⸺¿Dónde está mamá?
⸺Tendrás que esperar un poco, amigo. Volverá.
⸺Eso es lo que dijiste la semana pasada ⸺respondió de mala gana el pequeño niño asiático. Su ceño estaba fruncido. El hombre no pudo evitar suspirar, agachándose frente al niño de diez años.
⸺Akira, tu mamá es una mujer ocupada, sabes que no podría dejar su trabajo ni por todo el dinero del mundo ⸺trató de tranquilizarlo, pero Akira apretó la mandíbula.
⸺¿Ni por su único hijo? ⸺Akira era un niño muy sinvergüenza. El mayor cerró los ojos. Dios, cuando había sido ascendido como ayudante de la madre del mocoso, no había esperado tener que cuidarlo.
Solo tenía veinte años y se había puesto en riesgo demasiadas veces como para tener que limpiarle la nariz a un niño.
⸺Hachiko... ¿soy pesado? ⸺preguntó Akira al fin. Los ojos de Hachiko se abrieron de golpe. Su corazón se derritió al ver aquellos oscuros ojos morados estudiándolo cuidadosamente.
⸺Solo a veces.
⸺Oh.
Akira bajó la mirada.
⸺Los hermanos se molestan mucho. ¿Eres mi hermano, Hachi?
Hachiko cedió al fin, atrapándolo en un abrazo.
⸺Claro que sí.
⸺⸺⸺⸺⸺⸺⸺⸺
Akira despertó de su letargo. Se sentó de inmediato. El agudo y penetrante dolor que irradiaba desde un lado de su pierna hasta su cadera hizo que se quedara petrificado y gimió de dolor.
Se obligó a calmarse. Cuando sus ojos se acostumbraron, pudo procesar su entorno. Estaba sentado en un viejo y gastado sofá en lo que parecía ser una sala de estar casi vacía. El olor a especias caseras inundaba el aire.
La habitación olía a nada menos que a Leandro. Al recordar al molesto chico moreno, Akira notó unos suaves ronquidos a su lado. Sus ojos violetas bajaron hasta la mata de cabello castaño a su lado. Sus hombros estaban encorvados y sus rodillas dobladas debajo de él, en cuclillas. No parecía muy cómodo.
Akira no pudo evitar sentir su corazón revolotear al pensar en aquel idiota observándolo. También se sentía algo inseguro, ya que Leandro no podía atestar un solo golpe sin caerse.
⸺Mmm...Los ronquidos cesaron de inmediato y Leandro se sentó, girando la cabeza hacia atrás mientras se enderezaba. Sus ojos azul pálido miraban a Akira pensativamente.
⸺Estás despierto... ¡estás despierto! ⸺Antes de que Akira pudiera responder, Leandro prácticamente había saltado sobre él. El chico más alto se puso de pie. Sus brazos ya rodeaban a Akira. ⸺¡Oh, Dios mío, pensé que ibas a morir!
⸺Solo era mi pierna.⸺Había tanta sangre... Me...
⸺No puedo respirar, por favor, suéltame. ⸺Leandro no le soltó. De hecho, le abrazó más fuerte, presionando su nariz contra el cuello de Akira. Había dejado de gritar, y comenzó a emitir ruidos extraños. A Akira le llevó unos instantes darse cuenta de que era hipo. ⸺¿Qué demonios...? ¿Estás llorando? ⸺El asiático le empujó en estado de shock, sobresaltado al notar un leve brillo en los ojos de Leandro.
⸺Estaba muy preocupado.
Akira se sorprendió, y Leandro rápidamente se secó la cara con una manga, pareciendo no molestarse por sus propias lágrimas mientras se alisaba la camisa, mostrándole al chico una sonrisa tonta.
⸺¿Puedo ver tu pierna?
Apartó la colcha y, con un poco de ayuda, Akira pudo ver que llevaba puestos unos pantalones cortos que no le pertenecían.
Eran de color azul claro y colgaban de sus piernas, que eran, para su absoluto desdén, blancas como el papel e igual de delgadas.
⸺Dios, eres tan pequeño ⸺comentó Leandro, haciendo la tela a un lado y dejando al descubierto el muslo vendado. No notó el rubor que florecía en el rostro de Akira.
Las manos de Leandro eran cálidas.
