𝐅𝐄𝐈𝐍𝐃𝐄 | JJ Maybank

Capítulo 25

—Ponlos en celdas separadas.— le dijo Gary a otro agente, mientras entraban a la comisaría.

—Por aquí.— El agente, Menb, le indicó la celda. —Tú en la de al lado.

—Adentro, tipo duro.— dijo el otro agente, mientras cerraba la celda.

—Joder.— musitó la chica, mientras se sentaba y pasaba sus manos por la cabeza.

Unas horas más tarde, dos agentes vinieron a por ella y la llevaron a una sala de interrogatorios.

—¿Qué hago aquí?— le preguntó a uno de los agentes que la estaba llevando. —¿Dónde está JJ?

—Cállate y siéntate.— respondió, posando las manos en sus hombros y sentándola bruscamente en la silla, a la vez que le quitaba las esposas.

La ojiazul lo fulminó con la mirada y el agente salió de sala, por lo que se quedó sola con sus pensamientos; hasta que la puerta se volvió a abrir.

—Jul.— dijo JJ, mientras lo sentaban en la silla que había a su lado. —¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?— Posó una mano en su mejilla.

—Tranquilo, estoy bien.— afirmó, pudiendo notar como sus hombros se relajaban. —¿Y tú? ¿No te hicieron nada, no?

—No...— comenzó a decir, pero el sonido de la puerta abriéndose nuevamente, hizo que los dos dejasen de hablar.

—Sois como una piedra en mi zapato.— dijo la sheriff Peterkin, entrando a la sala de interrogatorios, con una carpeta.

—¿Qué hacemos aquí?— preguntó Julie, mientras la miraba.

—Cuando creo que me he deshecho de vosotros...¡Pam!, ahí estáis de nuevo.— Ignoró completamente a la ojiazul.

—Mire por dónde pisa, entonces.— contestó irónico JJ, mientras se encogía de hombros.

—Me dan ganas de aplastar esa piedrecita.

—Va de violencia la cosa.— musitó Julie.

—Disparar un arma de forma ilícita.— comenzó a leer el informe que tenía en la mesa. —Delito de destrucción de la propiedad, y por no hablar del móvil de aquella chica.

—Técnicamente no es un delito, porque el barco también es mío.— Se encogió de hombros. —Y la chica se lo merecía.

—Muy graciosa, Julieta.— La miró. —Ambos estáis que os salís.

—Si cree que nos vamos a chivar de alguien, está usted muy equivocada.— afirmó el rubio, que al igual que Julie, se cruzó de brazos.

—Quiero que me acompañéis a un territorio inexplorado, bueno más bien, tú.— Miró a JJ. —El futuro, ¿qué vas a hacer dentro de 6 meses cuando estés en el correccional de Wadesboro?

—¿Cómo?— dijo la chica, mientras la miraba. —No puede hacer eso.

—Claro que puedo, cariño.— afirmó. —A no ser...

—¿A no ser, qué?

—¿Conocéis a estos?— Les enseñó unas fotos donde aparecían dos hombres.

Al reconocer quienes eran, los dos compartieron una mirada y luego volvieron a mirar a la sheriff.

—Os he preguntado qué si los conocéis.

—Se colaron en casa de mi hermano.— confesó Julie, mirando las fotos y luego a ella.

—También nos persiguieron por las marismas... Aparte de eso, ni idea.