Se preguntarán que pasó después... Pues no pasó nada; al menos con Ruggero. Han pasado tres meses desde que me dejó y no lo he visto. El doctor me revisó, al parecer no había pasado nada, estaba desnuda porque yo me había desnudado sola, nadie me había tocado ese día. Mi padre me quitó todo documento para salir del país, la desgracia de ser menor de edad. Esta era mi realidad, Ruggero me había abandonado y toda la culpa era mía; por enamorarme. Por esto lo evitaba siempre, pero no pude.
Caro: ¿Segura que no quieres ir?
Karol: ¿Te parezco con ganas de ir?
Caro: Pero no lo digas en ese tono, hasta parece que le hablas a Denise.
Karol: No me menciones a esa zorra, por su culpa Ruggero me dejó.
Caro: Ya hablamos de eso, fuiste tú quien la llevaste.
Karol: ¿No era que ya te ibas?
Caro: Si, ya me voy, gracias por correrme —salió de la habitación.
Era sábado, típico que Carolina y yo saliéramos a reventarnos de alcohol y fiestas, pero esta vez iba ella sola. Si había cambiado un poco... Bueno en lo de emborracharme y salir, pero mi humor y mi comportamiento estaba por los suelos. Sólo me preguntaba dónde estaba mi Ruggero, con quien y qué estaba haciendo. Me preguntaba si estaba pensando en mí en ese momento, como a mí me inundaban sus recuerdos. La puerta sonó.
Karol: Quien sea, lárguese.
Denise: Soy yo, señorita.
Karol: Peor aún, esfumate antes que te ahorque con tu propio cabello.
Denise: Le traje su cena —entró. Yo me levanté.
Karol: ¿Qué no me oíste? ¿Quién manda en esta casa tú o yo?
Denise: Ninguna, su padre.
Karol: ¡Maldita criada! —le lancé la sopa hirviendo que traía encima.
Denise: ¡Por Dios! —salió llorando.
Karol: Y no regreses que la próxima te quemo los pelos de allá abajo.
Tiré la puerta y empecé a destruir mi habitación, lanzaba todo lo que encontraba a mi paso.
Karol: ¡Maldita Denise! ¡Maldito Ruggero! Como deseo quemarlos vivos a ambos.
Mi coraje era el que hablaba, el dolor por Ruggero y estaba tan loca que hasta incluía a Denise porque no hallaba a quien más culpar que a mí misma. La puerta sonó.
Karol: ¡¡Voy a matarte, desgraciada!! —tomé el cargador de mi teléfono disque para ahorcarla con el cable, abrí la puerta, era mi madre—. Mamá —solté el cable.
Carolina: Ahora verás —me empujó dentro de la habitación y dio un portazo—. Eres una malcriada malagradecida.
Karol: No me sermonees, no estoy de humor.
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Niña Mal
Fiksi PenggemarLas fiestas, la ropa, los chicos, la fama, el dinero, la posición social y todos los demás placeres de los que puedo gozar. A mis cortos 16 años he vivido muchas cosas, nada malas por suerte. Padres millonarios y viviendo la vida que me merezco. Me...