ʚ• Capítulo 8 •ɞ

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—La firma del nuevo contrato será en un mes, en Jeju. Habrá una fiesta de bienvenida, al siguiente día se realizará la reunión con los socios y en la noche una fiesta de despedida.

Jimin escuchaba como su secretario le detallaba los planes a realizarse próximamente. Sin embargo, el omega estaba concentrado en memorizar como esos finos labios se movían.

Espabilando, quería arrancar de su corazón esa emoción que sentía cada que estaba cerca de Yoongi.

¿Cómo era posible que le afecte tanto?

¿Cómo Min Yoongi parecía ser tan perfecto?

Y es que desde el primer día Jimin lo retaba y él simplemente acataba todas sus órdenes y regaños. Era tan amoroso con su hijo y buen amigo. Varias veces vio como mostraba su lado amable acompañado de una pequeña sonrisa sincera.

Jimin sabía que todavía faltaba tanto por conocer.

Pero él quería hacerlo rápido.

Solo quería hundir su pequeña nariz de botón en ese pálido cuello.

Y a pesar de todos esos instintos que parecía no poder controlar, Jimin se obligaba a actuar coherentemente.

—Usted también debe ir conmigo.

Yoongi asintió, claro que él iría a ese viaje. No dejaría que ningún otro alfa viajase con su jefe. Desgraciadamente no podría llevar a su hijo, pero ya vería como lo solucionaría.

—Todos los pendientes fueron solucionados, tiene la mañana libre, señor.

Dile que nos diga mi amor, Jimin.

Sí.

Claro que el omega blanqueó sus ojos por ese impertinente comentario.

—Vamos, soy menor que usted —se acercó hacia Yoongi, quien estaba de pie, con una tableta en la mano—. Deje el formalismo.

Arreglándole el nudo de la corbata, ambos conectaron sus orbes.

Las chispas que sus ojos desprendían era evidente, tuvieron que contenerse para no lanzarse uno sobre el otro para besarse y ahogar la asfixiante pasión que había surgido.

Sonriendo, Jimin dio vuelta sobre su propio eje para regresar a su escritorio y tomar su saco. Moviendo sus caderas de un lado al otro, resaltó algunos de sus irresistibles atributos.

Tomó su saco, se lo colocó y regresó a ver a su secretario, quien tenía un tenue sonrojo en sus mejillas.

—Muy bien, iremos de compras. También despeje el horario para la tarde, hoy saldré pronto.

Yoongi anotó en su tableta la nueva orden.

Caminando juntos, ambos salieron de la oficina bajo la atenta mirada de Taehyung y Hoseok, este último sentado sobre las piernas del alfa en su respectivo escritorio de la recepción.

Tomaron el ascensor y se perdieron de la vista de los otros dos.

—¿Crees que mi hermano le guste a Yoongi?

—Si, alfa. Estoy seguro.

—¿Por qué dices eso?

—Lo mira como tú me miras a mí, eso dice mucho.

—Si lo pones así, no puedo refutar nada.

—Si lo pones así, no puedo refutar nada

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°.•*¨♡ Alpha and his Puppy ♡¨*•.° YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora