TE DETESTO;

8• Pastelito.

La naturaleza no es de mi agrado, soy una mujer de ciudad, de edificios, asfalto y sendas peatonales. No de rocas, ni de ramas, hojas o cualquier otra cosa que se asemeje a la naturaleza. Intento caminar lo más centrada posible, pero hay muchos desniveles y es la cuarta vez que los que van caminando delante de mí, me golpean con las ramas en el rostro. Detrás de mí tengo al profesor de ciencias naturales, Vanth para mi suerte fue mandada a otro grupo y agradezco que no esté con su mirada en mí.

—¿Qué has leído sobre las aves Anna? —pregunta el profesor. Un hombre joven que no sobrepasa los treinta años y es el gusto de muchas alumnas de la institución. Por ahí escuche que es casado y tiene dos hijas, pero no sé qué tan cierto sea eso.

—Se que en esta zona hay 236 especies, pero es muy poco probable encontrarlas a todas —le doy una mirada —hice una lista en el trabajo que nos mandó profesor Corvas

—Muy bien Anna, aún no los he corregido, pero no está para nada errada —me detengo junto a él y me señala un lugar en la nada, otra montaña que está mucho más lejos. —El año pasado visitamos más al norte y pudimos ver algunas... es una pena que te hayas unido este año —coloca su mano en mi hombro y comenzamos a caminar de nuevo. —¿Ingresarás a la universidad el año que viene? —asiento

—Si, tengo que ver mis opciones —comento

—La universidad de la institución te encantará, al final del año hacen una exposición de las carreras y es muy buena oportunidad para ti que tienes un promedio excelente.

—Lo tendré en cuenta —sonríe y nos unimos de nuevo al grupo, palmea mi espalda y se adelanta mucho más, dejándome sola.

Suspiro profundo, hubiera estado bueno que Vanth le tocará este grupo ahora que lo pienso.

—¿Vamos a fumar? —pregunta Violeta a mi lado, me detiene y observo como el grupo se va alejando. Tomas y Dylan no tardan en aparecer. Tomas desliza su brazo por mi hombro y nos desvía del camino.

—Vi que hablabas con el profesor Antoni, tiene fama de besar alumnas ¿te dijo algo inapropiado? —pregunta

—No, me pregunto por las aves —contesto desinteresada, Violeta enciende el cigarrillo y lo lleva a su labios para inhalarlo, mantiene el humo unos segundo y exhala. Tomas murmura algo, pero no le prestó atención

Se pasan el cigarrillo entre ellos tres, cuando llega mi turno, niego de inmediato y me miran como si fuera un bicho raro. No fumo, no me gusta el sabor, ni el olor que deja en la ropa, en las manos y en la boca. No soy muy fan de él.

El olor es diferente... ¡no es cigarrillo!

Los hermanos comienzan a reírse de Dylan, no entiendo el contexto de que, y parece que es algo muy gracioso, no lo sé. Violeta dirige su mirada a mí, tiene los ojos enrojecidos y un poco hinchados.

—Estoy segura de que le gustas —comenta risueña y frunzo el ceño sin saber a lo que se refiere. Tomas asiente y deja escapar algunas risas de su boca.

—¿A quién? —Violeta niega y no puede parar de reír —¿a quién dices que le gusto? —insisto, pero Dylan me sonríe de lado y golpea suavemente mi espalda. Están muy drogados, yo no quiero ser participe del castigo que les toque si los llegan a descubrir, así que me giro y vuelvo sobre mis pasos para intentar dar con el grupo.

Mientras camino, siento que algo se pega a mi cuerpo y unas manos sujetan mi boca con fuerza, me aleja completamente del camino... adentrándome más al bosque. Luego de unos segundo, logro reaccionar y le golpeo la entre pierna. Me suelta inmediato.

—¡¿Qué diablos te sucede?! —grito molesta y elevo mi mirada para ver quien fue la persona que se atreve a querer quitarme el corazón, estoy segura de que es Vanth, hasta que conecto con unos azules.