El vendaje tenía una mancha de color rosa claro, signo de que había hecho un buen trabajo deteniendo la sangre.
⸺¿Qui...? ¿Dónde estamos, Leandro?
⸺En mi casa.
Akira se tensó ante esto. Levantó la sábana, rehuyendo de inmediato la mano de Leandro mientras miraba al moreno con los ojos muy abiertos.
⸺Técnicamente es la casa de mi madre, ya que me mudé hace mucho tiempo. Ella me ha ayudado a coserte la herida, y le conté tu situación, así que todo está bien.⸺Desafortunadamente ⸺dijo una voz cansada desde la puerta. Ambas cabezas se giraron hacia la pequeña dama que estaba de pie a unos metros de ellos, con una bandeja en sus manos.
Inmediatamente, Akira notó el azul de sus ojos y las líneas de expresión calcadas a las de Leandro.
Como si ambos hubieran nacido con sonrisas en sus rostros y amor por la humanidad.
In-puto-creíble.
⸺Me voy.
Akira se deshizo de la manta y empujó a Leandro a un lado, balanceándose. En el momento del movimiento, su cuerpo no había registrado su verdadera situación, por lo que no fue hasta que dio dos pasos que un insoportable dolor le dejó ciego.
Antes de que pudiera tocar el suelo, Leandro ya se había aferrado a él. Akira odiaba la sensación de apego que sentía hacia las palabras tranquilizadoras del moreno. También odiaba la repentina inutilidad de su cuerpo.
⸺Cálmate, amigo. Aún no puedes ir a ningún lado.
Akira sintió cómo lo volvían a colocar en el sofá, esta vez apoyado en almohadas, y pudo ver cómo la madre de Leandro colocaba una pequeña taza de algo dulce en la mesa de café frente a él. Leandro se cernía sobre él con una mirada preocupada en su rostro pecoso.
Casi como si tuviera miedo de que Akira se levantara de nuevo y llegara a la puerta esta vez.
⸺Bébetelo todo.
Akira miró fijamente la taza, y esperó un par de segundos hasta que la señora Serrano colocó la taza directamente sobre sus manos, con la mandíbula apretada.
Algo en el brillo de sus ojos obligó a Akira a tomar un sorbo de prueba.Fue como una explosión de sabor.
Sí, la comida de Dante estaba buena y tal.
Pero esto, fuera lo que fuera, tenía algo especial.
En segundos. Se había bebido aquella ardiente bebida en segundos. Las papilas gustativas de Akira estaban quemadas y su garganta, ardiendo.
Pero se sentía cálido y seguro, aquella bebida era como una medicina que sabía a granos de cacao y café.
⸺Está bueno, ¿verdad? Lo llamo "el tónico de mamá".
Leandro le guiñó un ojo cuando Akira dejó la taza sobre la mesa. Tenía los ojos como platos, mirando a la dama que solo le devolvía la mirada, con una sonrisa tensa en su rostro.
Estaba sentada en la mesa de café. Cruzaba sus manos sobre su regazo. Akira notó entonces lo joven que parecía su rostro en comparación con sus manos.
⸺Entonces, tú eres Akira ⸺preguntó. Él asintió con cuidado y ella exhaló como si aquella fuera la respuesta que esperaba. Tomando la taza del menor, se la dio a Leandro, dedicándole una suave sonrisa a su hijo.
⸺¿Podrías echarle otra taza?
Leandro accedió sin decir una palabra y fue entonces cuando ella se dio la vuelta. Sus ojos brillaban. Akira se encogió en el sofá, casi deseando poder llamar a Leandro, ya que la dama que alguna vez fue bajita pareció crecer metros de altura, como Akira había visto hacer a Dante de vez en cuando.
La señora Serrano se estaba convirtiendo en mamá oso, y la única manera de saberlo era la chispa de amenaza en sus ojos y la arruga entre sus cejas.
⸺Eres un criminal en busca y captura, ¿no? ¿Qué es exactamente lo que quieres de mi hijo?
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OH! LEANDRO. leakira
Fanfiction❛❛ eso significa : 'te amo, pero deja de arruinar las cosas' en español. ❜❜ ____ leakira más información adentro simplificados © 2021 𐚁ྀ akira ✘ leandro. ⚣ ᧔ obra original por saturnsavocados en Wattpad ᧓ #235 tumblr 1...