12 FEBRERO XXXX
5 : 00 EST(( leandro ))
Sentí un estallido de dolor en mi mandíbula antes de que mi cabeza se moviese violentamente hacia un lado y mis dientes se adormeciesen lentamente. Me tambaleé y me caí, mientras sonidos de una pelea cercana hacían que adrenalina corriese por mis venas.
─¡Levántate, pelo fregona! Por favor, no me digas que no sabes luchar después de todo este tiempo.
Una voz teñida con pánico gritó sobre el alboroto de engranajes quejumbrosos. Miré a la figura que se acercaba y escupí la sangre que se acumulaba en mi boca con un gruñido.
─Se llama undercut y sí, Akira, puedo hacerlo bien, no te preocupes con esa linda cabecita tuya por mí.
Respondí con un resoplido indigente, aunque eso hizo poco para ocultar el pánico que se acumulaba en mí. Solo conocía el combate básico, era más hábil desde la distancia, no de cerca donde se podían ver las zumbantes partes de los G-bots.
Me balanceé sobre mis pies, mirando a los otros, los cuales estaban tratando de atacar a una sola persona. Sus ojos resplandecían viciosamente mientras rasgaba de dos en dos a los G-bots.
Los G-bots, la mayor creación de la humanidad y nuestro peor enemigo. Serían robots humanoides si los humanos tuviesen ojos rojos y partes mecánicas visibles. Había varias generaciones de estas máquinas en la ciudad. Los que ayudaban a los ancianos, los que controlaban el tráfico, pero a nosotros nos tocaba lidiar con la parte más letal. La generación secreta, G-bot 4.0, equipada con armas y la capacidad de matar o capturar cualquier objetivo ordenado.
Era difícil enfrentarse a uno solo de por sí, pero Akira partía por la mitad a cinco a la vez sin derramar una sola gota de sudor. Muy macho.
Sin embargo, no me estaba yendo tan bien a mí, pues el mismo bot que me había hecho ver las estrellas se estaba acercando silenciosamente con paso divertido.
Si no tuviese la capacidad de matarme, lo habría encontrado divertido, pero, desgraciadamente, no tenía tanta suerte.
─Muy bien, pedazo de basura, demuéstrame de lo que eres capaz ─canté, formando unos puños con una sonrisa traviesa. Si no puedes vencerlos, finge que sí puedes. Hace que te sientas mejor.
Con ese pensamiento en mente, me lancé hacia la máquina soltando un grito de guerra, golpeándole con golpes rápidos y duros, golpes que no le afectaron mucho. Salté hacia atrás antes de que pudiese golpearme y dañarme las costillas.
Me dolían los nudillos y, con una mirada rápida, pude ver que estaban sangrando. Sin embargo, en ese pequeño segundo en el que aparté mis ojos del enemigo, me encontré estampado contra la compacta tierra, mientras mi cuerpo se quedaba sin aliento al soltar una gran bocanada de aire, ahogándome, escupiendo y jadeando cuando el robot se paró frente a mí disfrutando de su fría victoria.
¿A quién estaba engañando? Yo era solo un chico que trabajaba en un supermercado de barrio, mi vida podría haberse transformado en algo más si el estúpido de Akira no hubiese intervenido.
─¡Lo siento mucho, mamá!
Susurré con un suspiro de derrota, observando cómo el robot levantaba la pierna, listo para propinarme un golpe aplastante en la cabeza. Pronto, no sería más que partes de cerebro de Leo en este frío callejón.
Antes de que pudiese recibir el golpe, su pierna se estremeció a escasos centímetros de mi cara antes de retraerse, tambaleando los brazos hacia atrás, moviendo sin control sus aturdidos ojos rojos, parpadeando antes de desmoronarse. Sentándome con un gruñido, me limpié la comisura de los labios mirando en su dirección.
─Te ha tomado bastante tiempo.
Se rio ofreciéndome una mano y yo me levanté con el ceño fruncido.
─Entonces, ¿cómo crees que debería abrirme camino a través de ellos, Akira? No es como si pudieras salvarme cada vez que lucho contra alguno de ellos.
Akira murmuró algo que sonaba como algo parecido a "Podría hacerlo si me esforzase lo suficiente" y suspiré, inclinándome hacia delante para compensar la diferencia de altura, confundido.
─¿Qué has dicho?
─He dicho que tienes razón, tenemos que conseguirte un arma. ¿Tienes puntería?
─Supongo.
El chico se dio la vuelta con los brazos cruzados mientras se acercaba a la motocicleta apoyada contra la pared del callejón, pasando por encima de cabezas de robot y extremidades de metal. Le seguí, sorprendido por este repentino cambio de humor.
─Leandro, ¿por qué te quedas? Podrías entregarme y volver a vivir tu vida, ya sabes, fui yo quien te metió en este lío.
Me detuve y lo miré. Akira estaba sentado en el asiento de la moto. Brazos cruzados, ojos violetas enfocados en el medidor de gas. Era difícil descifrar a este tipo, principalmente porque lo ocultaba todo con una buena capa de ira. Pero tenía razón, podía traicionar al hombre que secuestró y arruinó mi nombre, y entregarlo.
Con un profundo suspiro, me apoyé contra la pared, encogiéndome de hombros.
─No digo que no lo haya pensado, pero ahora sé que tienes una vida que arreglar, y solo yo puedo ayudarte, eso es lo que hacen los hermanos.
─¿Arriesgar sus vidas el uno para el otro mientras huyen del mundo entero? ─preguntó secamente, a lo que yo asentí felizmente en respuesta, sin dudarlo. Sus hombros se aliviaron y extendí la mano, haciendo que nuestros puños chocasen levemente.
─¿Mejores hermanos?
─Ya lo sabes.
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OH! LEANDRO. leakira
Hayran Kurgu❛❛ eso significa : 'te amo, pero deja de arruinar las cosas' en español. ❜❜ ____ leakira más información adentro simplificados © 2021 𐚁ྀ akira ✘ leandro. ⚣ ᧔ obra original por saturnsavocados en Wattpad ᧓ #235 tumblr 1...