Alzina estaba segura. No, eso era quedarse corto. Estaba lista para matar.
Pero no podía. Al menos todavía.
—¡Estaba justo aquí! ¡Ni siquiera pudiste hacer esto! —El hombre sentado frente a ella solo gruñó, sosteniendo una bolsa de guisantes congelados cerca de su frente.
—El cabrón era tan escurridizo como un cerdo untado en mantequilla, y su amigo alto, un poco tonto, pero igual de malo. —Alaina gruñó suavemente en voz baja frotándose el puente de la nariz ante esa respuesta, era su culpa por confiar en que un bufón tan idiota podría hacerse cargo de algo como esto.
Marty Krugman era un fastidio. ¿Cómo podía ser un jefe de la mafia?
—¿Me concederás mi parte del trato? Al menos lo he intentado —dijo levantándose. Marty era mucho más alto que Alzina, pero ella no se inmutó, observándolo. Si no fuese por el hecho de que había policías armados hasta los dientes escondiéndose en las sombras, estaba claro lo que haría. Con un giro rápido de cabello, la hija del alcalde se dio la vuelta sobre sus talones, alejándose.
—No, no hasta que lo atrapes.
—Oye, ahora no me dejes a...
Su réplica se convirtió en un repugnante chillido de dolor, y sin darse la vuelta Alzina sabía que le habían disparado con una pistola paralizante. Mirando por encima de su hombro le echó un vistazo al cuerpo, desplomado y retorciéndose de dolor a unos metros de ella. Debería haber sentido algo, pero desde que su padre había sido brutalmente asesinado, no se preocupaba por nada.
—Llevadlo a la sala, y cuando deje de comportarse como un niño pequeño decidle que vaya a terminar su trabajo —les ordenó a los guardias.
—Sí, señora.
Mientras salía de la estancia, Alzina comenzó a pensar. ¿Qué haría su padre? Había llegado a formar equipo con un criminal conocido, qué más podría hacer.
Entonces dio con la respuesta. Parada en el centro del sombrío pasillo, su mandíbula se abrió, sus ojos se abrieron como platos ante la idea.
Si nadie más podía hacerlo, entonces tendría que hacerlo ella misma.
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—Estoy cansado —me quejé reposando un brazo en el hombro de Akira, sorprendido y algo satisfecho cuando no lo apartó. Llevábamos una hora buscando su motocicleta, solo para encontrarla hecha pedazos bajo un montón de cristales de cerveza.
Akira parecía que iba a llorar.
—No podemos hacer nada.
—Kira, bebé, amiguito, colega, siento ser yo el que te diga esto, pero tu guarida está en la otra punta de la puta ciudad, no podemos ir andando hasta allí.
Nos habíamos escondido en una callejuela, lejos de cualquier mirada. Akira se estaba abrazando las rodillas. Trazando cosas en la pared frente a él con los dedos y una mirada oscura.
Podía sentir el calor de su pierna contra la mía, su cadera prácticamente pegada a la mía ya que la callejuela no era muy grande, que digamos.
El rostro de Akira se sonrojó y se abrazó a sí mismo.
—¿Crees que no lo sé? Dios, todo esto es culpa tuya, pedazo de...
—¿Culpa mía? Tú eres el que me secuestró.
—¡Porque estabas ahí en medio! —Ahora Akira me estaba mirando a los ojos, nuestras narices separadas por centímetros mientras me fulminaba con la mirada, me tragué mi propio argumento, sin arriesgarme a enfadar más a la pequeña bolita de furia.
Así que, en vez de eso, convertí mi voz en un reconfortante susurro.
—Mira, creo que sé adónde podemos ir, pero cuando anochezca, ¿vale? —Akira pestañeó, y cuando no respondió, extendí una mano y le di unas palmadas a su rodilla. —Nos podemos gritar el uno al otro cuando estemos a salvo, ¿vale? Entiendo que el hecho de que estés enamorado de mí hace que no puedas evitar sacarte sacarte la polla, pero tienes que esperar un poco más.
Akira pareció entender mis palabras y me miró con rabia, ahora su voz también era un relajante susurro.
—No me jodas, si te matara ahora mismo nadie lo sabría hasta que amaneciera —me amenazó. Esto hizo que una sonrisa de suficiencia apareciera en mi rostro. La reacción de Akira hacia cualquier cosa que no conociera era amenazar. Qué curioso.
—No harías eso.
—¿Quieres comprobarlo? —Su voz era firme, pero aún había un destello de duda en sus ojos.
—Solo di que me amas.
—Amo la idea de que te calles de una puta vez.
No me reí, solo moviéndome para acomodarme, apoyando mi cabeza en su hombro.
No era lo que quería, pero no quería hacer que Akira se sintiera incómodo. Pero antes de que pudiera cerrar los ojos, se movió un poco, haciendo que mi cabeza cayera sobre su pecho, abriendo los ojos como platos mientras sentía cómo su brazo me rodeaba la cintura, acercándome para que estuviera incluso más cómodo.
—Qué...
—Esto no significa nada, tu estúpida cabeza pesaba demasiado para mi hombro —afirmó bruscamente. Sintiendo la vibración de su voz en su pecho sonreí, evitando replicar. Puede que tuviera razón, lo único que había era el inicio de una amistad entre nosotros, así que no tenía que malinterpretar sus acciones.
E irónicamente, por primera vez en años, encontré consuelo y protección en los brazos de alguien que no era mi madre.
Por supuesto, de todo el mundo, tenía que ser un criminal en busca y captura. Pero a caballo regalado no le mires el diente.
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OH! LEANDRO. leakira
Fanfiction❛❛ eso significa : 'te amo, pero deja de arruinar las cosas' en español. ❜❜ ____ leakira más información adentro simplificados © 2021 𐚁ྀ akira ✘ leandro. ⚣ ᧔ obra original por saturnsavocados en Wattpad ᧓ #235 tumblr 1...