11 •Fin de la excursión.

3.9K 360 67
                                    

Mi mente comienza a tomar conciencia de que es un nuevo día, intento estirarme, pero siento la presión de algo alrededor de mi cuerpo y abro los ojos. Unos brazos blanquecinos, largos, cálidos y suaves me sostienen con fuerza, como si temiera que me vaya en huida. Giro un poco mi cabeza y me encuentro con un rostro adormecido, su pecho se infla y desinfla en tiempos lentos, la luz del exterior nos ilumina. Hay silencio... ¿Qué hora será?

Me deslizo como una serpiente por sus brazos, le dejo un beso en la frente y me abrigo antes de saltar por la ventana... bueno, no saltar como tal, pero si escapar. Si tengo suerte quizás aún no sonó la alarma de la mañana.

Abro la puerta de la cabaña, las muchachas siguen durmiendo, Violeta aún no a llegado a su cama, me apresuro a subir y me tapo por completo. Tengo una maldita sonrisa en la cara, desperté en los brazos de... Victoria Vanth, siento que el corazón me va a estallar. La puerta se abre, giro a penas mi cabeza para notar a mi amiga ingresar con mucho cuidado, hace lo mismo que hice hace unos segundos y siento que se remueve debajo de mí.

Un chillido me saca de mis pensamientos, es la alarma para avisar que nuestra mañana y ultima, ha comenzado. Es momento de despertar.

—Buen día chicas —saluda una joven, estirando su cuerpo y algunas de las otras le contestan su saludo. Yo por mi lado me bajo de un salto de la litera y tomo mis productos de higiene para mancharme a los vestidores. Violeta me mira y copia mi acción.

Salimos juntas.

—¿Miss Vanth se apareció en algún momento? —pregunta casi en susurro, pero buscando mi mirada en el momento de la pregunta.

—No, ya lo sabrías si hubiera sido así —suspira y asiente.

—Si, tienes razón.

Deja de mirarme.

—Miss Vanth acaba de informar que desayunamos y nos vamos —comunica rápidamente una de nuestras compañeras, ambas asentimos y procuro apurarme. Lavo mi cara, mis dientes y me peino con una coleta alta, mi chuleta tiene un moño que cae como decorativo.

Dejo mis cosas en el cuarto y me encamino hacia la cafetería, todos estaban sentados, desayunando o comenzando.

—¡Anna! —Tomas levanta la mano indicándome que me acerque, no lo he visto mucho durante nuestra corta estadía, pero imagino que ha estado todo el tiempo drogado junto a Dylan. Miro hacia la cocina, Love me hace un gesto para que me acerque.

Me encamino hacia su posición, esta junto a una mesa donde hay más comida y una jarra de café.

—Buen día —saludo respetando el espacio personal.

—Buen día pastelito —susurra con una sonrisa, toma uno de los vasos y vierte un liquido oscuro, ese que da vitalidad y puntos de energía. —Toma, desayuna conmigo —le hago caso y me siento a su lado, estiro mi mano para tomar algunos sobres de azúcar.

—¿Estas emocionada por volver? —niega

—Siento que no voy a poder verte tan seguido como ahora —estira su pierna y me acaricia con su rodilla un poco, una sonrisa se cuela en mis labios, entiendo el gesto.

Vanth ingresa a la cafetería, hasta el momento no me percaté que estoy en el lugar de profesores, pero a ninguno le pareció molestar que este justo aquí. Hay una silla disponible a mi lado izquierdo, que es ocupado inmediatamente por Victoria Vanth y en el derecho Love, soy un blanco fácil.

—Buen día —saluda cordialmente, todos responde menos Love y como no, si se miran y se odian.

—¿Te sientas conmigo en el autobús? —Love intentó de verdad sonar muy bajo, pero tenemos a Victoria Vanth a mi lado que es como si tuviera un parlante gigante en sus oídos y antes de que yo pudiera contestarle algo, su voz sale acallando mi intento por decir algo.

TE DETESTO;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora