4 ENERO XXXX
12 : 45 PM EST
(( leandro ))
─Akira, un delincuente buscado por la policía acusado de asesinato en primer grado está actualmente en la lista de vigilancia.
─¿Quiere una bolsa de plástico o una caja de cartón, señora? ─le pregunté mirando de reojo la pantalla junto a la caja registradora. Parecía ser un adolescente herido posando para una foto policial, con el labio roto y un ojo hinchado mientras miraba furiosamente a la cámara. Me estremecí, volviendo mi atención a mi trabajo.
─Cartón, si no le importa, querido ─pidió la anciana. Me aparté un mechón de los ojos y ajusté mi delantal de 14-22, empujando el producto vendido hacia una caja de helados vacía de Jen & Terry. Dos gramos de mantequilla, una cuña de queso y tres cajas de galletas de gran tamaño. La dama esperaría compañía en abundancia. Se podía aprender mucho sobre alguien solo con los artículos que compraba.
Escapó de la autoridad a fines de diciembre.
─¿Espera compañía, señora?
─Desde luego. Un viejo amigo mío viene hoy de Los Hamptons a tomar el té.
La anciana sonrió, estirando sus arrugas para crear aún más arrugas, mientras sus ojos centelleaban detrás de aquellas delgadas gafas con montura. Probablemente era la querida abuela de alguien, o tal vez una espía experimentada con un buen disfraz. Nunca sabes de verdad qué era qué en las partes soleadas de Tropolis, una de las cosas que aprendí cinco meses después de mi estadía.
Buscado por matar brutalmente al alcalde Alfor, ocupa el primer lugar en la lista de los más buscados.
Mientras la mujer presionaba la yema del pulgar contra el escáner, observé la tranquila tienda de comestibles. Todo estaba ordenado y organizado, sin mencionar la alta tecnología, escaleras que flotaban a un metro y medio del suelo para alcanzar productos en las baldas más elevadas, y pantallas de realidad aumentada que proyectaban anuncios en 3D a todo color.
Actualmente, los servicios de seguridad están tratando de dar con él por todos los medios, esta podría ser la captura del siglo.
Nada parecido al bullicioso jaleo de los mercados en La Habana. La idea de Cuba me hizo sentir nostalgia y rápidamente volví a ver la huella de la clienta, la cual había terminado de procesarse.
Algo lanzándose hacia la puerta me llamó la atención, la puerta de cristal se abrió con un portazo y todo el edificio quedó en silencio.
(Un silencio que más tarde aprendí que fue la última pizca de paz antes de la tormenta en la que fui arrojado).
Un adolescente, con una chaqueta grande, la cara cubierta con una bufanda roja, y el pecho agitado mientras nos miraba, y nosotros a su vez, y fue entonces cuando las primeras balas de volea comenzaron a llover, golpeando contra el cristal, amenazando con entrar y todos se tiraron al suelo para cubrirse al unísono, los gritos apenas confundían los sonidos de los rápidos disparos, todos los demás, excepto yo. Congelado en estado de shock, cogí el contenedor de galletas mirando cómo el chico cerraba la puerta de cristal.
En dos grandes pasos, llegó a la caja registradora más próxima a la puerta, la cual, por supuesto, era mía. Fue entonces cuando vi el desintegrador, que estaba a unos centímetros de mi cara. Dejé caer la caja de galletas con miedo.
─Sal ─ordenó con voz áspera. Yo le obedecí, alejándome del mostrador con las manos levantadas. Inmediatamente, me agarró del brazo, girándome para que mi espalda se juntase con su pecho, presionando el arma contra mi frente.
─Si alguien se mueve, me cargo al chico ─amenazó, haciendo que un silencio gélido se cerniese sobre todos mientras se encogían, temerosos de ser los disparados.
Las balas del exterior habían cesado, pero incontables coches de patrulla bloqueaban la entrada. Sus luces parpadeaban, dejando aterradoras sombras de azul y rojo.
─¿Q-Qué está pasando?
Salí de mi conmoción al fin, pero aún sintiendo un terror incontrolable. Un brusco tirón me hizo callar con la misma rapidez y me permití ser arrastrado hacia donde estaban las salidas traseras.
─Cállate, pelo fregona. Si quieres mantener intactas todas las partes de tu cerebro, solo sigue haciendo lo que te digo ─ordenó. Algo en su voz me dijo que no apretaría el gatillo. Sin embargo, no iba a probar esa teoría.
─¿Tienes llaves?
Me di cuenta de que estábamos afuera, junto a una camioneta de reparto blanca. Asintiendo en silencio, busqué las llaves, casi dejándolas caer en mi tembloroso pánico. El miedo me recorría en oleadas abrasadoras, mi cabeza luchaba por mantenerse al día con la historia de terror que se desarrollaba ante mí.
Todo parecía suceder en cámara lenta. En el momento en que abrí la cerradura, el fugitivo me empujó antes de subir al asiento delantero. En el momento en que el desintegrador se me quitó de la cabeza, me lancé instintivamente a la puerta, la idea de la libertad nubló mi miedo a la muerte, solo para ser empujado hacia atrás con dureza. La parte posterior de mi cabeza se estrelló contra el lado del conductor y me quedé sin aire.
. . .
─¿Por qué no lo dejaste en el momento en que conseguiste la furgoneta? Sabes que tenemos problemas más grandes que solucionar, no puedo cuidar a un rehén.
─Era mi única forma de salir, sabía que no dispararían si tenía a alguien a bordo.
Las voces volaban de un lado a otro, todo estaba tan fuerte, el mundo tan oscuro. Una migraña golpeaba constantemente el interior de mi cráneo, trataba de procesar imágenes borrosas mientras luchaba por enfocarme en las figuras que estaban ante mí.
¿Mamá? ¿V? ¿Qué estaban haciendo aquí? ¿Por qué estaban haciendo tanto ruido? ¿No se habían dado cuenta de que estaba intentando dormir?
─¿Podríais callaros? Estoy intentando dormir.
Gemí suavemente, luchando por darme la vuelta. Pero me di cuenta de que no podía. Mis muñecas parecían bien, unidas. Fue entonces cuando la realidad se reveló ante mí. La sala se enfocó y me senté.
Estaba en lo que parecía ser una habitación sin ventanas, la única fuente de luz provenía de fragmentos de luz solar que se filtraban desde pequeñas ventanas llenas de polvo.
Con el corazón palpitando en mi garganta, miré los dos pares de botas, plantadas firmemente a ambos lados de mí, lentamente, mis ojos subieron hasta centrarse en un par de hombres con cara de piedra.
Uno de ellos lucía una cicatriz sobre el puente de la nariz, el otro un peinado que habría sido llamado de moda hace unos miles de decafibs.
─¿Quién diablos sois y por qué me habéis traído aquí? ─exigí con dureza, a lo que el chico de las greñas se agachó, bajando la bufanda atada alrededor de su cuello hasta su boca, con los ojos violetas fijos en mí mientras me escrutaba.
─Mi nombre es Akira, y por ahora... ─Echó un vistazo a la placa aún clavada en mi brillante delantal azul del 14-22─ ... Leandro Serrano, eres oficialmente mi rehén.
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OH! LEANDRO. leakira
Fanfiction❛❛ eso significa : 'te amo, pero deja de arruinar las cosas' en español. ❜❜ ____ leakira más información adentro simplificados © 2021 𐚁ྀ akira ✘ leandro. ⚣ ᧔ obra original por saturnsavocados en Wattpad ᧓ #235 tumblr 1...