Capítulo 13

11.1K 703 186
                                    

—¿Habéis visto lo del temporal?— comentó Julieta, entrando en la casa del pecoso.

—Buenos tardes a ti también, Jul.— JJ curvó la comisura de sus labios hacia arriba.

—Buenas tardes, JJ.— respondió, acercándose a él y depositando un beso en su mejilla. —¿Contento?

—Sí.— sonrió, de nuevo. —Aunque así mejor.— Unió sus labios en un casto beso. —Ahora sí.

—Imbécil.— musitó, mientras lo miraba con una pequeña sonrisa.

—¿Todo bien?— preguntó John B, haciendo referencia a lo que había pasado ayer con su madre.

La ojiazul lo miró y comenzó a contarte todo lo que le había dicho, mientras que éste le miraba atentamente; al igual que JJ.

—Lo siento, pero mamá, si es que se la puede llamar así, era ruin.— comentó, después de contárselo todo.

—Oye, modera ese lenguaje.— respondió John B. —Y tampoco hables así de ella, al fin y al cabo es nuestra madre.

—Si tú consideras a eso una madre...— dijo, esto último haciendo comillas con los dedos. —Pues que te aproveche.

—¿Vamos a por los chicos?— JJ comentó, mientras le pasaba las llaves de la caravana a John B.

Finalmente, salieron del Château y subieron a la caravana para ir a buscar a los chicos.

—Hola.— Kiara saludó, mientras se acomodaba al lado de la ojiazul.

—¿Habéis visto la nueva casa que van a hacer en el lado Kook?— preguntó Pope, a la vez que se acomodaba en su asiento.

Los cuatro amigos negaron con la cabeza, ya que no tenían ni idea.

—¿Vamos a verla?— inquirió John B, mientras ponía rumbo a la construcción de la casa.

Poco después, paró la caravana y todos bajaron, para subir a la planta superior de la casa.

—¿En serio tienes que subirte ahí?— comentó Julie, mientras veía como su hermano se subía al techo de la casa.

—¿Qué puede haber?— preguntó Pope, con la mirada puesta en el pecoso; que se encontraba ya subido al tejado de la casa. —¿Una caída de tres metros?

—Yo digo que cuatro metros.— dijo el rubio, mientras se sentaba en una de las sillas al lado de Julie.

—Yo digo que si te caes y tienes alguna posibilidad de salir con vida, yo misma acabaré por rematarte.— Su hermana lo miraba.

—No hay nada como tener una hermana amable.— comentó, sarcástico, mientras hacía equilibrios.

—Cuidado con la cerveza porque no te daré otra.— JJ bebió un trago de la suya.

Al momento de decir eso, John B perdió ligeramente el equilibrio, de modo que derramó todo el contenido de la lata por el tejado. Ante esta acción, Julieta no pudo evitar soltar una carcajada al ver la cara que se le había quedado al rubio; quien se dio cuenta y le mostró el dedo corazón.

—Van a poner retretes japoneses,— dijo Kiara, captando la atención de los presentes, mientras que  salía del interior de la casa. —con calentadores de toallas.

—Lo veo bien.— afirmó JJ, ganándose así una mala mirada. —Odio las toallas frías.

—Claro, JJ.— Kiara buscaba con la mirada al pecoso; por lo que Julie le hizo una señal de que mirase hacia arriba. —¿A quién le importan las tortugas?— ironizó, mirando hacía donde le había indicado.

—¿Qué más te da si la toalla está fría o no?— inquirió Julie, a lo que JJ se encogió de hombros y pasó un brazo por sus hombros.

—Harás el favor de no matarte.— le dijo Kiara a John B, mientras caminaba hacia donde estaban Julie y JJ.

El pecoso iba a responder, hasta que se escuchó un ruido proveniente de la planta inferior de la casa.

—¡Eh!— dijo el agente de policía. —¡Vosotros!

—Chicos, la poli.— avisó Pope, que se econtraba apoyando en la barandilla; desde donde se veía toda la casa.

Se miraron entre ellos, y supieron al momento lo que tenían que hacer. Empezaron a bajar rápidamente las escaleras, y llegaron a la última planta, donde se encontraba el policía.

—Buenos días, Gary.— le saludó amablemente Julieta, mientras seguía corriendo.

—¿Nos has echado de menos?— JJ corría a su altura.

—Vosotros dos, no empecéis con vuestros juegos.— murmuró Kie, agarrándolos por las muñecas.

—Lo sentimos, mamá.— comentaron, al unísono.

—¡Vamos!— gritó John B, él cual ya había arrancado la caravana.

Kiara subió rápidamente, lo que él rubio no tardó en imitar. Julieta, que estaba a unos pasos de hacer lo mismo, redujo la velocidad al escuchar un grito de Pope.

—¡Vamos Pope, más rápido!

—Juli, dame la mano.— dijo la morena, acción que no dudo en obedecer, logrando así poder subirse a la caravana.

—Joder.— suspiró Pope, que hace unos segundos había logrado subirse. —Creo que me he roto el pantalón.

Ante este comentario,  no pudieron evitar soltar una carcajada y mirar al chico, que se encontraba exhausto.

—Creo que deberías hacer algo de deporte, porque no hemos corrido ni cinco minutos y ya estás muriéndote.— bromeó JJ, mientras se reía.

—Mantén la bocaza cerrada, JJ.— le dijo, mientras se recostaba en el asiento.

☾☾☾☾

—Kiara y yo nos vamos, que se está haciendo tarde.— avisó Pope, mientras salían por la puerta de Château.

—¿Me puedo quedar?— le preguntó Julieta a John B.

—Claro.— contestó, mientras caminaba hacia su habitación. —Me voy a dormir, así que no la liéis mucho.

—Buenas noches, Johnny.— dijo Julie, ignorando el último comentario.

La chica se levantó del sofá y cogió un libro que llevaba en su bolso; para luego comenzar a caminar hasta las hamacas que había en el exterior de la casa.

—¿Qué haces aquí?— preguntó JJ, mientras caminaba hacia ella.

—Leer.— se limitó a decir, sin despegar su vista del libro.

Unos segundos después,  levantó la vista y vio que JJ seguía ahí parado, por lo que volvió a hablar.

—Ven aquí.— Se echó a un lado, para que él también se pudiese tumbar. El chico esbozó una pequeña sonrisa y se tumbó a su lado.

—¿Puedo leértelo?— preguntó tímidamente, a la vez que señalaba el libro; provocando que el corazón de la chica diese un vuelco de ternura.

—Claro.— Le entregó el libro y se acomodó en su pecho.

—"No existe aquello llamado buena influencia, señor Gray. Todas las influencias son inmorales desde el punto de vista científico."— comenzó a leer, mientras con su mano libre, dejaba leves caricias en el pelo de la chica. —"Porque influenciar a una persona es darle nuestra propia alma. Esta no tendrá sus propios pensamientos..."— continuó, hasta que se dio cuenta de que la ojiazul se había dormido entre sus brazos.

Cerró el libro, y se acomodó mejor; procurando hacer el menor ruido posible para que no se despertase y, acto seguido, se quedó completamente dormido.

_________________________________________________________________________________

JJ y Julieta>>>>>>>>>

¡Espero que os esté gustando!💐

𝐅𝐄𝐈𝐍𝐃𝐄 | JJ MaybankDonde viven las historias. Descúbrelo ahora