo dejaba si alguien lo estaba esperando o si alguien lo extrañaba.
A veces pensaba que si su padre lo había ya olvidado o lo estará buscando. Su último recuerdo que le quedó fue donde habían discutido y el queria disculparse con el, al menos darle una disculpa o verlo una vez más.
